Remedio para la humanidad

En la Tradición encontramos que el Eterno entregó la Torá como el antídoto para el Ietzer haRá.
Es decir, tenemos el código ético/espiritual como el contrapeso efectivo para el dominio del EGO por sobre el hombre.
Ese código espiritual está escrito para el pueblo judío, en forma del Pentateuco, con los 613 mandamientos que contiene.
Para los gentiles ha sido preservado oralmente, pero reviste idéntica santidad e importancia, y sin los Siete Mandamientos para las Naciones.
Ambos códigos son la expresión del código interno, que está en el “ADN” espiritual de cada ser humano.
Es decir, todos contamos con el código que nos corresponda, sea como gentil o como judío, por el mero hecho de ser humanos. No sería necesario tenerlo por escrito y/o enseñarlo, sino que cada uno podría acceder a él si estuviéramos libres del EGO y del Sistema de Creencias que nos alejan de la conciencia del código espiritual implícito en cada uno.
Pero, como el ser humano no es una entidad espiritual exclusivamente mientras transita por este mundo, fue necesario que desde el nacimiento de la humanidad el Creador expresara ese código ético.
Se lo transmitió a Adam, para que este conociera, cumpliera e hiciera conocer a sus descendientes.
Se lo volvió a dicta a Noaj, luego del Diluvio, para que conociera, cumpliera e hiciera conocer a sus descendientes.
Mucho más tarde, cuando entregó el código escrito a Israel, en el monte Sinaí, volvió a reiterar de manera oral el código de los Siete Mandamientos para cada uno de los hijos de las naciones.
Así pues, desde el origen del ser humano nos acompaña el código de conducta ético/espiritual que corresponde a cada uno.
Lo tenemos incluido en nuestro “sistema operativo”, de forma natural; y el Creador se encargó de manifestarlo, para que nadie tuviera excusas, ni hubiera quien dijera que no pudo acceder al conocimiento de la existencia del código espiritual.

Según nos dicen los profetas de la Verdad, en la Era Mesiánica no será necesario que nadie le enseñe a nadie el código espiritual, pues cada persona tendrá conciencia del código espiritual implícito a su ser, sabrá que tiene los mandamientos que le corresponden cumplir. Ejemplos:

«porque la tierra estará llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar.»
(Ieshaiá/Isaías 11:9)


«Y se manifestará la gloria del Eterno, y todos [los seres de] carne verán juntos que la boca del Eterno ha hablado.’»
(Ieshaiá/Isaías 40:5)

«Pondré Mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón.»
(Irmiá/Jeremías 31:32)

«Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno.»
(Irmiá/Jeremías 31:33)

Pero, mientras la Era Mesiánica no resplandezca, es necesario que el gentil conozca los Siete Mandamientos paras las Naciones, que alguien se los enseñe, que sea instruido y acompañado hasta que emprenda su cumplimiento.
Y de manera similar el judío, pero con la Torá y los 613 mandamientos.
Porque con ello tenemos el antídoto ideal al EGO que nos mantiene en lejanía de nuestra esencia y en oscuridad del Eterno.

Una síntesis de estos 7 y 613 también lo han dicho los profetas y es pensar, hablar y actuar construyendo SHALOM, por medio de la bondad y la justicia.
Porque ese es el núcleo del código ético/espiritual.
Por tanto, para llevar paz, completitud, dicha, integridad, gozo, a nuestro interior y al mundo, el trabajo comienza por construir SHALOM.

No me digas que contemplas tu entorno, la sociedad que estás formando y no reconoces que es imprescindible hacer un retoque a cómo están las cosas.
Hay violencia por doquier.
El engaño, la corrupción, la mentira, la estafa, el totalitarismo de lo políticamente correcto, todo esto abunda.
Mueren de manera terrible los inocentes.
Los poderosos se afianzan en su falso poder.
La  miseria se generaliza.
La opresión de la impotencia no deja sitio por recorrer.
Y si bien es posible que estemos muchísimo mejor que las generaciones anteriores, en parte gracias al avance de la ciencia y la tecnología, no estamos aún disfrutando de la Era Mesiánica.

Ayúdame a dar a conocer este remedio para la humanidad, para que el ser humano junto al resto del ecosistema vayan escalando en los niveles de mejoramiento a los que puede alcanzar.
¡Por un noajismo puro ya, que sea vivido por cada uno de los gentiles!



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Delallel

Gracias Querido Maestro.
Por qué será que vienen temores a lo que otros puedan pensar, cuando uno comparte estas enseñanzas, en redes sociales por ej.
Sobre todo de aquellos textos que hablan de lo sucedido en Israel en tiempos «biblicos».
La tareaes enorme.

Delallel

Si. Claramente son inseguridades propias.
Gracias querido.
Debe ser como acá en este país a uno lo catalogan de religioso a la primera…
Abrazo de vuelta.

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