Las críticas que la gente hace sobre ti pueden tener varios orígenes:
- el desprecio, por lo cual el mensaje estará cargado probablemente de mala intención; ¿vale la pena tomárselo a pecho?
- la incorrecta percepción, por tanto es probable que esté errado; ¿amerita el esfuerzo para despejar lo que podría tener de provechoso?
- la sincera y equilibrada percepción, por lo que sería de sabio y prudente tomarlo en cuenta, ya que el ojo no puede verse a sí mismo, ni el hombre auto definirse como otros lo están percibiendo.
En los tres casos, acepta que esas son las opiniones de quienes las expresan, tú no tienes poder ni control sobre ellas. Aquello que deba ser detenido por mecanismos legales, severos, que sea así. No es admisible fomentar la habladuría, la murmuración, la mentira que perjudica directa o indirectamente.
Lo que te incomoda, analízalo para descubrir aquello que te está produciendo la herida, puesto que muestra un punto débil que tienes para corregir.
Habrá allí un beneficio para ti, aunque en principio no te parezca útil o necesario.
Muchas veces es el enemigo el que mejor nos ayuda a definir la imagen que estamos dando, en tanto que el amigo colabora para mantenernos en ignorancia.