«Entonces surgió una contienda entre los pastores del ganado de Avram [Abram] y los pastores del ganado de Lot.
En aquel entonces los cananeos y los ferezeos habitaban en la tierra.»
(Bereshit / Génesis 13:7)
¿Qué tiene que ver el final del versículo con lo narrado al principio?
Cuatro respuestas.
RASHI.
Los empleados de Lot entraban a las tierras usadas por cananeos y ferezeos, provocando así el enojo de los mismos.
Los pastores de Abraham no estaban de acuerdo con esa práctica, ni aceptaban la excusa que esa tierra sería propiedad de los descendientes y herederos de Abraham, cosa que argumentaban los trabajadores de Lot para esa improcedente conducta.
SFORNO.
Mientras los emparentados Abraham y Lot estuvieran en rencillas, a causa de los problemas suscitados entre sus peones y seguidores, los enemigos se fortalecían y se aprovechaban.
ZOHAR.
Para Lot y sus muchachos había pasado la temporada del noajismo, ahora estaban felices y ansiosos de idolatría y todo tipo de placeres inadecuados que aprendían y compartían con los residentes cananeos y ferezeos.
CABALÁ.
Lot en guimatria equivale a 45, igual que Adam.
Lo que se interpreta que Lot simboliza el Yo Vivido, el hombre tal cual se presenta en esta realidad. El producto de sus interacciones, la sumatoria de máscaras, cáscaras, velos y pantallas. El títere del EGO, que se aparta de la influencia beneficiosa de la NESHAMÁ (espíritu).
Abraham, por su parte, está representando todo lo espiritual, el Yo Esencial. Su actuación es la encarnación de los valores éticos, de aquello que nos conecta con lo más sagrado de nuestra identidad, lo eterno y por tanto con el Creador y el Cosmos en su totalidad.
La discordia de Adam/Lot con Abraham es la del hombre que vive a instancias del EGO, en desarmonía interna, falto de coherencia, imprudente y dedicado a lo que no resulta en beneficio real y trascendente.
Los siete pueblos de Canaan se han identificado con las siete sefirot bajas/mundanales (jesed, guevurá, tiferet, netzaj, hod, iesod, maljut) cuando están fuera de su foco y por tanto son anti-valores. Se enroscan en el deseo de recibir para recibir, acumulando energía cuando debieran ser canales y distribuidores de la misma. Cuando la energía se deposita sin transitar, se va transformando en un grave problema, porque el sistema queda deteriorado, carente de vitalidad, alimentando a un monstruo que crece en su interior y que afecta a su entorno.
Aquí pues, en el versículo se nos señala que Adam/Lot estaba funcionando descentrado del eje, con su energía manipulado por el EGO, especialmente a través de la sefirá que corresponde al anti-valor que se representa por cananeos y por ferezeos.
Por último, Lot en arameo (el idioma para dirimir los códigos secretos de la Torá) significa “maldición”. Es que, cuando es el EGO el amo y la NESHAMÁ la apartada, difícilmente se pueda disfrutar de algunas de las bendiciones que están lloviendo constantemente para nuestro beneplácito.
En conclusión…