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Shalom amigos,
Hoy les hablaré sobre cómo romper el poder de las maldiciones en nuestras vidas personales. En la Biblia encontramos muchos ejemplos de maldiciones y como Dios las rompe.
En Números 23:8 encontramos cómo Balac, rey de Moab, intentó maldecir al pueblo de Israel y Dios no dio lugar maldición, por lo cual, aquel que quería agredir espiritualmente al pueblo judío no tuvo más remedio que decir: «¿Cómo maldeciré yo al que Dios no ha maldecido? ¿Cómo denunciaré al que el Eterno no ha denunciado?».
Este pasaje nos enseña que cuando alguien intenta maldecirnos, si confiamos en Dios y en su protección, esa maldición no tendrá poder sobre nosotros.
Otro ejemplo lo encontramos en Deuteronomio 28:7, donde se nos promete que «El Eterno derrotará a tus enemigos que se levanten contra ti; por un camino vendrán contra ti, pero por siete huirán de delante de ti.»
Este pasaje nos enseña que si confiamos en Dios y en su protección, y vivimos en sintonía con Su Voluntad al conocer y cumplir con Sus mandamientos, entonces, Él nos dará la victoria sobre nuestros enemigos y las maldiciones que intenten lanzarnos.
Finalmente, en Proverbios 26:2 se nos enseña que «Como el gorrión en su vagar, como la golondrina en su vuelo, así la maldición sin causa no llega.»
Este pasaje nos enseña que las maldiciones sin causa no tienen poder sobre nosotros si confiamos en Dios y en su protección. Pero, no es cuestión solamente de una fe hueca, de esas que creen en absurdos, para detener el razonamiento, para oprimir la personalidad. Sino que con verdadera Emuná, que no es ni parecido a la fe, y con el cumplimiento idóneo de los mandamientos, podemos encontrar el abrazo benefactor de nuestro Creador.
Para concretar: debemos confiar en Dios y en su protección todo el tiempo, pero especialmente cuando sientes que necesitad de Su amorosa ayuda para romper el poder de las maldiciones en nuestras vidas personales. Si alguien intenta maldecirnos, recordemos que Dios es más poderoso que cualquier maldición y que Él nos protegerá. Que esta semana nos enfoquemos en confiar en Dios y en su protección en todas las situaciones de nuestra vida.
Pero antes, enfoquémonos en reconocer qué podemos mejorar en nuestra conducta, para que las cosas se den de la manera adecuada, con equilibrio que nos dará poder sobre cualquier amargura.
Shabat Shalom amigos apreciados.
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