Existe una depresión que se origina en un desbalance de elementos químicos en el cerebro y que puede ser paliada, habitualmente, con el tratamiento farmacológico ofrecido por los médicos siquiatras.
Hay otra depresión que es frecuente ante una circunstancia dura que haya afectado la vida, como por ejemplo la muerte de un familiar cercano, un accidente grave, el despido laboral o por el estilo. En este caso las medidas farmacológicas no son la principal necesidad, sino el aprender a procesar el duelo, a recomponer el esquema de creencias y vínculos, además de encontrar nuevamente el balance en la existencia.
Probablemente hay otros tipos, pero no es mi intención extenderme en ello, sino enfocarme muy brevemente en este tipo: la depresión que se apoya en el atroz egocentrismo de aquel que lo padece. Persona que ve el mundo solamente como un instrumento para satisfacerle sus caprichos. Que manipula a quien tiene a mano, conocido o no, para sentir poder en el hecho de la manipulación. Que emplea la victimización, la queja, la amenaza de infligirse daño, el sentimiento de culpa, el reproche y algunas que otras herramientas clásicas del EGO, para alcanzar esa sensación de poder, que de otra forma pareciera no sentir. Está hundida en ideas de destrucción, de negatividad, de insatisfacción y no aplica instrumentos racionales y posibles para sentirse mejor, para llevar una existencia de plenitud; porque si resuelven los conflictos con los que manipulan, entonces sienten que se quedan sin armas para satisfacer sus deseos infantiles, primitivos, irracionales.
Es frecuente que por su comportamiento la gente les evite, o aquellos que siguen en su órbita estén padeciendo y tengan sus propias dificultades emocionales y que por ello acepten seguir en esa relación tóxica.
Estas personas no padecen su depresión, sino que la provocan y pareciera incongruente pero hasta como si la disfrutaran.
Pero, evidentemente no lo declararán ni lo admitirán, lo cual hace que resolver su caótica vivencia sea virtualmente imposible.
Precisan ayuda, pero ellos no la quieren, ya que la perciben más como una amenaza a su (inexistente) poder que como una verdadera salvación.
Si tienes un amigo o familiar que padece depresión, lo mejor es que le acompañes en su camino hacia el especialista en salud mental y emocional. Para que sean expertos, y no magos, charlatanes o filósofos de cabaret, quienes le puedan dar una mano, o al menos hacer el diagnóstico apropiado.
Los chistes, la mentalidad positiva tóxica, las plegarias, y el que les pidan que estén felices no dan respuesta a lo que los que padecen de alguna depresión.
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Hola Moré, Mi viejo murió hace medio año ya casi.
Y aún hay tantas dudas sobre cosas q no fueron y nunca serán.
Esta depresión a la que se refiere el post, he de recordar el haber caído en ese tipo de trampas del Ego. Lo que trajo más de una vez consigo, malas consecuencias. Aún así se q tengo mucho por mejorar, mientras me quedé vida.
Hoy Sólo busco ser mejor persona para con mi amada familia que en 2 semanas, si todo va bien, se sumaria una nueva integrante.
Gracias por seguir compartiendo conocimientos.
un saludo respetuoso por su padre y una alegria por la nueva integrante. es ley de vida. salud!