En todas las escuelas del mundo es necesario introducir las Siete Leyes Universales y ayudar a que la humanidad tome conciencia de su identidad esencial.
Por supuesto que habrá gente que se oponga:
- sea porque no entiendan la naturaleza del noajismo y lo asuman como una religión;
- sea que tienen su religión a la cual adherir y temen que se sepa la verdad del daño que causan las religiones, todas ellas;
- sea que en su Sistema de Creencias se erige una fuerte oposición a la belleza, sencillez y pureza de las cosas del Creador;
- sea que cargan un terrible odio (irracional, pero muy extendido) hacia el judaísmo y los judíos, e identifican al noajismo como el socio gentil del judío.
O por cualquier otra razón, todas ellas espurias, que impiden el dulce brote del noajismo, la única y eficiente manera de llevar a la humanidad a su máximo posible en bienestar y gozo.
Con las Siete Leyes Universales el mundo se transforma en el Paraíso Terrenal.
No eliminan los defectos naturales ni impiden los factores que perturban la existencia, pero sin dudas sacan a relucir lo mejor que tiene la especie humana, en armoniosa actividad ecológica.
Es el que permite llevar relaciones constructivas, consigo mismo, con el prójimo, con el ajeno, con las otras especies, con la naturaleza, con el Cosmos, con el Creador.
Es la senda del gentil constructor de SHALOM.
Como sabemos, la base de la construcción de SHALOM es pensamiento, palabra y acción de bondad y justicia.
Sobre estos pilares reposan los Siete Mandamientos para las Naciones.
Si cada uno de nosotros nos relacionamos construyendo SHALOM, y en especial los líderes, entonces las guerras y todas las otras crisis de origen humano serían cosas del pasado.
La honestidad y la vida sencilla y saludable estaría presente, para beneficiar a cada uno.
Así pues, mientras el noajismo sea un tema inexistente en los planes de estudio escolares, debemos hacer lo posible para que la construcción de SHALOM esté presente.
No demos más excusas, cada uno activemos allí en donde tengamos poder para permitir el despertar de la conciencia de la humanidad.