Resulta ser bastante provechoso el viejo dicho: «A mal tiempo, buena cara«.
Las nubes no desaparecerán por arte de magia, ni la temperatura será a gusto, tampoco dejará de batir el viento; no, nada de ellos conseguiremos con poner buena cara.
Pero sí encontramos verdaderas ventajas en modificar nuestra percepción para hacerla favorable (aunque no por ello ingenua o necia); así como por las respuestas amables que demos a los acontecimientos.
Porque, ante cualquier impotencia podemos reaccionar desde el EGO, tanto en su modo natural como en los hábitos basados en él;
o podemos tratar de hallar la respuesta coherente, controlada, que nos brinde algún beneficio perceptible.
Evidentemente, controlar aquello que sí está en nuestro dominio es la alternativa más saludable, eficiente y que a la postre rinde algún resultado benéfico.
¿Cuáles podrían ser entonces algunas de esas buenas respuestas?
1- Sonreír, porque se genera un mecanismo neuronal que pone al cerebro y luego al cuerpo en un estado de menos estrés y mayor eficiencia energética.
Además, se puede conseguir como respuesta una sonrisa genuina de otra persona.
2- Agradecer, porque cuando se es agradecido se produce un arco de buenas disposiciones de parte de otros, así como una valoración de lo que se tiene en lugar de pesar por lo que falta.
3- Amabilidad, porque ser directo, justo, estricto, restrictor, dar malas noticias, oponerse y otras conductas más también pueden hacerse desde el afecto y la corrección comunicativa.
4- Comprensión, no todos pueden ser perfectos todo el tiempo, de hecho, somos imperfectos sin excepción. La impotencia es marca constante de nuestra naturaleza. Siendo así, en vez del juicio amargo acerca de personas, mejor es ser comprensivo y medido, sin por ello dejar de tomar en consideración las conductas y evaluarlas como corresponde.
5- Dejar correr, cuando no se puede hacer otra cosa, entonces el poder está en admitir la falta de control en aquello que está por fuera de nuestro poder y asumir el dominio de lo que sí podemos manejar.
6- Hacer, si nos quedamos en buenas intenciones y agradables rezos pero nos olvidamos de hacer nuestra parte, en la mejor medida de nuestras posibilidades, entonces estamos sembrando la amargura para cosechar fracaso.
7- Conocer, el hacer desde las buenas intenciones pero sin conocimiento suele acarrear múltiple malestar y ocasionar inconvenientes.
8- Construir SHALOM, estar de manera constante con la misión de actuar con bondad y justicia, en pensamiento, palabra y acción.
9- Comunicación Auténtica, de las cual ya hemos enseñado en muchas ocasiones e invito a encontrar en este sitio, estudiar, compartir y agradecer.
10- Ayudar al prójimo, porque cuando damos de nuestra parte sin esperar nada a cambio, terminamos recibiendo mucho más de lo que siquiera imaginamos. Quizás no de inmediato, pero es una ley infalible. Siempre y cuando sea realmente sin esperar nada a cambio. Igualmente tomar en consideración que no se debe dar sin límites, porque se estaría perturbando la senda de la construcción de SHALOM.
11- Lengua, no te quejes ni protestes al vacío, eso aumenta la carga de pesares y no alivia el alma para dirigir sabiamente tus energías al bienestar.
Bien, unos sencillos instrumentos para ayudarnos a tener una mejor cara ante todo mal tiempo y encontrar la manera de disfrutar más de lo permitido, apartarnos de lo prohibido y sembrar placer para la eternidad.
Once cosas que se pueden hacer cuando se está en impotencia. Personalmente me gusta optar por ayudar a quien lo precise, es un bálsamo para el alma.
Gracias Moré