El más sabio de los hombres de su época nos instruye:
«¿Hallaste miel? Come sólo lo suficiente, no sea que te hartes de ella y la vomites.»
(Mishlei/Proverbios 25:16)
No se expulsa solamente aquella pequeña porción que saturó y provocó el vomito,
sino todo el contenido.
Entonces, cuando podemos disfrutar de algún beneficio permitido, seamos prudentes, conscientes,
no sea cosa que por faltar el control y dejarnos llevar por el exceso,
terminemos perdiendo todo.
Que el placer no se transforme en sufrimiento.
Que el éxito no sea la causa del fracaso.
Ojalá encuentres miel cada día, la comas con deleite y la sepas aprovechar para bendición.