Mirada a mitad de la SEFIRÁ

Cuando mis ojos ven,
mi mente no ve eso que llamamos «la realidad»,
más bien la fabrico de acuerdo a lo que he aprendido.

¿Eso significa que todo es subjetivo?

No necesariamente,
pero sí implica que debo actuar con extrema humildad,
sin pretender ser el dueño de eso que llamamos «la verdad».

Para lo cual,
el camino indicado sigue siendo el del constructor de SHALOM,
quien actúa (pensamiento, palabra, acción) en todo momento con bondad y justicia.

Asumiendo que somos finitos, impotentes, capaces de errar por más buena intención que pongamos.
Siendo comprometidos con la tarea de quitar los velos del EGO, esfumar las cadenas del hábito, entregarnos de lleno a trabajar responsablemente para librarnos en la medida de lo posible de nuestras celditas mentales.

Es un trabajo constante, sin promesas de resultar en logros.
Pero, el éxito está en el camino, no en la meta.
Pues la meta es el mismo trabajo de pulir la roca para convertirla en espejo de la LUZ.

Llegado al punto en el cual mis ojos verán el reflejo de la NESHAMÁ, el Yo Esencial,
en cada una de las conductas de mi personalidad, es decir, de mi Yo Vivido.
Entonces, el EGO estará sirviendo a su función natural y seré libre.

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Jonathan Ortiz

Con loa años he ido aprendiendo a huirle a la gente que a toda pregunta le tiene una respuesta y que ven en decir «No sé» como una debilidad.

Gracias por la reflexión Moré

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