Recuerdo y olvido para SHALOM… ¿o no?

La semana pasada la parashá VAISEHEV finalizó así:

«Sin embargo, el jefe de los coperos no se acordó de Iosef [José], sino que se olvidó de él.»
(Bereshit/Génesis 40:23)

Es curioso que diga que no se acordó y que se olvidó de él.
Explicaciones han sido vertidos desde varias fuentes, pero me quedo para este post con esta que comparto ahora contigo.
El copero bien podría haber agradecido al joven hebreo que tanto hizo por él, ¡si hasta le dio ánimos en la oscuridad del exilio y le pronosticó el futuro éxito!
Para este hombre era indudable el valor de Iosef, alguien en quien se podía confiar y en el cual apoyarse para avanzar y obtener sucesos positivos.
No podía olvidarse de él, porque no era un personaje secundario en su vida, por el contrario, durante un tiempo era una figura central y benefactora y ahora era una imagen en su mente que no se dejaba borrar.
Una y otra vez aparecía la imagen de Iosef en la mente de este desagradecido ministro, por lo cual él forzaba su desaparición.
No era falta de memoria o distracción, sino el olvido activo.
Porque, aquí vemos los dos tipos de olvido.
Uno es el involuntario, que es parte del proceso natural de nuestra fascinante y compleja maquinaria de la memoria.
El otro, es el que estamos hablando ahora, aquel que consume energías para ocultar lo que no quiere pasar de aparecer en la consciencia.
Este segundo es un desgaste, porque es una lucha. Uno se está peleando con su propia mente para sepultar ese trozo de información que se niega a evaporarse en la oscuridad.
En ocasiones, quizás la mayoría, nos pasa con recuerdos de hechos que nos traumatizan, golpes de impotencia que hemos recibido y no supimos tramitar.
Ahí están, como una llaga abierta que a veces hace de cuenta que se ha curado, pero no es cierto. De improviso reaparece con todo su dolor y supuración.
Difícil que este desgaste por borrar un suceso que se niega a morir se produzca con recuerdos de momentos felices, ¿quién querría hundir en la espesura el gozo recordado? Pero, también podría ser que sucediera… del ser humano se puede esperar cualquier cosa.

En este relato, podrían ser variados los motivos por lo cuales el copero olvidó y además activamente estaba suprimiendo el recuerdo.
Tal vez sufría por su pasado en la prisión y Iosef era un recordatorio de eso.
Quizás aquella pesadilla de impotencia que padeció era insoportable y Iosef, si bien fue un benefactor bondadoso, solamente le recordaba que él era absolutamente impotente aunque estuviera disfrazado de segundón del rey más poderoso. ¡Si en la cárcel hasta un joven, hebreo, extranjero, prisionero y esclavo tenía más autoridad y dominio que él!
Sí, para el copero el agradecimiento y cumplir su palabra quedaban muy por detrás de esconderse de la impotencia, por supuesto que bajo el tutelaje del EGO que le manipulaba.

Hasta que, en la parashá de esta semana, MIKETZ, leemos:

«Entonces el jefe de los coperos habló al faraón diciendo: –Hoy recuerdo mi desvío.»
(Bereshit/Génesis 41:9)

Sí, por fin pudo hacer un poco de terapia y permitir que ese trozo de información que quería ocultar y le estaba dañando ahora pudiera salir a la luz.
Y con ese acto permitir darse cuenta del verdadero poder, del potencial a realizarse, y no solamente quedarse escapando de las sombras de la impotencia.
Ver la pesadilla al rostro, sin desmayar ni huir, y entonces armarse de fuerzas para avanzar en la construcción de SHALOM interna, que lleva a la externa.
Acá también vemos el poder estupendo de la construcción de SHALOM, acciones (pensamientos, palabras, actos) de bondad y justicia.
El jefe de copas ahora estaba capacitado para hablar con bondad y justicia, para hacer actos acordes y con ello brindar a su mente shalom.

¿Qué te parece como método para mejorar tu vida?
Esto lo hacemos cuando abordamos las sesiones de CABALÁ-Terapia, las cuales te recomiendo: http://serjudio.com/nosotros/sesiones-online

Por otra parte, estamos en la parashá que siempre coincide con Janucá.
Varios son los puntos de contacto y entrecruzamiento.
También en este tema de los recuerdos los podemos reconocer.
Por ejemplo, el párrafo específico que se reitera varias veces al día durante la fiesta (al hanisim) en una de sus partes dice:

En los días de Matitiahu , hijo de Iojanán el Sumo Sacerdote, el jashmonái y sus hijos, cuando se levantó el malvado imperio griego contra Tu pueblo Israel, para hacerles olvidar Tu Torá y hacerles violar los decretos de Tu voluntad.

¿Te das cuenta de la importancia de recordar sanamente y olvidar con salud?
¡Cuéntanos!
Hazlo en el post correspondiente a este texto en serjudio.com, y no en las redes sociales donde se comparte. Así tendremos centralizados los comentarios y podremos dialogar mejor.
El link aparece un poco más abajo, al final de estas palabras.

Gracias por leer, compartir, agradecer y llevar a la práctica.
Y si quieres además ayudarnos económicamente para que sigamos trabajando en la difusión de Torá y el perfeccionamiento de nuestras vidas, se agradece doblemente: http://serjudio.com/apoyo

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