Así como naturalmente el EGO (IETZER HARA, tendencia o formador de mal) es parte de nuestro equipo, también lo es el IETZER HATOV (tendencia o formador de bien).
Como ya hemos enseñado en abundancia del EGO, no nos detendremos ahora a explicarlo nuevamente. Mejor, tómate un largo tiempo para descubrir en este hogar el material de lectura que te ayudará a descubrir en ti tu EGO, cómo reconocerlo, como contenerlo, como aprovecharlo. Precisarás mucho tiempo y dedicación, desaprender muchos conceptos y desarmar multitud de creencias, especialmente las que provienen del mundo religioso, en cualquiera de sus versiones. Porque, estos estudios sagrados poco y nada tienen que ver con los dogmas de las religiones, muy por el contrario, sirven para identificarlas como formaciones sociales originadas en el EGO y por tanto adversas al espíritu, al AMOR, a la verdad.
Dedicarte al estudio del EGO y a aplicar los mecanismos para corregirlo, puede ser una tarea para toda la vida; pero, aunque no te des cuenta, en ese trabajo de a poco dejarás de enfocarte en el EGO, ya no prestarás atención a sus cosas, perderás interés en las fantasías de las religiones, para por fin estar en armonía contigo y el universo, viviendo de acuerdo a la Voluntad Divina.
Estarás construyendo SHALOM, haciendo tu parte en la santa obra de la creación como socio del Eterno y así viviendo a pleno como un hijo de Él.
El IETZER HATOV es el llamado continuo, que como un rumor casi silencioso proviene de la NESHAMÁ (Yo Esencial, espíritu), y te invita constantemente a vivir de acuerdo a la Ley del AMOR, a construir SHALOM, a disfrutar de lo permitido, a alejarte de lo prohibido.
Si estuviéramos todo el tiempo siguiendo la ruta que nos traza el IETZER HATOV, entonces la LUZ de la NESHAMÁ llenaría cada uno de nuestros rincones, todas nuestras dimensiones de existencia serían plenas, con sentido, vitales.
Entonces, aunque nos ocurriesen cosas lamentables, las desgracias nos llovieran, el mundo se desmoronara a nuestro alrededor, aconteciese lo que es natural que ocurre, es decir, fuéramos objeto de la impotencia, si estamos orientados por el IETZER HATOV, entonces somos capaces de sufrir con dignidad, aceptar la penuria con nobleza, tratar de buscar/crear el sentido trascendente, endulzar la amargura, armonizar en el dolor.
El mal suceso seguirá estando, porque ser impotentes es parte normal de ser humanos, de estar vivos en este mundo; pero, ya no se incrementará la impotencia con los comandos tortuosos del EGO, con sus reacciones desmedidas, con sus desvíos inmoderados, con su succión hacia la oscuridad que nos aumenta el malestar y la impotencia aunque nos haga fantasear con tener poder.
Es decir, con la LUZ de la NESHAMÁ alumbrando, contamos con el verdadero poder, incluso cuando materialmente estamos sometidos a la impotencia.
Actuar en respuesta al llamado del IETZER HATOV nos empodera; reaccionar a manos del EGO nos debilita hasta cuando aparentamos ser fuertes.
Sabemos que el EGO es necesario, tiene su función muy específica y debemos estar agradecidos al Eterno por habernos creado con él.
Pero, cuando se aparta de su rol y ocupa el de comandar la vida del individuo, termina siendo un gran problema.
Por tanto, contenerlo y ubicarlo es imprescindible si deseamos disfrutar de bendición y bienestar.
Sin embargo, nuestra concentración debe estar en el IETZER HATOV, en el llamado a construir SHALOM, a actuar de acuerdo al AMOR con acciones concretas de bondad Y justicia.
A desarrollar nuestras capacidades al máximo en cada una de nuestras dimensiones, en tanto corregimos las fallas y mejoramos lo perfectible.
Debemos estudiar aquello que es permitido, dedicarnos a entrenarnos en andar por el camino correcto.
Pero especialmente, repito, construir SHALOM con acciones de bondad Y justicia. Estas acciones incluyen las palabras también, así como los pensamientos.
Entonces, veremos actuar al EGO en nosotros y en los otros, pero ya no reaccionaremos desde el EGO; ¡no somos títeres para comportarnos como tales!
Escogeremos las respuestas apropiadas, de acuerdo a los elementos de valoración que contemos en el momento.
Cerraremos la brecha que nos desconecta y así estaremos conectado y unificando, interna y externamente.
La LUZ de la NESHAMÁ, con su AMOR, cura las heridas del EGO.
Ahora tú elige que voz escuchar, la ronca y gritona del EGO, o la casi muda pero demasiado bella de la NESHAMÁ.