El reino de los cielos en la tierra

Desde el inicio de los tiempos del hombre, y seguramente también de antes, el EGO ya estaba sometiendo a los animales “evolucionados” a su imperio.
Porque, debemos saber que, las reacciones propias del EGO son absolutamente naturales y las compartimos por tanto con los animales.
Ante la impotencia se dispara automáticamente el reflejo de escapar de esa realidad y/o de luchar, tal cual en el hombre y que desde bebe se manifiesta en llanto, grito y pataleo.
Pero el imperio del EGO se acrecienta en el hombre, pues secuestra ese plus que nos distingue por sobre casi todas las otras especies animales, y se apodera de la dimensión mental para que trabaje esclava a sus órdenes.
Por ello el EGO dominando al hombre es doblemente peligroso, ya que combina la fuerza ciega y automática de su naturaleza con las destrezas que adquiere y acumula usando su inteligencia.

Entonces, carcomidos por todo tipo de impotencias, reales o sentidas, nos vamos adoctrinando en creernos miserables, descartables, inútiles, fallados, o cualquier otra atribución que nos confirme como seres impotentes; y/o se nos suben los humos a la cabeza y vamos creyendo que reinamos con absolutismo, que todo lo podemos, que somos amos de todo, que somos la referencia de todo y hasta nos inventamos dioses que nos dan esa sensación doble de impotencia y plenipotencia. Esto es triste y lamentable, aunque sea la norma habitual; pero se intensifica el horror al descubrir que hay muchas personas que en su sistema de creencia y de conducta pretenden hacer del Eterno otro títere más para sus pasiones y deseos. Lo hacen un dios más, como el resto de los dioses. Aunque vociferen su lealtad y santidad, creen manejar al Señor de señores con manipulaciones y engaños. Amuletos, fórmulas mágicas, lemas que se repiten, rituales de todo tipo, aberraciones idolátricas que reposan en el EGO; pero está incluso el uso de cuestiones que son verdaderamente sagradas pero transformadas en instrumentos de la “fe”, para seguir encerrado en la idolatría y adoración del EGO, aunque lo llamen Hashem o similar.

Así andamos, a los tumbos y nos cuesta despertar y seguir despiertos a la conciencia espiritual.
Permanecemos en nuestras celditas mentales, adoctrinados en nuestros sistemas de creencias, actuando como robots con una inteligencia adormecida y atontada para mantenerse en la lealtad al señor EGO.
Nos creemos todopoderosos, porque controlamos al Todopoderoso… ¡cuánta sonsera!
La cual nos mantiene esclavos y pretendiendo ser amos.

Es cierto, somos limitados.
Ya desde ser un cuerpo en este mundo, desde estar formado por elementos materiales, necesariamente está impuesta la limitación.
Luego, el ambiente social y físico, es una constante muralla a nuestra ilimitada esencia.
Por lo cual, la impotencia es una propiedad de estar vivo en este mundo.
Lo que hacemos con esa impotencia, cómo aprendemos a responder y no a reaccionar, es lo que determina el logro de nuestra existencia.

Podemos seguir acalambrados por nuestros sistemas de creencias, manteniendo los patrones de conducta, y reaccionando desde lo que el EGO nos impone.
O podemos hacer algo diferente, sin por ello perder nuestra limitación.
Pero, cuán grandes podemos ser si nos apropiamos de la identidad que realmente somos.
Si dejamos de cosificarnos y ocultar detrás de máscaras a la NESHAMÁ, para hacer algo diferente. Por ejemplo, encontrar nuestra ruta propia que nos pone en sincronía con nuestro Yo Esencial.

Vamos mejor aprendiendo, en lugar de repitiendo.
Construyendo SHALOM en lugar de movernos como autómatas comandados por el EGO y por sus ramificaciones, tales como las religiones, doctrinas, ideologías políticas, mandatos sociales, entre otros.
Vamos a conocernos, a dejar de vivir el programa impuesto y a comenzar a hacer preguntas, pero de las verdaderas.
Vamos a responder con bondad y justicia, en pensamientos, palabras y acciones.
Entonces estaremos mitigando el imperio del EGO para que sea hablado el idioma del AMOR.

Este texto puede no ser leído hasta el final, o no comprendido, o malinterpretado. ¡Qué pena! No supe expresarme correctamente y que atraiga al lector.
O puede ser tomado como un texto para la teoría más. ¡Qué lástima, porque no me interesa teorizar ni filosofar!
A construir SHALOM en todo momento…

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Delallel

Que bueno para tomar conciencia de que no soy el único al que le pasan cosas así.
¿No tiene que ver por ejemplo cuando comparto alguna de estas lecturas o de Inteligencia Espiritual, o también esta incluido dentro de lo antes mencionado?
Gracias.

Delallel

Me refería a su manera de expresar; Que seamos de cierta manera.
Esta vez lo digo por la parte en que menciona «lemas que se repiten».
Un saludo

Delallel

Cuando comparto alguna enseñanza en facebook o copiar alguna frase en particular, sea por alguna razon, ejemplo: justo era algo que me estaba pasando o a algún familiar o amigo; o porque en vez de compartir algo sin sentido, prefiero compartir este tipo de lecturas(no por regla auto-impuesta sino al menos por un momento del día); o porque es una manera de agradecer el tiempo que se ha dado quien lo escribe con tanta dedicación y esfuerzo(supongo)…

Delallel

No lo siento así, pero ¿y si de alguna manera inconsciente lo es?
Lo de las buenas intenciones, dejé de utilizar aquellas frases por lo mismo.
Después de todo eran mis actos tanto o más importantes que mis palabras.
Entiendo igual q las buenas intenciones se quedan ahí y si no busco la manera de equilibrar la balanza y que no sólo sean eso,
pues sigue siendo EGO y nada más. Aunque quizá me equivoco.

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