Decreto de la Torá

"Este es el decreto de la Torá…" (Bemidbar 19:2)

Hay diversas clasificaciones de las 613 mitzvot de la Torá, una de ellas es de acuerdo a su relación con la racionalidad, o posibilidad de comprensión de sus fundamentos y objetivos por parte de la naturaleza humana.

He aquí esta clasificación:

1) Mishpatím ("juicios", mishpat en singular), el Talmud los define como leyes que la mente humana puede llegar a concebir sin necesidad de intervención divina, sin ser recibidos como orden de la Torá. Como por ejemplo la prohibición del asesinato, el auxilio al desamparado, la negación del robo, etc.

2) Edot ("testimonios", ed en singular), éstos son leyes que entran dentro del campo de lo comprensible por el Hombre, es posible entender su funcionalidad, sus objetivos, su necesidad, etc., aunque a priori no arraigan en la voluntad humana como los mishpatim, o recaen dentro de la especial relación histórica del Pueblo de Israel. Podemos ejemplificar con el Shabbat, las festividades, tzitzit, etc.

3) Jukím ("decretos", jok en singular), éstos son dictados por el Eterno en la Torá y por más esfuerzos que se realice por comprenderlas, entran en la zona de lo incomprensible, de lo inasible por la razón humana. Algunos las denominan como "supra-racionales", más allá de la razón humana, pero que entran dentro de la lógica divina. Ejemplos clásicos de jukim es todo lo relativo a pureza e impureza ritual, la prohibición de mezclar lana y lino, o aun el kashrut.

Esta semana tenemos uno que es paradigma de jok, la "Pará Adumá", "Vaca Bermeja", que podemos leer al comienzo de la parashá.

Pero, lo que es imprescindible entender es que los tres tipos de mitzvot son en última instancia "jukim".

¿Por qué?

Pues, a pesar de que la claridad parece alumbrar el fundamento y necesidad de algunos preceptos, tales como el respeto a los padres, o el no testimoniar falsamente, en realidad la base primera y la necesidad última sólo son propiedad del Eterno.

Lo que queda indudablemente dentro del rango de lo humano es el acatamiento y el cumplimiento de TODAS las mitzvot (que sea posible y obligatorio su cumplimiento).

Es en Este Mundo que las mitzvot deben ser cumplidas, pero, no por bien del Eterno (pensamiento aberrante), ni siquiera por búsqueda de beneficios personales o colectivos, sino por ser el inestimables regalo que H’ da a su pueblo, y a través de éstos a la humanidad.

El Amor de H’ nos entregó las mitzvot, y queramos o no esta inmensa responsabilidad de ser favorecidos, en definitiva lo somos, y como tal debemos comportarnos.

Es útil reconocer que todas las mitzvot son en principio jukim, pues este conocimiento nos libera de las cadenas del ignorante que repican diciendo, por ejemplo muy a menudo: "¿para qué cumplir esta ley si está fuera de moda?"

La respuesta del conocedor debería ser: "Porque H’ así lo indica por todas las generaciones, para bien de la humanidad".

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