Reps. 3698 – Esencia espiritual de hijo de matrimonio mixto

Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Ante todo, mi deseo para que su hija sea de dicha y Luz.
Mi profundo anhelo para que exista amor y comprensión, y la fuerza como para caminar por las Sendas del Eterno.

Como usted ha dicho correctamente, su hija de acuerdo a la normativa judía, no será judía. A no ser que en el futuro ella decida convertirse formal y legalmente al judaísmo.

Por tanto, ella obtendrá su correcta nutrición espiritual a través de los mandamientos para los noájidas y desarrollando a plenitud las cualidades que el Eterno ha reservado con Amor y Sabiduría para los noájidas.

Las festividades nacionales judías, no le corresponderán a ella; a no ser en la faceta apropiada para los noájidas. Por ejemplo, si eventualmente es invitada a participar de un Seder de Pesaj en casa de los abuelos paternos, ella por supuesto que puede sentir que sus antepasados fueron redimidos de la esclavitud de Egipto, puede gozar con los manjares, disfrutar de la libertad y comprometerse para ser una defensora de los derechos humanos. Pero, las leyes de jametz y matzá (por ejemplo) no recaen sobre ella, no debe cumplirlas, le son ajenas.

Las ceremonias que la Norma o la tradición judía han estipulado para el individuo judío, no se adecuan a su identidad espiritual; a no ser en el estilo correcto para los noájidas. Así pues, por ejemplo, usted podrá darle un nombre «hebreo» en una ceremonia familiar, si eso a usted agrada; pero llegado el momento, usted sabe que ella no tendrá acceso a la jupá, a no ser que ella se convierta al judaísmo.

Releo lo que he escrito, y me sueno antipático, a la par que verídico y real.
Pero así son las cosas…

Apreciado Marcel, usted tomó la decisión de tener hijos con una mujer gentil, que no se convertiría antes del nacimiento de la niña; en ese mismo momento usted también optó que su hija no perteneciera espiritualmente a la nación de Israel.

No es fácil criar hijos, darles herramientas para su autoestima, proveerlos de una identidad, ayudarlos a crecer equilibrados, etc. No es fácil, lo dicen los libros y lo confirma la experiencia.
Pero, en el caso de los hijos de pareja mixta, suele haber más dificultades a la hora de afirmar la identidad espiritual. Pues, los hijos quedan en medio de dos polos, en un limbo.
Tristemente, a veces está indefinición en la práctica de su esencia espiritual, genera dudas y altibajos en el plano emocional. Por supuesto que esto debe ser evitado en la medida de las posibilidades.

La solución para el hijo, es ser criado con amor y respeto, de acuerdo a su identidad espiritual que le corresponde.
En el caso de su hijita, como noájida, que tiene un padre judío.
Si la sostiene en su crecimiento, si la lleva con amor y respeto por el camino noájida, sin presionarla, sin engañarla, sin mezclarla, la beneficiada será su hija. Y creo que eso es lo que todos nosotros queremos.

Si, llegado el momento, ella siente un poderoso llamado hacia el judaísmo, no dude que será ella la que encuentre el camino para ingresar a la Familia de Israel.

Le recomiendo que se aproxime usted al rabino ortodoxo de su localidad, para entablar un diálogo fecundo con él, a la búsqueda de modos para construir Shalom.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco