Es un tema habitual:
"Yo le demuestro a mi amigo la verdad de la Torá, su origen celestial, la realidad de la Alianza entre el Eterno e Israel, la impresionante exactitud de las profecías, la grandeza de cumplir las mitzvot, etc. Todo esto queda demostrado y aún así: ¡mi amigo no quiere creer, o no quiere cumplir con las mitzvot!"
Esta es una cuestión muy profunda e interesante, para la cual no hay respuestas simples o fáciles.
Varios factores podrían estar en juego en esta extraña conducta de aferrarse a las cadenas del error.
Desde el plano físico, podría estar la imposibilidad de contactar frecuentemente con personas que vayan por el camino de la Torá y las mitzvot, por lo que no tienen a mano algún faro o guía en el camino de salida de la pobreza espiritual.
Si este fuera el caso, habría que encontrar la manera de facilitarle las cosas, para que puedan participar de las cosas de la comunidad, estar en shiurim, ser convidados a cenas de Shabbat, etc.
Darles más acceso desde el plano de lo físico y material, para que no sea un escollo a la hora de regresar a la senda correcta.
Desde el plano emocional, puede ser que la persona se sienta tan angustiada por la verdad que le ha sido revelada, y por los cambios que necesariamente debe hacer en su vida, que no se crea con las fuerzas anímicas y el coraje como para realizarlos.
También podría ser porque padres, pareja, amigos, gente muy cercana se oponen a la liberación espiritual, ya que están aferrados como tenazas a su propio camino y no toleran que alguien les señale (ni siquiera indirectamente) sus errores. Ese señalamiento se puede vivir como una catástrofe, como una agresión, cuando ciertamente no es otra cosa que descorrer el pesado velo que está cubriendo la realidad.
Por temor, esos allegados cierran cualquier opción a la duda, a la crítica, al análisis serio y maduro de las pruebas que demuestran la confusión en la cual se hallan. Se burlan, se enojan, insultan, bravuconean, se niegan a discutir o siquiera oír, buscan defectos en las cosas del judaísmo, se adhieren con fuerza a cualquier teoría o supuesta prueba de la invalidez de la Torá.
No es fácil entonces que uno solo lidie con todas las contras y obstáculos que vienen de parte de los allegados, por lo cual, uno reprime sus anhelos de libertad, baja la cabeza, y se suma a los que siguen desviados detrás de sus ojos y corazones.
Sin ser tan graves los conflictos, se puede sentir por parte de los allegados culpa, o dudas, o sospechas, por lo que se parapetan detrás de la negación, u otras formas de obstaculizar el crecimiento del baal teshuvá. Comprensión y paciencia por parte de todos sería el ingrediente fundamental, que no siempre se encuentra disponible.
Está también la idea de que el observante lleva una vida aburrida y triste, sin diversiones, ya que no hay juergas, ni parrandas, ni otras licencias (en sexo, alimento, ocio, etc.) que se perciben en general como divertidas, cuando de hecho la mayoría de estas licencias afectan negativamente a la persona y/o la sociedad.
Es cierto que no hay permiso para muchas de las distracciones que son superficiales y banales, que se procura encontrar un ocio saludable que condice con la santidad de la vida; pero no he conocido a observante apático o amargado por no emborracharse el fin de semana con los amigos, o por no haber contraído HIV, entre otras cosas. El judaísmo provee de ocasiones de gozo y alegría que son kosher, para beneficio y bendición. Es cuestión de vivirlo para apreciarlo.
Desde el plano social, porque en ciertos medios sociales no es fácil asumir el compromiso con su identidad espiritual. En algunas ocasiones no es sencillo ser observante, por ejemplo en la Facultad si obligan a rendir exámenes en Shabbat, o por los feriados judíos, entre otras trabas.
Está también el temor al "qué dirán", al cómo será vista y evaluada la persona luego de que retorne, cuando sea un baal teshuvá.
Así, he conocido a gente muy ansiosa por expresar su judaísmo que finalmente se deprimen y ya no intentan seguir por el camino de la Torá y mitzvot.
Tal vez asuman para su vida alguna conducta correcta en cuestiones privadas, o parciales, por ejemplo ir los viernes al Shil, o dejar de comer jamón, o algo parecido, pero no un compromiso global con el judaísmo.
A causa de la presión social, por el qué dirán, por la reacción de sus antiguos líderes y camaradas, o por las reales dificultades que enfrentarían en sociedades muy fanatizadas en lo que refiere a su oposición a lo judaico.
Por supuesto que brindar un marco social observante, receptivo, atento, fraternal, no intromisivo, no acusador, no violentista… cosa que no es para nada sencillo, pero que se debiera hacer.
Un nuevo marco social en el cual se siga la consigna de que las palabras de los Sabios se asumen cuando son dichas con con amor, con respeto hacia el prójimo.
Desde el plano intelectual, son rotundas y concluyentes las pruebas que demuestran el valor impresionante de la Torá. Si las personas fuéramos máquinas intelectuales, sin dudas que nadie estaría extraviado del camino de la Torá.
Pero, en la mayoría de las personas el plano intelectual es relegado a un segundo plano, se lo deja como torpe asistente de los dictados de las pasiones y deseos.
Es el intelecto quien debiera conducir las cosas de la vida personal y comunitaria, pero tristemente se deja que las pasiones y deseos, los dictados del corazón, sean los que comanden.
Entonces, se usa el intelecto para inventar mil excusas para no hacer lo que es correcto ni debido, se buscan justificaciones, se repite como loro consignas y frases carentes de valor pero que son sentidas como muy poderosas, todo para no andar por el camino correcto, etc.
Tal como a un drogadicto se le puede enseñar lo malo de su conducta, lo nocivo para él y sus familiares, lo terrible de su situación, y el drogadicto lo entiende perfectamente (si es que la droga le dejó neuronas activas para pensar), pero igualmente no deja la droga. El que se aferra a los caminos ajenos a la Torá puede estar enviciado, y es un trabajo muy duro el que se precisa para quebrar el hábito y mucho más duro para quebrar el vicio.
Se asume la identidad superficial como si fuera el verdadero Yo, cuando en realidad no es más que una máscara, un disfraz, una impostura, una actuación teatral, pero que de tanto actuarla se la siente como si fuera original y verdadera. El hábito convertido en vicio se impone cual si fuera la verdadera cara de la persona, siendo que no es otra cosa que una máscara, que afea, enferma, vacía de sentido y duele… pero se la sostiene por estar habituado, cómodo con "lo malo conocido".
No es fácil…
Desde el plano espiritual, la persona no solamente precisa saber, entender, aceptar, sino vivir de acuerdo a los mandamientos que el Eterno le ha dado para que cumpla.
La persona no solamente debiera aprender y entender lo que se le muestra, sino empezar a vivir de acuerdo al camino de la Torá y las mitzvot.
Se empieza de a poco, un paso por vez. Creando un nuevo hábito, pero esta vez positivo. Lo que comienza como un riachuelo finalmente se transforma en una poderosa corriente que se une al gran océano. La cuestión está en comenzar a vivir de acuerdo a las mitzvot, de a poco, con esfuerzo, para que finalmente esto permita quitar la máscara de la perplejidad y lejanía y surja en su lugar el verdadero rostro, puro y radiante de la esencia espiritual.
Si la persona deposita su confianza en el Eterno, encuentra modos para superar las dificultades o sobrellevar aquello que materialmente es inmodificable.
Hasta aquí mi reflexión, ahora me gustaría recibir sus comentarios, experiencias, vivencias, dudas, etc.
Quiera el Eterno que sigan volviendo Sus hijos a Sus sendas.
b’sd genial,excelente perfecto como siempre yehuda!!! no puedo estar mas de acuerdo con vos.. se empieza be adraga=de a poco y muchas veces Hashem mismo lo guia a uno hasta la tora ,y especialm. en los tiempos q’ estamos viviendo hay muchos y habra miles mas de baalei teshuva hoy n dia la gente escucha una artzaa ,le llega,, va a otras clases ,y empieza a adoptar conceptos y aplicarlos a la vida cotidiana,la curiosidad de saber y aprender entonces es insaciable.. la mitzva q’ se empezo con alegria ,asi quedara por siempre por ej ,ir a la mikve ,comer… Read more »
otra cosita,en lugar de demostrarle a tu amigo anything ,invitalo a un shabat en tu casa..
q’ aprenda de tus valores por lo q’ ve en vos y q’ quiera imitarte
«Si este fuera el caso, habría que encontrar la manera de facilitarle las cosas, para que puedan participar de las cosas de la comunidad, estar en shiurim, ser convidados a cenas de Shabbat, etc.»
SHALOM MORE YEHUDA LA IDENTIDAD QUE ME FUE DADA ES LA GENTIL PERO CREO QUE NOSOTROS IGUAL PADECEMOS LA MISMA ENFERMEDAD CUANDO LE HABLAS A ALGUIEN DE LA HERENCIA QUE NOS FUE DADA POR EL SANTO BENDITO PASTOR DE ISRAEL, LA GENTE SE PONE A LA DEFENSIVA ME PASO ALGO ASI EL DIA DE AYER UN CON UN SOCIO DEL DESPACHO ESTABAMOS PLATICANDO Y EL DIJO QUE NO SE HABIA CIRCUNCIDADO Y QUE LE MOLESTABA POR CUESTIONES HIGIENICAS Y QUE SE IBA A CIRCUNCIDAR Y DIJO «ESQUE LOS JUDIOS SE CIRCUNCIDAN A LA EDAD ADULTA ANTES DE CASARSE (EL ES… Read more »
Está en todo lo correcto Yehuda. Mi reflexión quiza tenga algo de locura pero es lo que pienso. Hace poco me pasó algo similar con un amigo. Él por su parte razonó, pensó, dió «por fin» una opinion independiente y objetiva, PERO al cabo de un ratito noté (lo que le sentí) pasó por una gran depresión o mejor dicho, una «GRAN DECEPCION» (se le veía en sus ojos) al entender (por escasos segundos de razonamiento independiente) la mentira, o las mentiras, en las cuales estaba acostumbrado a creer (fe). Lo percibí, y entonces fué cuando le busqué denuevo conversación… Read more »