A ti que te gusta tanto la religión

La religión NO es camino espiritual, sino una construcción social basada en el EGO.
Está diseñada para mantener al hombre en estado de impotencia, sometido, esclavizado, atontado, engañado, aparentando la vida espiritual y por eso apartado de ella.
Cuantas más limitaciones absurdas, más prohibiciones agobiantes, mayores amenazas terribles, más miedo y represión, es como mejor sirven a su finalidad esclavista. Aunque parezca extraño, los acólitos son más fanáticos y leales cuanto más enajenadas y prohibitivas sean las imposiciones religiosas.
Esto lo conocen, o intuyen, los clérigos de todas las religiones, por lo cual hacen uso y abuso de las herramientas del EGO para seguir ostentando su falso poder por medio de enajenar el poder de sus rebaños.
A veces el engaño es más complejo, porque otorgan libertades extremas, dejan libre al ser para que se desate a gusto pero al final siempre habrá tropiezo, impotencia, desesperación, angustia, culpa y por tanto caerá todo el peso del EGO para entrampar a su víctima.
La religión, cualquiera de ellas, es una trampa.

Noajismo y judaísmo NO SON religión, sino modos de vivir la identidad espiritual que corresponde por Voluntad Divina de cada uno.
Pero, tristemente hay multitud de personas que confundidas llevan a esta conexión sagrada los modismos, rituales, lenguaje, pensamiento, doctrinas propias de religiosos. Entonces, verás masas de gente que hace del judaísmo y/o del noajismo una feria religiosa, con todas las cadenas abusivas, restricciones fuera de contexto, palabrería, misticismo, ritualismo, legalismo impropio a la Ley, fanatismo, irracionalidad, promesas mentirosas, fantasías de súper control, e incluso hacer del Eterno un dios más, un monigote como si fuera una deidad falsa.

Porque, el EGO en su escasa potencia igualmente se las ingenia para ser poderoso.
¿Qué mejor manera de adoctrinar que hacerse pasar por santo?
Entonces, vemos gente disfrazada de lo que no es ni debe ser, predicando con apariencia de santidad doctrinas que son absurdas, prometiendo la magia universal a cambio de ciertos pactos, insistiendo que la fe es la clave para la salvación, promoviendo ideas y vivencias que se presentan como sagradas y en verdad son mentira y estafa.
Y sin embargo, prosperan y se extienden como un rápido cáncer.
La gente los aplaude y elogia, compran sus libros y comparten sus clases, crecen en poder y son aprobados por doquier.
Cuando, en verdad, en la triste verdad, solamente comercian y abusan; confunden y van liquidando de a poco el poder y la eternidad de aquellos que les siguen.
Y esto no es algo reciente, no tiene la culpa la New Age y sus tonteras absolutamente peligrosas.

Por ello, tenlo bien en claro: NO a la religión, en todas sus caras y caretas. Tanto la politeísta como la monoteísta, la endulzada como la monástica, la bochinchera como la silenciosa, la que usa simbología judía como la plagada de paganismo. De todas ellas apártate ya.
De esa manera, estarás preservando tu vida del mal.

Pero, SÍ a la espiritualidad, como ella es en verdad. Es decir, conocimiento de los mandamientos que aplican a cada uno, conducta adecuada a ellos, en lo que pudiera resumirse como una constante construcción de Shalom por medio de acciones de bondad y justicia.
El resto, el bailoteo, memorizar versos, repetir como lelo palabras de “sabios”, congregarse a aplaudir como descerebrado, dar dinero a mansalva a gente disfrazada, estudiar textos “religiosos” que Dios no solicita (y dudosamente apruebe), sumergirte en rituales que no te pertenecen, obligarte a acciones que no son parte de tu diera espiritual, entre otras conductas deben ser evitadas por completo.
¿Es lo que yo, un humilde maestro, enseño?
¿Es una idea revolucionaria de este modesto maestro?

Los profetas de la Verdad, aquellos del TANAJ (el mal llamado “Antiguo Testamento”) no se cansaban de decirlo, una y otra vez. Similar mensaje, casi idéntico.
Permíteme que en esta oportunidad te cite a Irmiá, en una parte de uno de sus capítulos:

«La palabra del Eterno que vino a Irmiá [Jeremías], diciendo:
(2) ‘Ponte de pie junto a la puerta de la casa del Eterno y proclama allí esta palabra. Diles: Oíd la palabra del Eterno, todos los de Yehudá [Judá] que entráis por estas puertas para arrodillaros ante el Eterno.
(3) Así ha dicho el Eterno de los Ejércitos, Elohim de Israel: Corregid vuestros caminos y vuestras obras, y os dejaré habitar en este lugar.
(4) No confiéis en palabras de mentira que dicen: ‘¡Templo del Eterno, templo del Eterno! ¡Éste es el templo del Eterno!’
(5) Porque si realmente corregís vuestros caminos y vuestras obras, si realmente practicáis lo justo entre el hombre y su prójimo,
(6) si no oprimís al forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, y si no vais tras dioses ajenos para vuestro propio mal,
(7) entonces os dejaré habitar en este lugar, en la tierra que desde siempre y para siempre di a vuestros padres.
(8) ‘He aquí que vosotros estáis confiando en palabras de mentira que no aprovechan.
(9) Después de robar, de matar, de cometer adulterio, de proferir falso testimonio, de ofrecer incienso a Baal y de ir tras dioses ajenos que no conocisteis,
(10) ¿vendréis para estar delante de mí en este templo que es llamado por Mi nombre y para decir: ‘Somos libres’ [para seguir haciendo todas estas abominaciones]?»
(Irmiá / Jeremías 7:1-10)

A tantos se aplican en la actualidad estas palabras.
Los vemos abundar en nuestro entorno, por las redes sociales, tal vez incluso en el espejo.

Por ello, vive como constructor de SHALOM, con una actitud y conducta constante llena de pensamientos/palabras/acciones de bondad y justicia.
Cumple tu parte, la que te corresponde.
Sé feliz.

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rydhelexcv

Bonito artículo. Gracias.

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