Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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LaH' Haaretz UMeloa
Responsable: Licenciado en Sicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam
Respuestas a Preguntas
Consultas recibida
"...Otra pregunta sería partiendo de Job 1:5, acerca de los sacrificios que Job hacía en nombre de sus hijos
"por si acaso hubieran pecado" ¿se puede considerar a eso una carta blanca para
quebrantar la Torah?, a fin de cuentas quedaría el recurso del sacrificio
expiatorio... "
de España
"...agradezco su respuestas y comentarios,me gustaria saber si los judios todavia hacen sacrificios"
de México
"Gracias de nuevo. Una pregunta más: ¿Por que los korbanot eran de animales y no exclusivamente de vegetales
(Flor de harina) y aromáticas (incienso)?"
de México
"...¿No es una brutalidad matar a pobres e inocentes animales para sacrificarlos en el templo?..."
de Uruguay
Respuesta
Aclaración:
La primera de las "consultas" arriba trascritas, más
que pregunta es una afirmación.
Tiene signos de puntuación que nos pueden hacer pensar que el que escribió
está preguntando, pero, si somos atentos lectores, notaremos que en realidad el
"lector-que-pregunta" es un "autor-que-afirma".
Estuve dudando en poner esta "afirmación disfrazada de pregunta",
para no perjudicar el poder establecer con claridad el sinuoso tema de los korbanot
(traducidos generalmente como "sacrificios"), pero, advirtiendo a los
amables lectores de esta irregularidad, sin dudas, creo que juntos podremos
aprender algunas cosas (incluso) de esta afirmación (en extremo errónea) del
gentil hombre español.
Al tema:
Comencemos por usar el término hebreo apropiado: korbán (en
plural: korbanot).
Veremos como es importante este hebraísmo en lugar del latín españolizado:
sacrificio.
El tema de los korbanot, es uno de los conceptos que con más
frecuencia es malinterpretado y escasamente entendido por nosotros.
Razones para este confusión hay muchas, y verdaderamente, es comprensible que
esto ocurra, pues, desde hace siglos en la mayor parte de las culturas se dejó
(aparentemente) de sacrificar a los dioses, perdiéndose así la noción
que nos brinda su cotidianeidad.
De acuerdo a lo que en decenas de ocasiones me fue comunicado (por alumnos, conocidos, corresponsales de Internet, etc.), o es posible de leer en suntuosos artículos de eruditos: se piensa a menudo que los sacrificios en el Templo eran un intento de "comprar", o "pacificar" a una deidad enfadada, sedienta de sangre, carne...muerte. Y, en general, la maldad de un dios que se satisface su apetito voraz y macabro con el sufrimiento y la muerte de unos pobres animales.
¿Es esta creencia parte de los fundamentos judíos de los korbanot?
Sin dudas que no. Nada tienen de semejanza con el judaísmo, ni con los korbanot
judíos.
Estas "fantasías" son evidentes ideas paganas, resabios de las influencias
(y raíces) que nutren a esta cultura llamada a veces "Occidental y
Cristiana".
Los antropólogos, arqueólogos e historiadores fácilmente nos confirmarán que
en numerosas culturas paganas de la antigüedad, y de las actuales, estas ideas
son esenciales en el acto del sacrificio.
Existe algún dios con "hambre", entonces, se lo alimenta (con comida
y/o sexo, depende el dios y la oportunidad).
¿Por qué?
Porque, un dios es un ser poderoso, y si está famélico -se enfada, entonces,
terribles desastres podrían caer sobre las cabezas de los adoradores que no lo
satisfacen.
Los paganos previsores saben de antemano las fechas de mayor apetito, por lo
tanto, se adelantan a pacificar a su ídolo, asegurándose así un bienestar
holgado (por ejemplo: con los sacrificios de "cambio de estación").
Dios Es.
Dios es Perfecto.
Dios es Todopoderoso.
Dios es la Fuente de Todo.
Dios no Sufre.
Dios es sin cambios.
Dios, nada precisa.
Dios nada precisa de nosotros.
¿El Creador del Universo, el Sostén de toda vida, padece de hambre que sólo
el sacrificio cruento puede satisfacer?
¡Eso es ridículo!
Las numerosas mitzvot relacionadas con los korbanot, de modo
similar que el resto de las mitzvot, no son para y por Dios, sino para y
por nosotros.
Esto es: no es Dios el necesitado de korbanot, somos nosotros.
Por lo tanto, suponer que los korbanot se deben realizar para
"contentar" y "mejorar" a Dios, es como creer que calzamos
zapatos para ¡enriquecer a Bill Gates! (¡lehavdil!- algo
así como: sin punto de comparación.)
Aprendamos un poco de idioma.
La raíz etimológica de korbán es k.r.v.
¿Qué asociaciones sintagmáticas significativas hallamos?
Karov: cerca, próximo;
Kerev: dentro, en medio, entrañas;
Kerav: batalla;
Karav: aproximado, presentado, sacrificado.
¿Qué podemos aprender de esto?
Primero, que el hecho que la palabra sea korbán no es casual.
Alguna razón tuvo el Eterno, para haber creado esta palabra a partir de esta
raíz.
Y, quizás, la razón tiene que ver con:
Segundo, que el korbán debe ser una lucha interior antes que un
derramamiento de sangre. Esto es: el que dice "peco pero queda el recurso
del sacrificio expiatorio" es un insulso, ignorante, perfecto pecador;
pues, sin batalla intestina, sin vencer las tendencias negativas personales, DE
NADA sirve el derramamiento de sangre, el korbán de un inocente animal.
Tercero, tras haber-nos ganado a nuestras intenciones perversas, estamos en
condición de aproximarnos a la única fuente de perdón, que es
Dios. Una forma, pero no la única (ni la mejor) es por intermedio del animal
degollado...el korbán material.
Cuarto, el korbán implica la trascendencia de lo meramente material, es
elevar lo físico a un plano un poco superior, en pos de lo espiritual (pero,
sin desconectar, ni pretender hacerlo, al ser humano de la Realidad, de la
praxis, de los hechos concretos, del gozo del cuerpo, del placer sensual, etc.).
Se inmola un poco de lo efímero para acercarse a lo eterno.
¿Tiene algo que ver estas definición (parciales) de korbán con el
concepto pagano de sacrificio?
¿Tiene algún punto de contacto la "afirmación" del
"lector" español con la verdadera naturaleza de los korbanot?
Respuesta para amabas interrogantes: NO (enorme).
A Dios no se lo "compra" con un sacrificio.
Dios no es tonto para deleitarse con la comida del sacrificio, y tener los ojos
"esclavizados" en la carne, mientras el que ofrenda comete cualquier
"barbaridad".
Dios es la meta del que ofrece el korbán, y no es el objetivo el
placer de Dios en el "fragante aroma" de los sacrificios.
Un ejemplo vale más que diez conceptos, así que, echemos una mirada a un korbán
típico (no todos se hacían igual, pero, a grandes rasgos eran como contaré).
Hay un judío común y silvestre, llamémosle Iankele.
Ascendió a Ierushalaim junto a su familia. Se dirigió al Beit HaMikdash.
Antes se había cerciorado de estar en perfecto estado de pureza ritual. Sus
ropas estaban limpias, el estaba exteriormente radiante, al igual que su
familia.
Tres días antes (al menos) había adquirido un cordero, lo había revisado con
esmero, para que no estuviera pasul (descalificado) para ofrendar, que la
salud y entereza del animal fuera perfecta.
Iankele come carne roja a veces, tal como nosotros, pero, él (a diferencia de
la mayoría de nosotros) sabe (con pleno conocimiento, no de simples
oídas o cuentos) que para que el trozo de carne esté sobre su plato, un animal
murió.
Iankele es testigo de ese doloroso instante, en que quizás el animal sufre
apenas al sentir el veloz filo de la cuchilla rebanando su garganta, pero
vívidamente doloroso, porque un ser vivo muere.
Iankele debe estar ahí, cuando un cohén degolló al cordero.
Iankele debe posar sus manos fuertemente sobre la cabeza del bicho.
Iankele debe meditar sobre la trascendencia de ese momento, no es un simple
animal que muere: es una vida animal que se pierde, pero que tiene un inmenso
valor, el de hacernos trascender, de hacernos sentir, al menos por un instante,
cuán preciada es la vida, y ¡cómo debe vivirse!
Algo del nefesh -vida- del animal salpica a Iankele con la sangre que
explota de sus arterías seccionadas.
Iankele siente las convulsiones del cordero.
Iankele siente.
Se creó un lazo intenso entre ambos seres, el que muere y el que rehace su
vida.
Iankele medita.
Iankele se aproxima a sí mismo, se descubre, y encuentra una conexión
con Dios.
Iankele sabe que el bicho muere en su lugar, pero, que nada
perdona la sangre del animal. Nada salva la muerte de ningún ser. Nada
eleva la sangre derramada en un sacrificio.
Lo que perdona, es su arrepentimiento (aceptar el error, dejar de hacer lo malo,
y jamás volver a hacerlo).
El que perdona es Dios.
La sangre derramada del cordero es un medio, una conmoción de las fibras más íntimas
de Iankele, para hacerlo despertar, para obligarlo a ser quien debe ser,
y a hacer lo que Dios manda que sea hecho...
Dos cosas básicas diferencian en ese momento al cordero de Iankele: la vida y
la muerte; y el alma (neshamá).
El cordero está muerto y no tuvo (jamás) alma.
Iankele vive y Dios lo proveyó de alma, de una cualidad superior, que lo aproxima
a Dios.
Su alma viva sufre por la bestia muerta.
Su alma viva (que es él) quiere que (él) trascienda SU bestia (interior) que
lo conduce a la muerte -al error.
Pero, continuemos con las acciones.
Algún cohén recogía la sangre del animal, y vertía algunas gotas en
los extremos del altar, el resto se pone en él (que estaba elevado sobre una
rampa).
La sangre, el nefesh, es elevada.
Nuevo símbolo de la trascendencia, de hacer algo más que un ritual de
matanza y alimentación de dioses o personas.
Parte del jelev, grasa, se quema en el altar.
Lo oleoso petrificado, es transformado en movimiento y luego en esencia.
Símbolo de que la persona atrapada en la rigidez de la costumbre y de la trasgresión,
puede desatar su ser, para hallar en sí mismo la esencia del bien, y luego,
acercarse a ella (Dios).
El cohén toma para sí partes del korbán, y come de esta carne
consagrada, pues Dios dispuso que así fuera.
Esto le enseña a Iankele que nada es suyo, todo es de Dios, y él solamente
"alquila" o "hace uso" de lo que es de Dios.
¡Qué distinta a la idea del dios avaro y hambriento de los paganos!
Luego, lo que resta del "asado" es ingerido por Iankele y familia en
el atrio del Mikdash.
Nada del korbán puede salir del perímetro del Santuario, así que, si
sobre carne, como máximo al tercer día debe ser completamente incinerada.
Así Iankele recuerda que las cosas de Este Mundo son limitadas en espacio y en
tiempo.
Que hay límites infranqueables, y que el momento de hacer lo bueno y correcto
es aquí y ahora...
¿Es el mismo asado (barbacoa, etc.) que disfrutamos el fin de semana?
Por intermedio de la muerte del animal (pero no únicamente) Iankele ha logrado
aproximarse a Iankele y no sólo llenar su estómago.
Y Iankele que está más cerca suyo, puede entonces confiar en acercarse al
Eterno.
La carne del korbán es alimento para el cuerpo, pero también para el
espíritu.
En general, una gran "comilona" de nuestros días, ¿nos eleva
moralmente o espiritualmente?
Cuando degustamos carne, ¿presentificamos el dolor de la muerte del animal, o
sólo la olvidamos (o quizás conceptualizamos)?
Pero, ¿qué pasa si Iankele no se estremece con la muerte del cordero?
¿Qué si Iankele es como el señor español que piensa que es posible engatusar
a Dios con ofrendas sangrantes?
¿Qué pasa si Iankele quiere asado y la "mano del asador" del Templo
es la mejor para realizar asados del país?
"(11) Dice Hashem: ''¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
(12) Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
(13) No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los sábados y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
(14) Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
(15) Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
(16) ''Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
(17) Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
(18) ''Venid, pues, dice Hashem; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
(19) Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra."
(Ieshaiá / Isaías 1) (Similar conceptos en Amós 5, Irmiá 6)
No dice el profeta que los korbanot sean inútiles.
Lo que expresa es que es fútil sacrificar animales y pensar que "se puede considerar a eso una carta blanca para
quebrantar la Torah".
Hacer lo que Dios manda, incluso en los korbanot.
Y esto es, en principio ser justos y sinceros.
Quien obedece "come de lo mejor de la tierra". Esto es: carne
de korbanot, pues es carne, que como dijimos, alimenta tanto el cuerpo
como el espíritu...
¡Qué alejada la idea judía de los korbanot de la pagana de los
sacrificios!
Esto es el ejemplo de korbán -lucha interior y acercamiento al Bien:
"(6) ¿Con qué me presentaré a Hashem y me postraré ante el Elokim Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?
(7) ¿Aceptará Hashem millares de carneros o miríadas de arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?
(8) ¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti Hashem? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Elokim."
(Mijá / Miqueas 6)
Es posible pues, elevarse por un medio distinto al de los korbanot.
Es tremendamente judío obviar el derramamiento de la sangre, que en nada expía
de por sí.
Es inmensamente aceptable hacer lo que H' manda a pesar de no hacer korbanot.
¿Cómo?
¿Acaso creyendo en bizarras ideas salvadoras?
¿Acaso desobedeciendo la Torá?
No.
La otra forma de acercarse a Dios (aparte del korbán BIEN hecho) es con
el estricto cumplimiento de TODAS las mitzvot. Por algo dice el
versículo: "caminar humildemente con tu Dios",
"humildemente" significa acatando lo que Él expresamente ordena en su
Torá (Escrita y Oral).
Toda otra forma de pretender acercarse a Dios, es apartarse de Él.
En verdad, Dios siempre está próximo; por lo que, cuando hablamos de
"acercarnos a Él", significa exactamente eso: nosotros acercarnos,
abrir los "ojos" para darnos cuenta de qué tan cercano Él siempre
está.
El korban BIEN hecho, era sin dudas un método.
Pasemos brevemente a un tema idiomático.
Porqué korbán ya dijimos, pero, ¿por qué no "sacrificio"?
Como es sabido, al traducir siempre se pierde o se agrega algo.
Vimos como la palabra original es vital para comprender el verdadero sentido de
la acción.
Pero, la palabra "sacrificio" tiene otro inconveniente.
Proviene del latín "sacrum".
Esto es algo "sagrado" o "consagrado".
La voz hebrea para esto es kadosh. Los korbanot se volvían
"consagrados", así que por este lado, serán conceptos distintos,
pero no conflictivos.
Pero, de la raíz latina "sacrum" se deriva otro término, que en
español es bastante contradictorio con el korbán:
"sacrílego".
¿Qué es sacrílego?
Justamente, el concepto pagano de sacrificio, que como aprendimos, nada tiene en
común con los korbanot.
Volvámonos ahora a Iyov 1:5, para demostrar como algunas (muchas) personas inventan ideas, o atribuyen conceptos paganos, al judaísmo, pretendiendo demostrar sus inventos con el Tanaj; demostrando así o su poca inteligencia o su poca honestidad o su limitado conocimiento del judaísmo. (Si uno pregunta de buena fe, está muy bien ser ignorante, pues, preguntando se aprende, tal como enseñan Nuestros Sabios. Pero afirmar y demostrar con falsedades, ¡es muy distinto!).
"(4) Sus hijos iban y celebraban un banquete en la casa de cada uno, en su día, y mandaban a llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.
(5) Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a llamarlos y los consagraba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: ''Quizás mis hijos habrán pecado y habrán maldecido a Elokim en sus corazones.'' De esta manera hacía continuamente."
(Iyov / Job 1)
Leamos con atención el verso 5.
Ahora. nuevamente.
¿Indica, aunque sea someramente, este versículo que
sacrificando a Dios uno tiene carta blanca para pecar?
Nos enseña todo lo contrario a lo que el gentil hombre español expresa en su
"pregunta".
Iyov mandaba a llamar a sus hijos y los "consagraba", que en
hebreo es igual a "santificaba".
Hacía que ellos fueran especiales, correctos, separados del error.
¿Por qué?
Puede ser, porque habían estado de banquete, de comida y bebida, pero, en los
que nada se menciona la "comida del espíritu".
No nos suena a algo que ya estudiamos en este artículo.
Pues, sí.
Es semejante al tipo de "asados" que nosotros organizamos.
Comidas que "engordan" el cuerpo, pero que en poco elevan la moral.
Por eso, ¿qué hacía el gentil (no judío) Iyov?
"Consagraba" a sus hijos.
Los educaba a que "no sólo de pan vive el hombre...sino de todo lo que
sale de la Boca de Dios" (Devarim / Deuteronomio 8:3).
¿Cómo?
Ofrendando korbanot.
¿Por qué así?
Por las razones que hemos expuesto a lo largo de este artículo.
Así que, en lugar de enseñarles a sus hijos e hijas que hicieran lo que
quisieran, que después con un sacrificio expiatorio todo quedaba arreglado,
Iyov intentaba educarlos con el ejemplo y la dedicación, "así hacía
continuamente".
Una educación total, que se interesaba por la acción, pero también por el
contenido del "corazón".
Es decir, correlación, honestidad, entre el interior de uno y su presentación
en el Mundo.
Por eso, a pesar de haber sido Iyov gentil, es un fabuloso ejemplo incluido en
NUESTRA Torá. Porque, no interesa a qué pueblo pertenezca una persona, sino,
qué es lo que hace en esta vida para ser mejor persona. Esa corrección es lo
que gana la "salvación eterna", y no otra cosa...
¡Qué distinto el concepto korbán al concepto sacrificio!
¡Que diferente la idea de salvación judía a la no-judía!
¡Cuán grande nuestro Dios y Su Torá que no discrimina por fe, ideas, razas,
orígenes, etc., sino que EXIGE lo que es correcto HACER!
A pesar de que personalmente me parece "repugnante"
la idea de participar en la matanza de un animal (aunque trabajé en un
frigorifico), no puedo dejar de reconocer intelectualmente la majestad de los korbanot.
Algún día, muy pronto si somos merecedores, el Beit HaMikdash será
reconstruido, y se ofrecerán korbanot nuevamente, pues, la Torá
especifica que solamente allí está permitido hacerlo.
Sin embargo, en nuestros días (al igual que en el pasado y en la Era Mesiánica
por venir) el concepto de los korbanot es totalmente válido.
¿Qué oficia en su lugar?
Los rezos -tefilot- diarias (tefilá kenegued korbanot).
Por medio de la tefilá BIEN HECHA, es posible aproximarse a Dios.
Tal como dijera el profeta:
"(3) Tomad con vosotros estas palabras y volved a Hashem. Decidle: ''Quita toda la iniquidad y acéptanos con benevolencia; en lugar de vacunos te ofrecemos [el fruto de] nuestros labios."
(Hoshea / Oseas 14)
Con nuestras plegarias salidas del corazón, perfectamente
intencionadas, podemos arrimarnos un poco a Dios.
La tefilat iajid -plegaria individual- puede ser jová
-obligatoria- y nedavá -ofrenda- tal como eran los korbanot.
Y tal como aquellos korbanot servían para comunicar distintas facetas
personales a Dios, nuestras tefilot también así fungen.
Eso, si hacemos la tefilá como corresponde, porque, si son sólo
palabras que fluyen sin sentido de nuestros labios, es lo mismo que estar
sacrificando un inocente animal por el placer de hacerlo, y no por la necesidad
de buscar la proximidad con el Eterno.
Y nos queda también el recurso del estudio diario de las leyes
concernientes a los korbanot.
Por eso cada día cuando rezamos, leemos del sidur, secciones que nos
pueden resultar anacrónicas y aburridas, pero que nos sirven para recordar el
inmenso misterio revelado que se esconde en los korbanot.
Cada día que estudiamos estas leyes, más acercamos la venida del Mashiaj, es
decir, la Era del Conocimiento de Dios.
Resumamos siguiendo el orden de las cuatros preguntas del
inicio:
1- nada que ver;
2- hoy en día los korbanot se reemplazaron con tefilot (cosa que
también se hacía en épocas del Templo, pero, hoy es exclusivo el rezo);
3- el animal por ser tan similar a nosotros es una vía de interiorizar el
mensaje del korbán mucho más poderosa que las ofrendas vegetales o de
libaciones. Su muerte nos llega más;
4- sí, puede que lo veamos como brutal, pues en verdad muerte un animal, pero,
¿no es más brutal e intrascendente McDonald's (tm)? (Esto no es una
"justificación", es una mera referencia a cómo a veces preferimos
ver lo que queremos ver...) Para entender que esta "brutalidad" no es
nociva para el animal, releer el artículo.
Es claro que nos quedan numerosos temas por tratar o profundizar, pero, para otra oportunidad será.
Shalom.
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Ketoret - Incienso
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Un poco más de reflexión...
i les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.
Las citas tanájicas son extraídas del CD "DARJEY NOAM - TANAJ"
y de promover este sitio entre sus allegados.
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en tanto puedan ser considerados autores,
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