Las creencias no son pensamientos racionales,
a los sumo son lemas repetidos,
prejuicios,
imaginaciones deshilachadas faltas de sustento,
nociones preconcebidas,
mandatos sociales no filtrados,
sentimientos apropiándose de palabras,
una manera imperfecta de emplear nuestra menta en un intento por controlar las situaciones.
Dale paso a la luz intelectual para que alumbre sus oscuridades;
mejor aun,
permite que la LUZ (del espíritu) sea la que guíe tu razonamiento.
Transforma las creencias en conocimiento,
si fuera posible;
en divertimento,
si fueran inocuas;
o en ilusiones para evaporar,
en su defecto.