Resp. 3592 – Desde el comienzo

Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Internet es como la vida misma, tiene cosas buenas, otras malas, a medias, engaños, torpezas, errores, genialidades, deseos de hacer lo correcto, etc.
Lamentablemente internet está plagado de falsos judíos, que en realidad son cristianos que se hacen pasar por judíos, para de esa manera desprestigiar al verdadero judaísmo y de paso atraer gente a sus doctrinas oscuras, faltas de Dios.
Por tanto, el consejo es que no busque ingenuamente en internet, sino que recurra a sitios de confianza, comprobados en su veracidad, en su identidad.
Lo que usted menciona acerca del siglo octavo de la cuenta cristiana, es una grandísima error. No se en que está basado ni motivado, quizás en la ignorancia del que eso publicó, o quizás en un ánimo de confundir para dominar a los que no están muy firmes en sus cosas espirituales.
No lo sé, ni juzgaré.

El calendario lunisolar, ese que empleamos los judíos y los gentiles que son fieles al Eterno, tiene su origen en la creación del mundo.
Fue el mismísimo Dios el que registró en Su perfecta e inmutable Torá los eventos de acuerdo a un calendario terrestre que toma en consideración tanto al sol como la luna.
Preste atención:

» Entonces dijo Elokim: ‘Haya lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el día de la noche, para servir de señales, para las estaciones y para los días y los años.
Así sirvan de lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo.’ Y fue así.»
(Bereshit / Génesis 1:14-15)

El texto es claro, las lumbreras del firmamento, el sol y la luna, deben servir para marcar estaciones, días, años y además como «señales».
Este es el basamento del calendario lunisolar.
No solamente el sol, como hacen los paganos adoradores del sol.  ((Entre los que se incluyen a los falsos judíos mesiánicos y sus correligionarios adherentes al falso dios humano. Este falso dios es una representación mitológica frecuente del dios solar, o de «su hijo». Investigue si desea al respecto.))
No solamente la luna, como hacen otros que han perdido la senda correcta de la fidelidad al Uno y Único.
Sino que los fieles al Eterno usan ambas luminarias para determinar su calendario, tal como Dios ha dispuesto.

Pero, además cuando los judíos estaban por ser rescatados de Egipto por la «mano» poderosa de Dios, Él anunció a los judíos:

«Este mes os será el principio de los meses; será para vosotros el primero de los meses del año.»
(Shemot / Éxodo 12:2)

Así pues, que Nisán sea el primer mes del año HEBREO lo determinó Dios, y nadie más.  ((Como ya hemos explicado en otra oportunidad, el año UNIVERSAL, al que solemos llamar «judío», comienza en el mes de Tishrei. Pero, el mes nacional HEBREO comienza en el mes de Nisán. Si no le queda claro, o desea saber más, ¡busque en este sitio!))

En la antigüedad, para saber que el mes lunar daba comienzo se precisaba que dos testigos válidos presentaran su testimonio ante un tribunal constituído. Los testigos decían que habían visto el comienzo del brillo de la Luna Nueva, cosa que indicaba que se estaba al principio de un mes lunar, dentro de un año solar. El tribunal admitía esos testimonios y anunciaba el comienzo del mes.
Es que, hace milenios no tenían aún el complicado conocimiento astronómico y matemático como para diseñar calendarios, por lo que debían fundamentarse en el testimonio.
Alrededor del siglo quinto de la era cristiana se tuvo al fin el conocimiento científico necesario, ese que aplico por ejemplo en el calendario online que está en este sitio. De esa manera se liberaron de la necesidad del testimonio y pudieron confiar en los cálculos que indicaban con precisión los meses lunares en el año solar.
Por supuesto que ese conocimiento complejísimo no estaba al alcance del público en general, tal como hoy en día no lo está. Pero todos se podían beneficiar de los resultados de ese conocimiento.

¿Quedó claro?

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Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco