«En principio creó Elohim los cielos con la tierra.
Y la tierra estaba informe y desordenada, y había tinieblas sobre la faz del abismo, y el soplo de Elohim se deslizaba sobre la faz de las aguas.
Dijo Elohim: ‘Sea luz’ y fue luz.
Vio Elohim la luz que es buena y separó Elohim entre la luz y entre las tinieblas.
Elohim llamó a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y fue la mañana, día uno.»
(Bereshit/Génesis 1:1-5)
Estos cinco primeros versículos de la Torá, incluso en su literalidad y sin recurrir a profundizaciones, nos informan de muchísimos aspectos sumamente importantes.
Tratemos de enfocamos en algún contenido que nos ayude a crecer, a mejorar, a descubrir y desarrollar potencialidades que nos otorguen mayor poder.
Así podremos ser émulos del Creador a escala humana.
En esto de la creación encontramos varias fases o estados:
- Ruptura de límites.
- Volatilidad imaginativa.
- Aterrizar una idea.
- Llevarla a la práctica.
- Admirar la novedad.
- Evaluar el resultado.
- Ajustarlo.
- Declaración.
- Formación de un nuevo límite.
Si tomamos esto como un modelo de conducta para todas las áreas de nuestra existencia, no solamente para aquello que se considera del rango de lo creativo (arte, humanidades, publicidad, innovación tecnológica), podremos llevar una vida mucho más rica, poderosa, feliz, de satisfacción.
Te pido que ahora me ayudes dando un ejemplo frecuente, cotidiano, banal, en el cual pudieras aplicar este método creativo.
Usa la sección de comentarios, por favor, para ello.
Gracias