La impotencia relativa es condición permanente del ser humano,
cuando pretendemos dejar de sentirla por medio del uso inadecuado de las herramientas del EGO,
podremos aparentar poderío en ciertas circunstancias,
pero en verdad nos hundimos más y más en la oscuridad.
El EGO es quien nos lleva al egoísmo, la apatía y la agresión
que son actitudes que llevan a descomponer la vida individual y colectiva.
En lugar del llanto y/o grito y/o pataleo y/o desconexión de la realidad,
admitamos nuestra situación,
elaboremos alternativas creativas,
confiemos en el Eterno
y hagamos nuestra mejor parte.
Siempre construyendo SHALOM, con acciones de bondad y justicia.
http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/sefirat-haomer-31