Medalla de bronce, como mucho…

Un querido amigo gentil, que anhela fervientemente las cosas judías y las busca con frecuencia, me confesó lo siguiente: “Me confunde no ser nada. Usted me dice que soy noájida pero eso es la medalla de bronce, como mucho”.

Ante todo, he de admitir que mi apreciado amigo sienta esto acerca de sí mismo y del noajismo.
Admito que se siente confundido con la cuestión espiritual.
Admito que siente que no es nada.
Admito que considera que el noajismo es un premio consuelo, un fracaso al cual le otorgan algún premio para hacerlo más llevadero; pero fracaso al fin.
Admito que él siente todo eso y le agradezco infinitamente su confianza y aprecio que tuvo para contármelo sin restricciones.
Admito todo ello, con plena honestidad de mi parte, pero no comparto en lo más mínimo esos sentimientos y creencias.

Yo SÉ, no siento ni creo, SÉ que el noajismo es un TODO.
SÉ que el noajismo es sagrado y perfecto para el gentil.
SÉ que la confusión de mi amigo no proviene del noajismo, sino de la ignorancia del mismo, y/o de no aceptarlo que el patrimonio espiritual que Dios, en Su sabiduría y amor, ha entregado a las naciones del mundo.
SÉ que mi amigo no esta solo en tales sentimientos y creencias, ya que me he cruzado con varias personas con similares.

Veamos bien.
Es un error conceptual poner al noajismo como si estuviera en una competencia, en una carrera espiritual, contra el judaísmo.
Como si hubiera una pista y al final una meta, el primero en cruzarla es llevado al podio y galardonado con el oro y la fama.
Realmente, tal imagen es un profundo error.
Tal carrera no existe, como tampoco existe la competencia.
Dios no nos puso en el mundo para divertirse observando como nos arrancamos los ojos y despedazamos para alcanzar la gloria trepando sobre el cadáver del perdedor. ¡Todo lo contrario! Nos ha puesto aquí como en un gran gimnasio de entrenamiento, para aprender a disfrutar, para gozar con los sentidos, para sentir la falta y luego satisfacerla y tener placer, para sentir soledad y formar lazos de unidad, para ser solidarios y dar y recibir. Somos socios, cada uno con su tarea. Somos parte de una orquesta, cada uno con su instrumento. Todos perdemos si alguno pierde. Cada uno gana cuando todos ganamos.

Claro, es difícil darse cuenta de todo ello. Mucho más difícil cuando las religiones y doctrinas enseñan lo contrario. Nos hacen creer que estamos en un mar de lágrimas, que cada placer es pecado, que el mundo es de Satanás, que las limitaciones y pobreza son el camino a la “salvación”, que algunos pocos son los escogidos del “señor” en tanto los otros se pudrirán eternamente. Esas son las ideas religiosas, con sus tintes y colores.

Pero la espiritualidad es opuesta a la visión religiosa, contraria a la creencia de que estamos en un circo romano para matar o morir.
¿Podrá penetrar la Luz en la mente y el corazón?
¿O seguiremos encerrados en celditas mentales? Una de las cuales es la que nos hace sentir que si no somos el “number one” no somos nada.

Según Dios ha provisto, el judaísmo es un camino, el apropiado para los judíos.
En tanto que el noajismo es un camino, el que corresponde para los gentiles.
Así como la corriente alterna sirve para unos aparatos y la corriente continua para otros, sin que sea una mejor que la otra. (Si algún electricista, físico o experto se da cuenta de algún error en el ejemplo, que me lo haga notar y lo cambio por otro. Gracias.)
Ambas corrientes son “buenas”, y alimentan a los dispositivos diseñados para cada una.

Entonces, el camino del judaísmo y el del noajismo,
los dos llevan al mismo lado,
pero desde diferentes lugares.

Yo no veo que uno sea mejor que otro.
Sí percibo que el judaísmo es mucho mas pesado, estricto, tedioso, plagado de detalles.
¿Cómo no serlo si cuenta con 606 mandamientos más que el noajismo?
Porque, en definitiva, la médula diferencial son esos 606 mandamientos extras, a los que se suman miles y miles de reglamentos.
Claro, por supuesto que hay toda una cultura y cosmovisión detrás, pero que no hace del judaísmo mejor que el resto de las culturas.

Aquellos gentiles que tanto desean el judaísmo, en su gran mayoría se quedan con lo superficial, lo anecdótico, lo folclórico o hasta lo que ni siquiera es realmente judío en su origen y esencia (trajes negros, sombrero de ala ancha o circulares de piel de animal, música klezmer o jasídica, cuentitos de maestros milagrosos, bailecitos emborrachados, etc.). Están también los que se fascinan con lo que ellos creen descubrir en el judaísmo, como una gran familia, escapar de sus propios problemas, ser parte de una cultura milenaria, pertenecer a un pueblo “misterioso”, ¡vaya uno a saber qué imagina el soñador!
Porque, los que profundizan y hacen de su interés una dedicación madura, por lo general culminan en un proceso de conversión formal y legal al judaísmo.

Ahora, el gentil que se siente fracasado porque considera en poco al noajismo, o sigue ilusionado con el judaísmo, ¿no está en cierta forma faltando el respeto a Dios?
Porque, según la Tradición es Dios el que decidió que exista el noajismo y que sea el camino para el gentil.
Él también decidió que el 99% de la población mundial sea gentil, y que el número no varía mucho.
Y decidió que el gentil nazca como tal.

Creer que uno es un fracasado por ser parte de la casi totalidad de la humanidad, por no ser parte de ese 0,02% de personas… ¿es respetar a Dios?
Considerar que el noajismo es deficiente, escaso, incompleto, falaz, de poca monta, escala en el camino al judaísmo, ¿es respetar a Dios?

No hay una carrera espiritual que antagonice a judaísmo con noajismo, sin que hay complementariedad.
El judaísmo es para acercar el cielo a la tierra.
El noajismo la tierra al cielo.

¿Entonces?

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Jonathan Ortiz

Qué triste ver que se conciba al noajismo como «el tercer lugar» o el premio al que llegó de último. Me pregunto qué dirian los Patriarcas o los grandes hombres que andaron con Dios y vivieron como NOAJIDAS fieles MUCHO ANTES que el Judaismo se originara? Este mes mi esposa y yo cumplimos 8 años de noajismo activo y consciente, y sin temor a equivocarme creo que estariamos mejor calificados que cualquiera si nos diera por iniciar un proceso de conversión al judaismo, PERO para qué? Ya lo tenemos TODO con nuestra identidad espiritual noajida, tenemos un hogar con hijitos… Read more »

Jonathan Ortiz

Moré, el único fuego que tengo ahora es el del asado los fines de semana.

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