Impide la pandemia, le pedimos a Dios en Rosh ha Shaná pasado

Supongo que cuando en los Iamin Noraim de 5780 clamábamos a viva voz: «Avinu malkenu: mená maguefá minajalateja – Padre nuestro, Rey nuestro: impide la epidemia enTu heredad«, no teníamos ni un poquito de idea de cuán vibrante y real sería pocos meses después.

Probablemente no prestamos verdadera atención a esas palabras. Las decimos porque están en el majzor, el libro de rezos, son parte de la tradición, así pues, salen de la boca, pero no sé qué tanto pasan a través de la mente y del corazón.
Ojo, no es una amarga crítica hacia ti, sino una reflexión para mí.
Me cuestiono cómo haré de aquí en más mis rezos, no solamente cuando llegan las Altas Fechas, sino las cotidianas.
Pero claro, con el diario del lunes todos podemos ser conocedores de los resultados de los partidos de fútbol del fin de semana. Ahora que la epidemia “está de moda”, podemos hacernos los sabios y predicar sermones acerca de lo fabuloso de nuestra tradición, de la impresionante sabiduría que encierra y de lo poco que la solemos aprovechar. Repasando en los sagrados textos podremos descubrir otras frases que ahora tienen otro sentido, uno más presente.
Entonces… ¿tenemos que tropezar y darnos un golpe con el suelo para aprender a andar sin caernos?
¿Se entiende?

Resulta que este año, sin que nadie nos avisara, de pronto el mundo se hizo mucho más pequeño y mucho más inmenso, todo al mismo tiempo.
Más pequeño, porque en todas partes la gente hablaba de lo mismo, temía algo parecido, se organizaban medidas similares. Más pequeño también, porque nos vimos reducidos en nuestra movilidad, se nos cortaron ciertas posibilidades, el encierro se hizo presente para la mayoría.
Más grande, porque hasta ayer podíamos cruzar el océano, o hasta salir a la calle; pero en un rato todo se convirtió en lejano. Ya no hay contacto físico, se nos impiden ciertas actividades, todo es diferente.
¿Lo habíamos siquiera fantaseado en una horrible pesadilla aquel Iom haDin (nombre más tradicional de Rosh haShaná) que pasó?
¿Siquiera habíamos atrevido a imaginarnos en este estado actual cuando leíamos pedidos al Todopoderoso para que nos cuide y ampare, nos proteja y auxilie, nos “corone con la corona del buen nombre”?

Un baño de humildad nos ha venido a dar el coronavirus; o esa sería una de las cosas positivas que podríamos rescatar de esta plaga. Porque nos demuestra que no tenemos todo tan claro, ni somos tan dueños del mundo, ni que estamos al mando, ni siquiera nos damos cabal cuenta de lo que rezamos, ni…
Es así, algo tan infinitamente pequeño contiene tantas enseñanzas como queramos encontrar, dentro del caos, la confusión, el dolor, la miseria, la angustia, la soledad, los impedimentos, la muerte y tantas otras cosas nefastas que le acompañan.
¡Rescatemos lo positivo!

Atiendo tus comentarios acerca de lo positivo que encuentras en la pandemia.

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