Resp. 3584 – La sangre de Ioav

Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Ioav era un ser bélico y político.
Sin dudas que no era para nada ingenuo, torpe o burdamente pasional.
Era un hombre muy importante en la sociedad de su momento, muy poderoso, para nada despreciable y con un gran genio militar.
Esto no quita otro hecho evidente, que su Ego, su ambición, su afán de dominio lo llevó por caminos tortuosos, teñidas de penumbras y sangre.

Varios fueron sus crímenes motivados por el afán de dominio, entre ellos el que usted menciona de Abner, que no solamente cayó bajo su daga asesina a causa de una venganza personal, sino también para quitarlo del medio en el liderazgo militar de Israel.
Y quizás el rebelde Abshalom también fue masacrado para que Ioav pudiera preservar su parcela de poder, además de otros motivos que pudiera haber tenido.

En cuanto a Amasá la cuestión radica en este mismo aspecto.
El rey David le había mandado a decir a Amasá:

«‘¿No eres tú hueso mío y carne mía? Así me haga Elokim y aun me añada, si no has de ser jefe del ejército delante de mí, de ahora en adelante, en lugar de Ioav [Joab].»«
(2 Shemuel / II Samuel 19:14)

 ¿Acaso Ioav admitiría este reemplazo en las esferas del poder?
¿Permitiría que lo dejaran de lado?
¿Estaría feliz de que un sobrino de David fuera el nuevo comandante en jefe, mientras él daba pan a las palomas en la plaza, junto a otros jubilados?
Ioav era como un perro aferrado a su hueso, que era la comandancia general del ejército judío.
Así pues, Amasá también debía ser eliminado, para que él pudiera mantenerse en su cargo.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco