Queridos miembros de nuestra amada comunidad,
Hoy, me dirijo a ustedes como su maestro espiritual, pero también como un defensor de la psicología positiva, una disciplina que nos invita a buscar el bienestar y la felicidad en nuestras vidas, incluso en tiempos de adversidad. Quiero ampliar el mensaje que compartí anteriormente, basado en la historia de la destrucción masiva en la Parashá Noaj, y conectarlo con la dolorosa experiencia que hemos vivido recientemente como pueblo.
Como todos saben, hemos sido testigos de un masivo ataque terrorista perpetrado por los terroristas de Hamas. Este ataque dejó a miles de nuestros hermanos y hermanas seriamente afectados, y el mundo entero se vio sumido en un estado de incertidumbre y tensión. En momentos como estos, es fundamental fortalecer nuestra resiliencia y encontrar la manera de reconstruir nuestras vidas y nuestra comunidad.
La historia de Noaj nos enseña que incluso en medio de la destrucción más desgarradora, siempre hay espacio para la esperanza y la oportunidad de renacer. Como comunidad, hemos enfrentado desafíos antes, y hemos demostrado una increíble capacidad de recuperación. Ahora es el momento de aprovechar esa resiliencia y unirnos para reconstruir, no solo los edificios y las infraestructuras dañadas, sino también los corazones y las almas heridas.
Tanto en el judaísmo como en la psicología positiva, aprendemos que el optimismo realista y la gratitud juegan un papel fundamental en nuestro bienestar emocional. A pesar de la tragedia que hemos vivido, es importante reconocer y agradecer las muestras de solidaridad y apoyo que hemos recibido de la comunidad internacional, así como la que se hace entre nosotros mismos. La bondad y la compasión que han surgido en medio de la oscuridad nos recuerdan que no estamos solos y que tenemos una red de apoyo en la que podemos confiar.
Además, debemos recordar que somos portadores de una tradición milenaria que nos ha enseñado a encontrar luz incluso en los momentos más oscuros. Nuestra emuná y nuestra cultura pueden brindarnos consuelo y fortaleza durante estos tiempos difíciles. Noaj, en su arca, encontró refugio y protección, y nosotros también podemos encontrar consuelo y esperanza en nuestras tradiciones y creencias compartidas.
Como comunidad, también debemos recordar la importancia de la responsabilidad y la ética en nuestras vidas. La historia de Noaj nos muestra que nuestras acciones y decisiones tienen un impacto significativo en nosotros mismos, en nuestras comunidades y en el mundo en general. En este momento crítico, debemos preguntarnos qué tipo de comunidad queremos ser y cómo podemos contribuir a la construcción de un futuro mejor.
Aprendamos de los errores del pasado y trabajemos juntos para abordar las causas subyacentes del conflicto que enfrentamos. Busquemos soluciones pacíficas y duraderas, y trabajemos para construir puentes de entendimiento y respeto mutuo. Enfrentemos los desafíos con valentía y determinación, sabiendo que nuestra capacidad de superación es poderosa y que juntos podemos marcar la diferencia.
Querida comunidad, les insto a mantener la esperanza viva en nuestros corazones y a recordar que, a pesar de las dificultades, tenemos la capacidad de reconstruir y florecer una vez más. Sigamos adelante con emuná y confianza en nuestro poder colectivo para superar cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino.
Que la paz y la bendición estén con todos ustedes.
Con cariño,
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