La gente, nosotros buscamos el camino fácil, y por esto nos complicamos tanto la vida.
Es paradójico.
Nos afanamos por alcanzar la comodidad, el placer instantáneo, el no tener que esforzarnos
PERO es precisamente esta actitud la que nos niega la alegría y nos cierra el paso al bienestar.
Entonces inventamos excusas en abundancia para negar lo que es evidente.
Nos llenamos de palabrería y creencias, para seguir sometidos a nuestra complicación en lugar de ser felices.
No me creas a mí, créele al santo predicador:
"Considera que solamente he hallado esto: que Elokim (Dios) hizo al hombre recto, pero ellos se han buscado muchas excusas.’"
(Kohelet / Predicador 7:29)
Dios hizo al humano y le dio el camino derechito hacia la plenitud, el bienestar, la alegría.
Estaba todo preparado para que el hombre fuera dichoso por siempre.
Pero el hombre no quiso andar recto por la senda de Dios, sino que de inmediato empezó con cálculos, conveniencias, jueguitos mentales para obtener el supuesto poder.
Y fracasó de manera estrepitosa.
Eso no le pasó solamente a Adam y Java (Adán y Eva), es algo que nos pasa cada día.
Piénsalo y te darás cuenta de que es así.
Está todo listo para que seas bendito, pero decidiste dar esa vuelta de más, ese rebusque innecesario, esa cosita que nadie te pidió o te demandó el pastor… y entonces perdiste el rumbo.
Ya no te diriges más a la bendición, sino a la complicación, a bailotear entre la polaridad del dolor.
El ejemplo es evidente en el noajismo.
Dios ha dado Siete Principios básicos, fundamentales, simples de comprender, sencillos de transmitir, fáciles de cumplir, evidentes, naturales.
Son el camino de la humanidad para ser espirituales.
Pero, ¿qué hizo la gente, desde el mismo comienzo de la historia humana?
Se inventó religiones.
Impusieron creencias, dictaron dogmas, establecieron inquisiciones, encendieron hogueras para quemar herejes, erradicaron a los que pensaran diferente, jugaron a ser dioses, fueron payasescos con los rituales que elaboraron… y así seguimos actualmente.
La gente se complica innecesariamente.
Se llenan de rituales y de doctrinas en lugar de aferrarse a su verdadera esencia espiritual y a su camino de Luz.
Te propongo que seas simple en verdad, de forma auténtica.
Si eres gentil (no judío) entonces conoce los Siete Principios fundamentales y haz de ellos el parámetro de tu vida.
Así serás realmente espiritual.
Entonces, serás bendito y de bendición, serás feliz, tendrás alegría y, lo que para muchos parece indispensable, la promesa de una vida eterna llena de placer.
Hazlo por ti, sí hazlo de forma egoísta: vive como noájida para ser feliz aquí y en el paraíso.
No lo hagas porque eso es lo que te manda Dios.
No lo hagas porque es lo correcto, es la raíz de toda ética.
No lo hagas para ser auténtico, armonizado en ti mismo.
No lo hagas para beneficiar al prójimo, a la sociedad.
No lo hagas por nada trascendente. ((Todo esto ya te lo propuse antes y no lo admitiste ni integraste a tu vida))
¡No!
Hazlo para ser feliz, para ser bendito, para ser salvo, para obtener muchos bienestar.
¿Sí?
¿Lo harás entonces?
Vamos, es lo que Dios quiere para ti. Quiere que seas feliz. Ha diseñado todo para que lo seas. Pero tú tienes que abrirte a recibir esa Luz, esa paz, ese shalom.
¿Sí?
¿Lo harás?
Vamos, sé simple en verdad.
No a la manera del EGO, que todo complica pero hace creer que facilita.
Vamos, la bendición se derrama sobre ti a cada instante, ¿te negarás a recibirla en abundancia?
Abre tu corazón, deja de pensar en lo que te han enseñado en tus iglesias.
La salvación ya está lista para ti, con toda la bendición.
Pero la debes aceptar.