Abundancia de todo

¡Pasa, es tan común!
Si hay extendida una gran sábana blanca, o una tela de pintor, o una pared, o una hoja, con un punto negro, ¿qué es lo que sueles mirar?
¿Adónde se dirige tu mirada?
¿Qué atiendes?
Sí, supongo que es el punto el que esclaviza tu visión, el que se adueña de tus ideas.
Hacia allí se encamina tu atención, como si fuera un imán que atrae irremediablemente.
Pasa, es común que así sea.

Como con el punto en la pantalla en blanco, es el resto de los asuntos.
Nos quejamos, lamentamos, rogamos, clamamos, lloramos, enojamos, confundimos, obsesionamos por esas fallas que se cruzan en nuestra vida.
Nos aferramos al dolor, abrazamos el sufrimiento, nos apretamos fuerte a lo enfermo mientras pasa de largo la infinidad de bienestar y placer.

Tanto te perturbas por esa cosa (probablemente) insignificante.
Derrochas tu energía, dejas de disfrutar de lo bueno que tienes para ti.
Sumas sentimiento de impotencia a la anterior impotencia.
Añades máscaras y cáscaras, acrecientas las dificultades, te hundes en reacciones poco efectivas.
¿Por qué?
Por concentrarte en el punto negro en vez de admirar la pantalla enorme y tersa, que está esperando que tú la disfrutes.

Entonces, dejas de ser feliz a cambio de enfocarte en la amargura.
Sí, ese punto está ahí y no lo quieres.
Hasta quizás sea algo grave, señal de algo más profundo y terrible.
La idea no es negar la realidad, no es evadirte, no es fantasear que mágicamente desaparece lo negativo a fuerza de no pensar en ello o por llenarte de pensamiento positivo supuestamente mágico.
La idea es admitir lo malo, aceptar que es real, pero no enfocarte en él.
Dejar fluir, para controlar aquello que está en tu haber controlar.
Eres poderoso en determinado sector, así como limitado en otros.
¿Sobre qué vale la pena poner la atención y dedicación?

Entonces, aprende a aplicar con sabiduría y conocimiento tu energía.
Busca tu Yo Auténtico en medio de la maraña de máscaras y cáscaras del Yo Vivido. Encuéntralo.
Date cuenta cuáles de tus facetas del Yo Vivido resuenan al compás sagrado de tu Yo Esencial.
Entonces, estarás en la senda de la unidad, de la unicidad, de la armonía interna que se amplifica en lo externo.
Podrás sentir el SHALOM que estás construyendo con esta acción, entonces tus acciones serán de bondad y justicia, movido por el AMOR y ya no por el impedido EGO.
Vivirás aquí y ahora, plenamente, sin sentir culpas por el pasado, y sin angustiarte por el futuro.
Estarás presente, serás presente, en unidad contigo mismo, con el prójimo y con el Eterno.
Gozarás, serás feliz, ya no actuarás movido por el EGO y usando sus herramientas.
Estarás enfocado en el bienestar, en la bendición, serás bendito y de bendición para otros.
Estarás consciente y ya no en caos, sumiso al Eterno sin por ello abandonarte en esclavitud.

Por supuesto, la vida seguirá dándote puntos oscuros, habrá tiempos de llorar y no solamente para reír.
Pero, será tu respuesta diferente, de vida, de sentido, de trascendencia, de felicidad lo que finalmente te quedará.

Quizás ahora puedas entender de una manera diferente, ¿más profunda?, este versículo que explica el motivo de que sobrevengan maldiciones:

"Por no haber servido al Eterno tu Elokim con alegría y gozo de corazón por la abundancia de todo…"
(Devarim / Deuteronomio 28:47)

Y si entiendes el mensaje, entonces no lo dejes en idea, en una sensación pasajera, en un rayito de luz que realmente poco espabila la inmensa oscuridad; mejor, vive a pleno, construye shalom, haz tu parte en la tarea.

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Emanuel Ruiz

Que bello articulo! saludos y bendiciones para usted y para todos los lectores.

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