Resp. 3599 – Las puertas abiertas para el rezo

hola Moré Yehuda Ribco.
Quisiera hacerle la siguiente pregunta: yo soy estudiante de ciencias económicas y como tal estoy sujeto a examenes constantemente, quisiera saber si es correcto, realizar una plegaria al Eterno, antes de cada uno de estos exámenes con el fin de obtener una «ayuda», «iluminación», «claridad mental», etc, o como sea decir ¿es correcto que lo haga, es egoísmo o superficialidad? o solamente debo dedicarme a estudiar? (bastante lo hago jeje). bendiciones
g.estetxe

Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Sobre la temática de los rezos ya hemos escrito en abundancia, por lo que le aconsejo que busque, estudie y analice los textos que encontrará en este sitio al respecto.

Como sabemos todos somos hijos del Eterno, Él es nuestro Padre celestial.
Como Padre, ¿no desea que sus hijos se dirijan a Él en momentos de angustia, desolación, alegría, gozo, perplejidad, duda, pedido, etc.?
¡Por supuesto que esto a Él agrada!
Por tanto, cada momento es bueno para dirigirse en rezo a Él, como un hijo se comunica a su padre, sin necesidad de pedir citas previas, sin pompas, sin rituales, sin velas o inciensos.
El Padre esta a la espera, con las puertas abiertas.
Que tristeza cuando rezamos a otros, a cosas que no son Dios, a falsos dioses y otras bajezas.
Que tristeza cuando pretendemos llegar a Él por medio de mediadores, ya que es como si Él no nos amara o como si nosotros no le tuvieramos confianza.
Que tristeza cuando decidimos «no molestarlo» con nuestras pequeñas cosas, sean de alegría o de pesar.
Que tristeza cuando nos negamos a elevar nuestra plegaria, por la excusa que demos.
Que tristeza, pues Él está ahí, a nuestro lado, esperando por nuestra palabra sincera que brote desde el corazón y se dirige a Él.

El Eterno es tambien el Rey de reyes, el Amo del universo.
Como tal no tenemos ningún derecho a exigirLe nada, a reclamarLe nada. Nosotros somos los siervos, Él es la Autoridad perfecta que decide y determina, ordena y demanda.
Pero, como Rey supremo a Él también agrada que Sus súbditos, nosotros, nos encomendemos a Él y no a poderes ajenos, a reyezuelos, a angelitos, a cintitas rojas a cualquier otra cosa.
Él está sentado sobre Su trono, con las puertas del palacio abiertas, a la espera de las loas, alabanzas, agradecimientos y pedidos de los que somos Su pueblo.
Que tristeza que demos la espalda a nuestro Rey, ¿no?

Por tanto, estudie, estudie y estudie. Repase, consulte, ejercítese, haga todo lo que está de su lado para «iluminarse», para estar preparado como corresponde para sus pruebas.
Pero, no deje de rezar a nuestro Padre a nuestro Rey.
Muchos beneficios se obtienen de rezar, muchísimos, aunque debe tener en claro que no es el recibir premios el motivo central por el cual debe usted rezar.
Sino para comunicarse con su Padre, con su Rey. Para adentrarse en su ser y de esa manera entrar en contacto profundo con el Eterno. Para conocer sus virtudes y defectos, de modo tal de estar con pureza de conocimiento ante Él. Para limpiar de falsos deseos y preconceptos su mente. Y hay otros motivos, de los cuales no hablaré pues ya lo he hecho en otras oportunidades.

En resumen, estudie y rece.
A cualquier hora, en cualquier lugar, lo que importa es su deseo sincero de estar en contacto íntimo con su Padre y su Rey.

Por último, no olvide de alabar, agradecer y cuando pida, hágalo también por otras personas. Que no sea solamente «dame, dame», sino «gracias por todo lo que me has dado» y «dales a ellos» y «danos» y al ir finalizando un humilde y confiado «dame». Que se concluye con un agradecimiento.
No sabemos si la respuesta a sus ruegos será «Sí», quizás sea «tal vez», o «más tarde», o sencillamente «no».
Pero, sea cual sea la respuesta, demos gracias, alabemos y continuemos pidiendo, pues es parte de nuestro ser.

Un consejo.
Guíese con el libro de salmos, en traducción judía y erudita, para no caer en errores a la hora de rezar. Pero no deje de ponerse usted en esta comunicación, de dirigirse con ternura y reverencia, como se hace con un padre, como con un rey.

Para finalizar una acotación.
He empleado un lenguaje sumamente figurado respecto a cosas del Eterno, tal como que está sentado, o desea cosas de nosotros. Debe entender esto como imágenes literarias, como ideas, como expresiones, y no como descripciones de la realidad insondable del Eterno.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco

 

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