“El hombre que tiene confianza en sí mismo gana la confianza de los demás.”
Eso dice un conocido refrán jasídico, del cual ya hemos escrito hace unos días, y escogimos continuar profundizando al respecto.
¿Qué significa tener confianza en sí mismo? ¿Es creer que somos capaces de hacer cualquier cosa que nos propongamos? ¿Es sentirnos seguros de nuestras habilidades y cualidades? ¿Es aceptarnos tal como somos, con nuestras fortalezas y debilidades?
La confianza en sí mismo es todo eso y más. Es una actitud positiva hacia nosotros mismos que nos permite enfrentar los desafíos de la vida con optimismo y perseverancia. Es una forma de respetarnos y valorarnos como personas únicas e irrepetibles. Es una fuente de motivación para seguir creciendo y aprendiendo cada día.
Pero la confianza en sí mismo no solo nos beneficia a nosotros mismos. También tiene un impacto en cómo nos relacionamos con los demás. Cuando tenemos confianza en nosotros mismos, transmitimos seguridad, credibilidad y liderazgo. Los demás nos perciben como personas dignas de confianza, capaces de cumplir nuestros compromisos y de apoyar a los que nos rodean.
El proverbio del cual parte esta enseñanza resume una verdad universal que podemos aplicar tanto en el ámbito personal como profesional. Si queremos tener éxito en nuestros proyectos, debemos empezar por creer en nosotros mismos.
Pero ¿cómo podemos desarrollar la confianza en nosotros mismos? ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra autoestima y nuestra autoeficacia? Aquí te comparto algunos consejos que pueden ayudarte:
Reconoce tus logros: Cada vez que alcances una meta o superes un obstáculo, celébralo y reconócete el mérito. No minimices tus éxitos ni los atribuyas a la suerte o a factores externos. Sé consciente de todo lo que has hecho bien y lo que has aprendido.
Afronta tus miedos: No evites las situaciones que te generan ansiedad o incomodidad. Enfréntalas con valentía y determinación. Verás que no son tan terribles como pensabas y que puedes superarlas con tu esfuerzo y tu voluntad.
Acepta tus errores: No seas demasiado duro contigo mismo cuando cometas un error o fracases en algo. Recuerda que errar es humano y que todos nos equivocamos alguna vez. Aprende de tus fallos y utilízalos como oportunidades para mejorar.
Rodéate de personas positivas: Busca el apoyo y el consejo de las personas que te quieren y te valoran por lo que eres. Evita las críticas destructivas o las comparaciones odiosas con los demás. Sé agradecido con quienes te ayudan y te inspiran.
Cuida tu cuerpo y tu mente: Practica hábitos saludables como hacer ejercicio, comer bien, dormir suficiente, meditar o relajarte. Estas actividades te ayudarán a sentirte mejor contigo mismo, a liberar tensiones y a aumentar tu energía.
La confianza en uno mismo es una cualidad fundamental para vivir plenamente nuestra vida según nuestros principios e ideales. Como judíos, tenemos un ejemplo extraordinario de confianza en uno mismo: Moisés.
Moisés fue el líder del pueblo judío durante el éxodo desde Egipto hasta la Tierra Prometida. Fue elegido por Dios para liberar a su pueblo de la esclavitud y transmitirle su instrucción sagrada, la Torá para el pueblo judío.
Moisés no era un hombre perfecto. Tenía sus dudas, sus miedos y sus defectos. Cuando Dios le habló desde la zarza ardiente y le encomendó su misión, Moisés se resistió y puso excusas. Dijo que no era digno, que no sabía hablar bien, que nadie le creería.
Pero Dios le dio confianza en sí mismo. Le dijo que estaría con él, que le daría señales y prodigios para demostrar su poder, que le daría a su hermano Aarón como portavoz.
Moisés aceptó el desafío y se convirtió en el gran líder que conocemos. Confió en Dios y en sí mismo. Enfrentó al faraón y a sus magos. Guió al pueblo por el desierto durante 40 años. Recibió las tablas de la ley en el monte Sinaí. Luchó contra los enemigos y los obstáculos.
Moisés nos enseña que la confianza en uno mismo no es algo que se tenga o no se tenga. Es algo que se puede desarrollar con la ayuda de Dios y de los demás. Es algo que se puede fortalecer con la experiencia y el aprendizaje.
La confianza en uno mismo es una virtud judía, de toda persona espiritual, que debemos cultivar y transmitir a las generaciones futuras. Es una forma de honrar a Dios y a nosotros mismos.
¡Gracias por tu atención! Shalom.
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