La unión y unidad entre personas
no se consigue aplastando al adversario,
la destrucción no debiera ser la primer medida.
Aunque, tampoco se la debe descartar.
Mejor es procurar el trabajo interno y externo que permita transformar al contrario en partidario,
al obstáculo en trampolín para nuevos logros,
la oposición en alternativa a considerar.
La flexibilidad suele ser signo de salud y bienestar,
pero la falta de límites claros y necesarios,
es un síntoma evidente de descalabro y promotor del malestar.
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