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       Gracias por confiar en nuestro entender. 
      ¿Ha visto alguna vez algún gorrión que extienda su
      nido más allá de la rama que lo cobija? 
      Supongo que no. 
      Es que el gorrión se conforma con la rama que usa... 
      ¿Ha visto alguna vez un vaso que ofrezca más agua al sediento que
      aquella que puede contener? 
      Supongo que no. 
      Porque en la esencia del vaso no existe el deseo de poseer traspasando sus
      límites... 
      Nuestras sociedades llamadas posmodernas nos hacen
      sentirnos vacíos, y como -aparentemente- la naturaleza rechaza el vacío,
      se procura llenarlo. 
      ¿Cómo? 
      Con objetos, ya que no con personas. 
      La televisión, la computadora, Internet, aparatos reproductores de
      música individuales, etc. que están ahí para -aparentemente- compartir
      el espacio -real o virtual- con otros, pero en perfecta soledad. 
      También con vértigo. 
      Se cambia de canales en la TV a veces al mismo ritmo que se cambia de pareja,
      o de automóvil, o de ídolos. 
      También cuando se quiere llenar el vacío con otros vacíos. 
      Aquellos que trabajan 26 horas por día, durante 8 días a la semana, y no
      con la excusa de poder vivir, sino para poseer; o los que no
      satisfechos con lo que tienen, dejan de vivir con la excusa de procurarse
      mejor vida... 
      Los ejemplos se pueden multiplicar... son tan corrientes y comunes que ni
      nos percatamos que están en nosotros... 
      Mi amigo, usted dice que se va de vacaciones pronto y ni
      aun así logra relajarse. 
      ¿Cómo hacerlo si está presionado? 
      ¿Hace cuánto que no reposa en Shabbat, dejando que el Mundo siga girando
      sin que usted lo empuje a hacerlo? 
      ¿Hace cuánto que no se sentó frente al mar, a un lago, una fogata, el
      campo, las llamas de las velas de Shabbat, simplemente a gozar de
      estar...? 
      No dudo de que su trabajo sea importante para usted. 
      Tampoco dudo de que sostener o promover su carrera profesional es
      indispensable. 
      Pero... ¿y vivir no lo es? 
      El relax no llega por arte de magia. 
      Ni un milagro hará que la presión sobre su existencia -a la que su
      organismo se ha adaptado como mejor puede- desaparezca porque de pronto le surge la
      posibilidad de tomarse unas merecidas vacaciones. 
      Hay que aprender a gozar cada día de un micro Shabbat. 
      Y cada semana del completo Shabbat. 
      El micro Shabbat lo puede gozar en el momento de la tefilá. 
      Por ejemplo, usted dice que cada día hace el Shemá,
      la cuestión es: ¿cómo? 
      Si sólo se hace como el recitado de unas palabras rituales y formales, es
      como decirle a su pareja cuanto la ama mientras está usted enfrascado con
      el partido de fútbol que pasan en la tele. 
      Vivir exige comprometerse, y quizás cuando usted dice que rezó todo el
      Shemá pudo dormir más tranquilamente, es porque dedicó una parte de su
      vida a SÍ mismo, al compromiso que tiene de amarse, y darse lo que
      precisa no lo que le inducen a anhelar. 
      Darse tan sólo 5 minutos diarios a la mañana, para gozar del contacto de
      los tefilin
      sobre su piel, del sabor de las palabras de la tefilá
      en sus labios, apreciar el contacto reflexivo con usted mismo frente y con
      Dios... sólo 5 minutos... ¿es improbable? 
      Repito, quizás le parezca en principio que no cuenta con ese tiempo para
      usted, o que tiene la cabeza puesta en otras actividades, pero, cuando
      reconozca que son esos minutos los que usted trabaja para usted, de
      a poco tenderá a atender lo más importante antes que lo más urgente... 
      Intente realizar la práctica
      básica de meditación, son unos instantes que precisa para aprenderla
      y para aplicarla. 
      Intente que en su hogar sean encendidas las velas para festejar el
      Shabbat, y aproveche su luz para calmar la vorágine que lo rodea, el
      mundo capitalista que exige la ofrenda de la existencia toda en aras del
      ego llamado a veces capital. 
      Intente gozar del reflejo de los ojos de su amada en sus ojos. 
      Intente decir no cuando sienta que no es la respuesta apropiada. 
      Intente darse otro ratito para apender y estudiar, lo que sea, si es Torá,
      mucho mejor. 
      Y si siente un deseo que le surge desde dentro para de comunicarse con el
      Padre y Madre de Todo, dese el gusto, hábleLe, vierta su corazón ante
      Él, y escuche el silencio o los murmullos o lo que se presente frente a
      usted. 
      Y, no olvide, usted es hijo de Dios, es un príncipe,
      y como tal puede llegar a ser su existencia.
       
      Por otro lado, la consejería u orientación psicológica
      (personalmente) no estaría demás, pues, podría adquirir de esa
      manera un espacio y tiempo para usted, y trabajar ese sentimiento de
      desesperación, sus tensiones, y otros tópicos que le están
      obstaculizando su plenitud. 
      Recurrir a los servicios psicológicos no implica enfermedad, sino que es
      una demostración de salud, como es evidente en su caso.
       
      Tiene entonces algunas opciones frente a usted. 
      Aplíquelas con paciencia, y recuerde que para amar a otro como a sí
      mismo, ante todo está el amarse a sí mismo. 
      Para lograr armonía con el Cosmos, es imprescindible armonizar los
      aspectos personales, íntimos. 
      Usted, mi querido amigo, está en el camino... 
      Ojalá que encuentre su equilibrio y aprenda a vivir en mayor armonía.
       
      A las órdenes. 
      Shalom, Iebarejejá H' - Dios te bendiga.
       
      Yehuda Ribco 
      Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas
      llegar que son siempre muy bienvenidas.  |