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 Lic. Prof. Yehuda Ribco // 2 Adar 24, 5765 - 4/4/05

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 Cterapia  

     Optimismo: Querer no es poder, pero es un paso...
Claves: Cabalá, Kabbalah, mística, sod, secreto, Dios, bienestar, paz, armonía, desarrollo, crecimiento, felicidad, salud, normas, generosidad, egoísmo, equilibrio, alegría, enfermedad, rectificación, alimento, comida, sangre, refinamiento, trascendencia, psicología, emocional, hijos, familia, crianza, educación, adicción, emoción, intelecto, sefirot, poder, esfera, facultad, midá, justicia, retributiva, retribución, tikún, profecía, Dios, religión, Midrash, Talmud, Rabino, rabínico, oral, Torá, estudio, bíblico, Biblia, Israel, israelita, hebreo, judío, judaísmo

Qué lindo tapiz... ¿y detrás?
"...obran con engaño y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: 'Paz, paz.' ¡Pero no hay paz!" (Irmiá / Jeremías 6:13-14).

Muchos hablan y predican el "pensamiento positivo" en el entendido de embadurnar la mente con promesas y esperanzas, colores y sonidos que embotan los sentidos y apartan de la realidad.
Actúan como si en la pared hubiera una fea mancha de humedad, y en lugar de estudiar el origen del problema y buscar posibles soluciones, se contentaran mejor con poner un bello tapiz, muy vistoso y alegre, que oculta la triste realidad.
Pero, con este "pensamiento positivo", con este tapiz de mentiroso bienestar lo único que suelen conseguir es aumentar el daño que se está generando, perjudicar aquello que quizás hubiera sido recuperable, y peor aún... se alejan de hallar una efectiva y real conclusión para el problema.
Con su tapiz, se llenan de anestésica algarabía, se despreocupan de la realidad, y sin darse cuenta, se hunden más y más en una ciénaga que crece a cada instante.

En verdad, este "pensar positivo", debiera ser denominado "enajenar el pensamiento con un disfraz de descascarado optimismo"

Sin embargo, más allá de este uso enfermizo del "pensar positivo", existe otro que es efectivo y provechoso, el cual muy brevemente expondremos a continuación.

Adiestrar el ojo
"Todo el que posee la virtud de Ain Tová (buena mirada), pertenece a los discípulos de nuestro patriarca Avraham. Y por otro lado, todo el que posee Ain Raá (mala mirada), pertenece a los discípulos del malvado Bilam" (Avot 5:19, o 5:22).

Hay tres niveles de Ain Tová:

  1. Una persona que sabe ver “la mitad llena del vaso”, aunque reconoce que está medio lleno. Él también ve lo negativo, pero no se desentiende de lo positivo.
     

  2. Una persona que ve la realidad como un todo, que es bueno. Hay personas que aprecian lo bueno y lo malo que hay en el prójimo, y cuando tienen que resumir, a fin de cuentas, dicen: “Es una buena persona”. Ellos siempre le dan más importancia a lo positivo.
     

  3. Una persona que sabe ver lo positivo incluso en lo negativo. No se desdibuja el límite entre el bien y el mal, sino que se está en un nivel que se comprende que “para siempre es Su bondad” (Irmiá / Jeremías 33:11).

La psicología empírica1 reconoció lo que la Tradición conocía hace siglos: el papel fundamental de nuestros aspectos cognitivos (nuestros pensamientos y creencias) y su impacto en las conductas y el comportamiento personal.
Es natural que la persona busque una consonancia entre sus pensamientos y creencias y sus acciones, pues el espíritu humano en su diversidad anhela reencontrar la unidad primordial.
Esta vinculación tiene una faceta negativa:
Cuando los pensamientos y/o creencias respecto a sí mismo son perniciosos, la tendencia será a actuar negativamente. Es como si el sistema de pensamiento/creencias (sus pre-conceptos) generara su propia realidad2. Y cuando esa realidad, y sus sentimientos, son lesivos, la persona vive una tortura permanente de la que también cree no poder escapar, pues de algún modo siente que está preso de un destino fatal. Cuando en realidad, es su propio sistema de pensamiento/creencias el que lo pone una y otra vez en situaciones tortuosas.
Así pues, en estos casos la solución al malestar no se halla modificando las condiciones externas, sino aprendiendo a "pensar/creer positivamente", para de esa manera quebrar el ciclo de continuas repeticiones de lo dañino.

En un ejemplo concreto: si a un niño se le ha hecho creer y pensar que es tonto y que no tiene derecho a avanzar en la vida ni a tener dignidad, ¿acaso no fracasará reiteradamente en su escolaridad, no demostrará con hechos su "tontera" y además cargará con lastimosa ostentación un rótulo que reza "vean: soy tonto"?

Hoy en día son conocidos y empleados en la práctica clínica conceptos tales como expectativas, percepciones, actitudes, preferencias, atribuciones, decisiones, creencias y significado. Y se han desarrollado herramientas terapéuticas de gran efectividad en el manejo de cuadros como la ansiedad, los trastornos de pánico y la depresión.
Así que, el alcanzar un "buen ojo" es una opción abierta para aquel que la quiera tomar.

La buena mirada
"Trata de juzgar como meritoria a toda persona" (Avot 1:6).

Buscar la bondad que es inherente a la persona (uno o el prójimo) es más que una actitud, es un verdadero requisito para el éxito en la vida.

Los padres debieran estar a la búsqueda de la bondad de sus hijos a cada instante, incluso cuando sus hijos les hacen sufrir, pues es solamente reconociendo lo bueno implícito en sus hijos la manera para que estos adquieran una apropiada autoestima y desplieguen una vida de buenos valores. Si los padres tildan negativamente a sus hijos, o les van colgando etiquetas negativas, están sembrando el terreno para la baja autoestima, para la percepción distorsionada de su ser, y para que sus hijos sean fecundos en fracasos y estériles en alegrías.

Los educadores debieran atisbar por la faceta positiva de sus educandos, para llegar verdaderamente a ellos. Un maestro con látigo, enseña a no aprender. Un maestro que no busca la faceta positiva de sus alumnos, no tiene cómo formar personas que se planten en la vida positivamente, sino que a lo sumo puede ser un trasmisor de información más o menos desechable.

Es sabido que el Rav Avraham Twerski, que también es médico y famoso autor de libros de reflexión y autoayuda, además de ser director de un centro de rehabilitación para personas alcohólicas y adictos a otras drogas, emplea esta mirada positiva como clave para los tratamientos exitosos.
Él sabe que toda persona tiene una esencia bondadosa, sin importar su pasado ni contexto, y que si uno está buscando esa esencia, en el otro se genera una respuesta positiva, de apertura y crecimiento.

Sin embargo, ¿cómo reconocer algo bueno en una persona que está en una carrera de auto destrucción desde hace décadas?
¿Cómo hallar Luz en una vida plagada de oscuridad, y que la esparce con violencia de todo tipo entre los que están en sus cercanías?
La práctica del Rav Twerski demuestra que esa esencia individual de integridad siempre está presente en la persona, solamente que espiando detrás de más o menos pesadas capas de desvergüenza.
Si se es persistente y optimista para darle su oportunidad, finalmente la esencia de Luz emergerá y dará un nuevo camino a la vida de la persona.

Si esto acontece con personas sumidas en la miseria de la dependencia y la corrupción personal, ¿cómo habremos de dudar que sea posible para personas con una vida menos lacerada?

La persona sabia, reconoce el diamante detrás del aspecto de carbón.

En resumen,
la buena mirada sobre el otro,
tiende a darle al otro una oportunidad e incentivo para escalar posiciones en su autoestima,
y como resultado,
nos devuelve un mensaje de agradecimiento sincero que nos hace crecer igualmente en nuestra vida.

Y si la buena mirada es sobre nosotros mismos...

El Yo tironeado
"Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: -¿Hasta cuándo vacilaréis entre dos opiniones? Si el Eterno es Elokim, ¡seguidLe! Y si Baal, ¡seguidle! Pero el pueblo no le respondió nada." (1 Melajim / I Reyes 18:21).
Elías, en nuestro texto, representa la conciencia que quiere despertar, o el terapeuta que trabaja para el desarrollo de la persona.
Seguir a Elokim, representa el andar por la senda de la corrección, con autoestima saludable, en pos de una vida de sentido y trascendente.
Seguir al Baal, representa la tendencia a la inmovilidad, a la depresión, al pesimismo, a la vida que en poco se despega de la animalidad tan natural al ser humano.
El pueblo, representa a la persona...

Otro aspecto que conlleva sufrimiento, y que es muy común, es cuando las acciones desplegadas por la persona no coinciden con sus pensamientos y/o creencias. Cuando así acontece se presenta una situación de "disonancia cognitiva" o incongruencia, esto es, un conflicto de la persona consigo misma (que puede aflorar a la conciencia o permanecer en estado inconsciente), pues dentro de sí tiene al menos dos tendencias divergentes que lo hacen transitar por un camino intermedio que no lleva a ninguna parte.

Un ejemplo simple de comprender: la persona que sabe que fumar es malo pero sigue fumando.
Por más que dé excusas y pretextos, por más que intente tapar la realidad, sabe que sabe que el fumar la está dañando gravemente. Quizás no lo aparente, pero en su interior está bullendo un conflicto entre este saber y su conducta mantenida de fumar.

Claro está, este sentirse tironeado en su "Yo" es sumamente displacentero, por lo que se intentan numerosas defensas, o para no percibir el malestar, o para justificarlo y mantener la conducta y/o actitud negativa3.
Se actúa sin molestarse en pensar en lo que se hace, pero sí que se toman molestias para elaborar razonamientos que sirvan para justificar (ante los demás y ante nosotros mismos) lo que se hace.

Es que el ser humano no suele incurrir en el uso de la razón para pensar realmente4, pero parece un poco obsesionado por hallar "coherencia". Y también acostumbra a desesperarse por conseguir y mantener las apariencias que agraden a ojos ajenos5.
Con estos dos escollos para el pensamiento verdadero6, es que una vez que se ha tomado una decisión, cuesta reconocer que tal vez se esté equivocado.
Resulta, a simple vista, como más fácil y menos doloroso defender la propia postura, sin criticarla y sin permitirse ampliar el espectro de posibilidades, porque así se puede mantener la creencia de ser una "persona coherente". Además, al amurallarse detrás de la propia creencia no criticada, y al poner uno y otro pretexto para mantenerla firme y sin vacilaciones, la persona logra adormilar sus sentimientos de disonancia, y se llega a auto-convencer de que ha elegido bien... tiene fe en eso, más su espíritu no duerme satisfecho7 aunque su conciencia entontecida puede que sí...

Viviendo de esta manera, el ser humano es esclavo de sí mismo.

Optimismo
"Fue más fácil sacar a los hebreos de Egipto, que Egipto del corazón de los hebreos".

En el lenguaje de la calle, por optimismo se entiende la tendencia a ver de las cosas su aspecto más favorable.

En la literatura de auto-ayuda se equipara con el "pensamiento positivo", aquel de poner un tapiz muy bonito sobre la fea mancha de humedad en la pared, sin preocuparse por subsanar lo dañado o mejorar lo perfectible.
Es el manto de insensibilidad que se logra a fuerza de repetirse a uno mismo, una y otra vez hasta auto convencerse, que todo está e irá bien, independientemente de cómo estén sucediendo las cosas en la realidad8.

En psicología, tanto la que surge de la Tradición como de la científica-laica,
el optimismo/pesimismo es un concepto distinto y más específico que los anteriores.
Alude a la forma en que nos explicamos a nosotros mismos los hechos de la vida y a reconocer nuestra parte en ellos, en especial cuando esos sucesos son contratiempos, fracasos y la adversidad.

El psicólogo experimental Martin Seligman estudió y trabajo en el campo del aprendizaje, y sus profusas investigaciones lo llevaron a formular uno de los modelos más explicativos e instrumentales sobre la depresión, conocido como el modelo de "indefensión aprendida" ("learned helplessness")9.
En base a este modelo, el pesimismo es un estilo de pensamiento caracterizado porque la persona se explica la adversidad como algo:

  • permanente (todo me sale mal siempre),

  • general (todo lo mío está mal) y

  • culpable (yo soy el problema).

Esta forma de concebirse10 desarma a la persona, la deja en estado de indefensión y sumida en la desesperanza.
La persona cree firmemente que nada hay que pueda cambiar las cosas, y así no hace nada para cambiar su vida, ni reconoce los elementos facilitadores para cambiarla, y tampoco aprovecha los cambios que se pueden suceder involuntariamente.
Se ha enceguecido a cualquier otra opción diferente a su creencia11.
Se ha aprisionado a su creencia de fracaso personal, y pareciera aferrarse con cariño a esa tenebrosa imagen de sí mismo.

Por el contrario, el estilo optimista de pensamiento explica la adversidad como:

  • transitoria (que ocurra esta vez, no implica que esto signado para el fracaso; esto también va a pasar),

  • específica (es un inconveniente en esta porción de mi vida, no en toda ella) y

  • externa a la persona (puedo tener mi parte de responsabilidad en el mal rato que estoy pasando, pero yo no soy culpable de todas las desgracias que ocurren).

Esto permite mantener viva la esperanza, abierta la percepción y menos oscurecido el pensamiento, de esta manera es posible sentir que el cambio no es insostenible.
La esperanza hace que la persona esté dispuesta a levantarse si ha caído, a continuar esforzándose, a intentar alternativas y a no dejarse dominar por la adversidad12.

Optimismo y resiliencia
"Tú, oh enemiga mía, no te alegres contra mí; pues aunque caí, me levantaré. Aunque yo habite en tinieblas, el Eterno será mi luz." (Mijá / Miqueas 7:8).

El término resiliencia proviene de la física de los materiales y es usado en psicología para referirse a la capacidad de recuperación frente a la adversidad. Nuestro espíritu está capacitado para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido o incluso transformado, en un nivel superior de comprensión y espiritualidad.
En palabras del más sabio entre los hombres: "porque siete veces cae el justo y se levanta, pero los impíos tropezarán en el mal." (Mishlei / Proverbios 24:16).
El justo mide con justicia las situaciones y a sí mismo, no se deja llevar por falsas impresiones del momento, ni se ahoga en su desesperación. Sabe que el mal es un componente de la vida, y que es posible canalizarlo para alcanzar por su intermedio el bien. Por eso es capaz de encontrar fuerzas para sobreponerse a las desdichas, y hasta puede encontrar una llama de esperanza en medio de la oscura tormenta. Es más, el sentido real del verso es: "porque el justo cae y aprende a levantarse, es que alcanza su estatus de justo"13.
Pero el impío, en el sentido de aquel que es indiferente a sí mismo y a la supra-realidad que nos alienta, cuando es alcanzado por una calamidad, se hunde y no encuentra herramientas ni ganas para volver a levantarse y continuar en la brega.
Teniendo esto en mente, podemos comprender cabalmente el comentario de nuestros Sabios, que explica el verso en Bereshit / Génesis 1:31: "'Bueno' es el ietzer hatov -tendencia positiva-, pero - 'muy bueno' es el ietzer hará -tendencia hacia lo negativo" (Bereshit Rabá 9).
Que significa: cuando se puede canalizar las tendencias negativas para convertir sus fuerzas en acciones positivas, es entonces cuando se alcanza un grado superior de existencia. Pues, se ha aprendido a dominarse antes sus tendencias y pasiones, y se puede trabajar con doble energía en pos de alcanzar metas superiores, trascendentes, espirituales.

La posibilidad de actuar fortaleciendo factores o condiciones positivas constituye un paso importante en lo que se denomina prevención primordial, mucho antes de que esté constituida una personalidad tendiente al fracaso, se pueden y deben tomar acciones para evitar su aparición o reducir su influjo negativo en la vida.

Podemos mencionar algunos mecanismos básicos para trabajar en fortalecer la resiliencia.
Una persona que esta entrenándose para actuar movida por esta capacidad, sea porque es un niño o un adulto en tratamiento psicológico, debe ser capaz de decir sinceramente:

  • TENGO...

    • ...personas en derredor en quienes confío y que me quieren incondicionalmente.

    • ...personas que me ponen límites para que aprenda a evitar los peligros o problemas.

    • ...personas que me muestran por medio de su conducta la manera correcta de proceder y tratan que aprenda a desenvolverme solo.

    • ...personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender.
       

  • SOY...

    • ...una persona por la que otros sienten aprecio y cariño.

    • ...respetuoso de mí mismo y del prójimo.

    • ...feliz cuando hago algo bueno para los demás y les demuestro mi afecto.
       

  • PUEDO...

    • ...encontrar a alguien que me ayude cuando lo necesito.

    • ...buscar el momento apropiado para hablar con alguien o actuar.

    • ...controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien.

¿Algunas de estas cualidades le han faltado en su infancia, o carece de ellas ahora?

Optimismo: resiliencia, la esperanza y el sentido
"Hay esperanza para tu porvenir; tus hijos volverán a su territorio, dice el Eterno." (Irmiá / Jeremías 31:16).

El psicólogo Al Siebert, en su libro "The Survivor Personality", relata y analiza una serie de casos de sobrevivientes de eventos adversos. La mayor o menor resiliencia depende estrechamente del tipo de explicación que la persona se dé para su tragedia. A mayor optimismo, mayor resiliencia.
Es posible pasar por experiencias límites y fortalecido, crecido y renovado. No depende de la experiencia en sí, sino de la visión que la persona tenga de ella.

La psicología cognitiva y la psicología existencial se dan la mano en este punto en la Logoterapia.
Su creador, el judío y vienés Viktor Frankl, fue un sobreviviente de los campos de concentración durante el Holocausto, estuvo sometido a las experiencias más extremas imaginables: su familia y allegados sacrificados ante sus ojos por los miserables asesinos.
Su vida misma era despreciada y zarandeada por los avatares que lo llevaron al borde del exterminio infame.
Pero él, sobrevive, y más aún, recoge con entereza la cosecha que fuera cosechada con pesadas lágrimas.
Su estrategia de supervivencia, que más tarde fue pilar de su escuela psicológica: darle un sentido a la vida, y en particular cuando se está sufriendo.
El pudo reconocer dos tipos de muerte:
una, era la muerte activa, que provenía de las acciones concretas (balazos, golpes, asfixia, envenenamiento, etc.) del odio malvado de los sucios opresores, que liquidaban por placer a los Hijos de Dios;
la otra, era la que veía en las caras de sus camaradas de esclavitud muertos pasivamente, que para ellos la muerte se apresuraba cuando perdían sus esperanzas y dejaban de dar sentido a las cosas de su vida.

El salmista nos dice una gran verdad, que debemos ser atentos para comprender cabalmente: "El que va llorando, llevando la bolsa de semilla, volverá con regocijo, trayendo sus gavillas." (Tehilim / Salmos 126:6).
Aquí no dice que ocultemos o falsifiquemos nuestros sentimientos... ¡eso sería vivir en una crasa mentira, que aumentaría perniciosamente nuestro sufrimiento!
Lo que está expresado es que aunque tengamos dolor, y aunque ese dolor nos cale hasta los huesos, es menester que laboremos positivamente, que plantemos semillas de positividad. Pues, esa es la única manera que tarde o temprano habrá cosecha positiva para recoger.
Si enfrascado en el ocultamiento de los sentimientos, o deplorando la vida por estar sufriendo, uno deja de involucrarse activa y sabiamente con la realidad, termina cosechando nada, miseria, dolor, vacío... más y más de aquello que nos hace doler.
En palabras del libro de Iyov: "Como he visto, los que aran iniquidad y siembran sufrimiento cosechan lo mismo." (Iyov / Job 4:8).
Si con el corazón dolido actuamos pero negativamente, y poblamos nuestra vida de acciones perniciosas, el resultado es uno y único: cosecharemos dolor.
Pero, aunque sufriendo las semillas que sembramos son de Luz, recogeremos Luz.

Cuando desde el dolor podemos dar sentido a las cosas de nuestra vida14,
es probable que no ocurra un hecho milagroso que nos salve de afecciones/cadenas externas,
pero sin dudas,
habremos salido victoriosos del trance.

Optimismo y autoestima
"Cuando Elokim creó al hombre, lo hizo a semejanza de Elokim." (Bereshit / Génesis 5:1).

La mayoría de los comportamientos negativos (y sus resultados nefastos) se basan en un sentimiento aguzado de propia inferioridad, de sentirse o creerse de poco valor respecto a los otros.
Si explicamos los hechos de la vida a partir de nuestra visión distorsionada, que nos ve débiles, desvalidos, inútiles, y considera que las circunstancias son gigantes, los problemas insolubles, entonces, todo camino para una solución positiva se ve clausurado y queda solamente el dejarse morir en la desesperanza.
Así pues, en la propia visión ya se encuentra el retoño del resultado.
Hay un ejemplo clásico de la Torá:
Tras cuarenta días de indagación, los exploradores enviados por Israel a reconocer la Tierra prometida, regresaron al encuentro de los hebreos. La mayoría de los exploradores dieron noticias acerca de la tierra y de sus habitantes, que no eran relatos objetivos, sino nacidos en la debilidad de su corazón. Ellos se creían indefensos, solamente aptos para aceptar órdenes de amos con látigos en mano; se veían como insectos antes gigantes súper-poderosos, tal como está dicho: "vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de gigantes. Nosotros, a nuestros propios ojos, parecíamos langostas; y así parecíamos a sus ojos." (Bemidbar / Números 13:33).
Nótese el detalle que la Torá no deja pasar de largo, dijeron "nosotros a nuestros ojos parecíamos langostas", es decir, ellos se creían poca cosa... y concluyen por tanto que "los otros nos consideraban así también, como poca cosa".
Al oír los hebreos, que también padecían de una profunda bajo autoestima, la perspectiva tenebrosa dada por los exploradores lloraron amargamente por su destino, indignados querían regresar al desierto, o a la pesada carga de la esclavitud abúlica de Egipto. Consideraban mejor la esclavitud, en la cual les hacían sentir vivamente en las carnes su condición despreciable (que ellos creían real), que afrontar con la vista firme y la mano fuerte los riesgos de ser responsables y dueños de su vida.
Según nos relata el midrash (TB Taanit 29a), Dios les decretó: "así como han llorado en balde esta noche, llorarán esta noche por las generaciones".

Como resumen a la historia,
quien planta pesimismo,
cosecha derrotas...

Optimismo y salud
"Te pidió vida, y se la concediste; vida extensa, eternamente y para siempre." (Tehilim / Salmos 21:5).

El significativo impacto del optimismo en el manejo de la adversidad ha quedado demostrado con claridad en los casos de mejorías prácticamente "milagrosas" de pacientes con negativo pronóstico o definitivamente desahuciados. Los casos relatados por el médico cirujano Bernie Siegel muestran que existen pacientes desahuciados por sus médicos que se recuperan aún frente a pronósticos fatales próximos. Y, como dice Siegel, "sus recuperaciones no eran suerte, ni un milagro, ni se trataba de errores diagnósticos".
Se estima que el estrés intenso o prolongado juega un rol importante en más de la mitad de los problemas médicos.
Así pues, no solamente salud mental o emocional reposa en la autoestima adecuada, y en el optimismo que genera, sino también una mayor resistencia a afecciones físicas, así como una mejor salud integral.

Tensiones del corazón
"Dobleguen la preocupación/ansiedad del corazón del hombre, pero con buena palabra alégrenla." (Mishlei / Proverbios 12:25).

En el verso, tres son los sabios consejos del proverbista respecto a las preocupaciones que atosigan el corazón de la persona:

  1. Doblegar la ansiedad.
    Esto se consigue dedicándose con generosidad al prójimo. Poniendo la mente y la mano desinteresadamente al servicio del prójimo, quitando la mirada sobre el "ego", no haciendo del "yo" el centro del universo, es como se va apagando la ansiedad del corazón15.
    Pero también meditando para rezar con integridad pidiendo la ayuda del Todopoderoso.
    Hay que recordar, cuanto más me miro, más dudas y deseos me genero, cosa que me hace dudar más y desear más, cosa que...
     

  2. Detener la ansiedad.
    Usar las buenas palabras, aquellas que son parte del pensamiento realmente positivo y que detienen los círculos tóxicos.
     

  3. Hablar acerca de la ansiedad.
    Recurrir a un experto, en la psique humana así como en Torá, para poder derramar el contenido del corazón y recibir apoyo, asesoramiento o un reflejo que nos permita reconocernos y crecer.

El término estrés (creado en la década del cuarenta por el psicólogo Hans Selve), es generalmente mal entendido y empleado, por lo cual, usemos la palabra "tensión".
Sin tensión no hay vida, pues orgánicamente es necesaria cierta tensión que nos mantiene activos, la sangre circulando, etc. Sin tensión, tampoco hay reacción a peligros externos que nos acechan.
Pero, cuando la tensión es la reacción permanente de la persona, como si viviera en constante peligro inminente, su cuerpo se deteriora, sus energías psíquicas se desperdician, su vida se desgasta.

Es necesario entonces aprender a vivir con la cautela básica necesaria, pero sin tensionarse para lograr un perfecto estado "de nada". Pues, la misma tensión por conseguir la perfección, genera fracaso, provoca la derrota.

Uno de mis recientes pacientes es un joven deportista, diestro en varias disciplinas y amante de las bicicletas.
Desde hace un tiempo, tras una caída que sintió profundamente pues no pudo ganar una carrera muy valorada, el joven vive una constante tortura al montar en su bici. Ya no disfruta como antes. Cada pedaleada es un tormento, pues está pensando "me voy a caer", "me voy a fracturar", "me va a pasar por encima un automóvil", "algún perro saldrá y me morderá", "no veré un pozo y me iré a pique", etcétera.
Está en constante tensión, y sus travesías ya no generan placer, sino sufrimiento.
Tal es su tensión para no caer ni sufrir accidentes, que ¡oh casualidad!, casi cada semana tiene algún incidente más o menos lesivo.
Tanto empeño pone en pasar sin problemas, tanta es la energía desperdiciada en alcanzar un nivel de accidentabilidad cero, que entonces no le queda restos anímicos para el disfrute, y para peor, tampoco su cuerpo resiste esta constante tensión perniciosa.

¿Cuál creen que debiera ser la actitud más positiva para afrontar esta situación?
Respuestas por favor a: carta@serjudio.com , con el título "consejos para el ciclista". Gracias.

Cunde el pesimismo
"La falta de concepto de pecado en la sociedad moderna está relacionada directamente con el aumento de la criminalidad, la falta de preocupación por otros y los sentimientos de desesperanza y falta de sentido de la vida" (Dr. Karl Menninger).

A pesar de los avances en ciencias y tecnologías, y de la mayor riqueza potencialmente accesible, el pesimismo nos embarga como nunca antes en la historia de la humanidad. Las estadísticas de salud muestran que la depresión ha crecido en un 1000% en el último medio siglo.
Es improbable que este explosivo crecimiento tenga sus orígenes en lo biológico o en lo genético.
Pareciera tener más sentido y ser más factible explicar el fenómeno desde un punto de vista psicológico y espiritual.
La hipótesis sería que nuestro modelo de conducta16 se basa imágenes de desesperanza e indefensión.
Ambas son emergentes de la baja autoestima.
La baja autoestima con sus pensamiento pesimistas y su reducida o nula capacidad de dar sentido trascendente a la vida, corta las alas de la esperanza y desarma a la persona para enfrentar la vicisitudes de la vida.

Así pues, el enemigo es la baja autoestima,
y una de las armas para combatirla es el optimismo.

De la oscuridad a la Luz
A Iosef/José, sus hermanos: "Lo tomaron y lo echaron en la cisterna. Pero la cisterna estaba vacía, sin agua." (Bereshit / Génesis 37:24).
Según desarrolla el Talmud (Baba Kama 17a), en el vacío del pozo andaban serpientes y escorpiones.
En nuestro texto, el agua simboliza el pensamiento positivo, principalmente el que emana de la Torá.
El pozo representa la mente humana, que está concebida para contener agua, pero cuando ésta falta, se llena de pensamientos nocivos, de tendencias negativas que conducen a la persona por caminos de extravíos. Éstos son las serpientes y los escorpiones.
Iosef representa a la persona, que puede dejarse morder y picar por las alimañas, los pensamientos negativos, y entonces ser perjudicado en su vida. O él puede esforzarse y llenar su pozo de agua. Cuando el agua va llenando el pozo, menos alimañas lo habitan, y menos daño recibe la persona, más energía tiene, y por tanto mejor vive y más agua puede acarrear al pozo...

El pesimismo es un hábito mental y un estilo explicativo fuertemente arraigado en nosotros.
Se va formando y consolidando desde nuestras más tempranas experiencias, y va atrayendo para sí fuerzas emocionales y espirituales que de otro modo estarían siendo productivas.

Los patrones negativos de conducta, entre los que ahora destacamos el pesimismo, habitualmente fluyen en forma automática y del que difícilmente tomamos clara conciencia, nos sentimos mal o nos afectan sus consecuencias, pero no damos con la tecla al momento de reconocer el origen de estos malestares.
Precisamente por lo automatizado que está y por la rapidez con que un preconcepto negativo atrae a otro y así hasta abrumarnos.
El punto débil de la apelación "piensa positivo" está en suponer que la gente pensará positivo por el simple hecho de decirle: ¡piense positivo! Evidentemente el tema no es tan fácil ni tan simple.

Pero se puede ejercitar el adecuado "pensamiento positivo", es cuestión de tener voluntad para comenzar, que ya el resto vendrá por sí solo.
Para llenarse de vida, hay que meterse al pozo más o menos seco, y tener una pizca de coraje para darse cuenta de que las serpientes y los escorpiones no nos dañaran a no ser que les demos permiso para hacerlo.

Sin dudas, una manera efectiva de avanzar, es actuar positivamente, aunque los preconceptos indiquen otra cosa... llene el pozo de agua...

¿Usted ya colaboró con SerJudio.com?

E-mail: comentario@serjudio.com

Notas:

1-
Albert Bandura, Aaron Beck, Albert Ellis y Martin Seligman, entre otros.

2-
Dentro de este apartado entran también las profecías auto-cumplidas.

3-
El Ietzer HaRá no solamente propone actuar negativamente, sino que elabora teorías para "demostrar" que lo negativo en realidad es positivo.

4-
Con el ejemplo de la persona que tiene información respecto a lo nocivo del cigarro, están aquellos que "piensan realmente" y se proponen dejarlo y con uno u otro método lo consiguen. Están los que "piensan que piensan" y entonces se dedican a buscar pretextos, excusas y razones para mantener el vicio. Y están aquellos que "creen que piensan" y decididamente se oponen a aceptar algo que no les agrade.

5-
Si bien están los que para mantener su apariencia de pensamiento, y para repeler sus inmensos sentimientos de auto desprecio, emplean como mecanismo el atacar con saña a otros, a los que hacen objeto de sus maltratos, todo con tal de no afrontar con responsabilidad y madurez el proceso de propia curación y crecimiento.

6-
El pensar es antagónico al uso de pre-conceptos. Cuando por nuestra mente cruzan preconceptos sin ser analizados, sin crítica, y hablamos/actuamos a través de esto preconceptos, en realidad estamos enajenados del pensamiento.
Lo mismo acontece cuando se erige el "yo creo" o "yo opino" y detrás lo único que hay es pensamiento estéril, repetitivo, muerto y que mata.

7-
"la predisposición nunca obscurece por completo la verdad. Inclusive después de que los deseos del corazón de uno lo han persuadido de aceptar lo falso como verdad, todavía uno sabe en su corazón que el camino de la verdad es más verdadero que el otro. Uno acepta la falsedad como un sustituto de la verdad, no como la verdad misma... Cada ser humano tiene la facultad de determinar en su propio corazón dónde está la verdad real" (R. Eliahu Dessler, Strive For Truth: The Truth Perspective).

8-
Entre los miembros de los "Cultos Tóxicos", este nocivo embotamiento es un hecho colectivo, pero que tiene la misma finalidad, hacer vivir a la persona entre los vapores de un letargo de la razón y el espíritu, para que no tome las riendas de su vida entre sus manos, y siga extraviado en el cieno de la fe.

9-
La máscara de la "víctima" que hemos descrito en el texto que se abre haciendo clic aquí.

10-
La visión de Aaron Beck de la tríada cognitiva, con una visión negativa de sí mismo, del mundo y del futuro es un exponente de esta visión.
Por su parte, la "teoría de la atribución" del psicólogo social Bernard Weiner, pone de relieve el impacto que ejerce sobre el desempeño la forma en que la gente explica sus éxitos y fracasos.

11-
Los sapos y muchos otros vertebrados simples, no pueden ver un objeto a menos que el mismo esté en movimiento. Si una mosca muerta es colgada de una cuerda que no está en movimiento, enfrente de un sapo hambriento, el sapo no podrá percibir esa comida con alas. Las células "detectoras de insectos" presentes en la retina están conectas de forma tal que sólo responden al movimiento. El sapo puede morirse de hambre, con la lengua firmemente doblada dentro de la boca, sin darse cuenta de que la vida está suspendida en una cuerda frente a sus ojos.
Esto es un proceso natural, pues la retina del sapo es "inteligente" y reconoce el movimiento.
Pero en la persona que se ha enceguecido a encontrar "la salvación", ésta puede estar delante de sus ojos, pero la deja pasar pues no la reconoce.
La Torá nos brinda un ejemplo de esta ceguera: Agar, la madre del salvaje Ishmael estaba en el desierto desesperanzada, presta a ver morir a su hijo y luego morir. Ya no veía sentido a su vida, lejos de toda posibilidad de salvación, seca su boca, seca su cantimplora, apartada de todo pozo de agua... eso creía ella, cuando "Elokim abrió los ojos de ella, y vio un pozo de agua." (Bereshit / Génesis 21:19).

12-
A partir de los experimentos e investigaciones de
Alloy y Abramson, se descubrió que entre los no-depresivos también existían muchas incongruencias de pensamiento y distorsiones de percepción. Esto se explica porque entre no-depresivos están aquellos que disfrutan con la "felicidad de la ignorancia", o con lo que podría llamarse un "estúpido y absurdo optimismo". Éstos son representantes del "pensamiento positivo" que es usado como bello tapiz para ocultar la realidad que les estremece.
Y también son los que movidos por su escasa autoestima cargan regularmente la máscara del "súper-triunfalista".

13-
Comentario basado en las enseñanzas en "Colección de cartas de Maran HaRav Itzjac Hutner ztz"l"; carta 128.

14-
Tehilim / Salmos 130:1.

15-
"El dinero donado es un muy buen criterio para reconocer la salud mental de un apersona. La gente generosa raramente es enferma mental". Dr. Karl Menninger.

16-
Analizar de dónde proviene este modelo "globalizado" y sus motivos superan el objetivo de este texto, pero resulta interesante dedicarle un tiempo a contestar estas dudas. Se puede aprender más de uno mismo y del entorno si podemos responderlas.

 

 Yehuda Ribco

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