La súper exigencia

Te habrás topado con esa gente que es súper exigente. No simplemente estricta, ni alguien que desea que se completen correctamente las tareas en el tiempo adecuado, sino una persona que es absolutamente detallista, enormemente exigente, sin aparente pausa. Te estoy hablando del que está dentro (o apenas pasado) del límite de la convivencia, por tanto no de aquellos que son una sombra pegajosa, quisquillosa, que atormenta con las quejas ante la mínima desviación de su criterio. Entonces, no tomaremos aquí en cuenta a gente déspota, ni a los que han perdido el termómetro de la tolerancia.
Estamos hablando del que está montado encima de sus expectativas y se toman las cosas con mucho esfuerzo y responsabilidad. Abarcan mucho más de lo que pueden apretar, urgidos por esa necesidad de que todo esté funcionando de manera perfecta, sin tropezones, sin retrasos.

Ponen ante sí, y otros, una meta, luego el disfrute del camino no tiene sentido sino solamente alcanzar el fin señalado. Sin sombras, sin matices, nada que retrase o perturbe la obtención de lo propuesto. Su objetivo no tiene porqué ser racional, ni estar apoyado en valoraciones que demuestren su plausibilidad, sino que el súper exigente lo eligió y a él hay que llegar.

Entonces, no hay satisfacción posible hasta que el final sea alcanzado y a la perfección, lo que conlleva una tormentosa angustia para no cometer errores ni desviarse. La caída, que es normal y esperable, en su Sistema de Creencias es una pérdida irreparable, algo inaceptable, casi como la muerte. Por tanto, se desviven para mantenerse dentro de su alto estándar, lo que genera roces y conflictos con los demás (aumentado mil veces si está rodeado de gente incompetente o de perezosos abusivos). También causa un choque interno, puesto que se está tan alerta y estresado que los errores son más comunes y frecuentes, incluso en donde con un rigor menos enfermizo no los habría.
Es como paradójico que de tanto perseguir la perfección solamente consigan caos, cuadros incompletos, infelicidad.

Ellos que quieren cumplir los plazos, terminan andando lento, muy lento.
Sea por el desmedido control que ejercen, lo que imposibilita avanzar fluidamente, o sea porque revisan y rehacen sin parar.
O porque ante el obstáculo se paralizan, o impulsan medidas poco eficientes.
Como sea, la meta se aleja cada vez más, lo que supone un gran sufrimiento y el aumento de la exigencia.

Es evidente que habrá enojo, hacia dentro y fuera.
Encontronazos, insultos, gritos o la furia contenida.
Pero las excusas no resultan aceptables, sin darse cuenta de que en verdad esta súper exigencia ya se ha transformado en la peor excusa, porque desde el inconsciente ha preparado el terreno para fracasar a causa de la excesiva demanda de perfección.
De esta forma el boicot está ya servido, será acompañado por el fracaso y el negarse a la felicidad.
¿La excusa?
Por buscar lo mejor se ha perdido lo bueno. No es inutilidad, ni inoperancia, ni dejadez, ni… solamente por ser tan perfeccionista ha ocurrido el fracaso.
¿No es esta una interesante justificación?
Sabemos que no, pero para el Sistema de Creencias abrumado de esta persona, sirve… o eso quiere hacer creer.

Es como si la pretensión de perfección fuera el mejor camino para lograr el desastre.
Cuando lo más adecuado sería proponer metas accesibles, apenas unos pasos más allá de la zona de confort, cosa de impulsar un avance seguro.
Teniendo en consideración las propias limitaciones y no por ello cargarse de culpas y afrentas que siguen reduciendo al autoestima.
Porque, parece indudable que una persona tan saturada de exigencias no tiene bien regulado su calibrador de la propia valoración.
Cada intento fallido de maestría es un peso muerto más que le va hundiendo en la miseria de su sentimiento.

Que se entienda, que estamos tratando del súper exigente, no solamente el exigente.
Gente que ya han sobrepasado la raya en donde la exigencia está puesta para la superación, personal y colectiva, y se ha convertido en un causante de trastornos, de malestares, de hacer a la persona peor.
En vez de conseguir el avance y crecimiento, se está en una lucha contra la frustración y el fracaso. Se dedican energías para aumentar la exigencia, esperando con ello lograr una mayor estabilidad, pero en verdad se están malgastando las fuerzas, presionando lo que ya ha sobrepasado el límite para la explosión. Entonces, se sobrecarga el estrés, se cometen más errores, se está nervioso, desenfocado, luchando contra horribles pensamientos y sensaciones, lo que obliga a llevar la meta todavía más alto.

Con este panorama que pintamos resulta demasiado obvio que aflojar, fluir, reencuadrar, evaluar nuevamente entre otras cosas serían las opciones necesarias y saludables.
Poner metas altas, pero accesibles.
Tolerar el fracaso como parte de un proceso natural de fortalecimiento y crecimiento.
Admitir la falta de dominio allí en donde no se lo tiene.
Recurrir a los demás de manera amable y respetuosa, sin por ello permitir que el vago agobie con su molicie.
Conocer los propios recursos y administrarlos con inteligencia, para que no sean dedicados a lo que no sirve y perjudica.
Evitar conflictos, pero sin rehuirlos, ya que resultan inevitables.
No pensar en unario o binario, sino abrir el marco a opciones, idear alternativas, no quedarse con las creencias ni suponer que se tiene el control.
No asumir nada, no prejuzgar, no quedarse con los mandatos introyectados de la sociedad, sino permitirse ser discordante.

Son ideas evidentes, sencillas, pero vaya uno a saber qué ocurre que esto no suele ser tomado en cuenta.

¿Cuáles podrían ser los motivos inconscientes, que llevaran a tal conducta de auto boicot?
Con los miles de textos que tenemos publicados ya están las posibles respuestas al alcance.
También hemos brindado herramientas para ayudar a reenfocar el pensamiento y acción de estas personas.



0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
4 Comments
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments

La super exigencia es una patologia que se manifiesta en todos, y mientras leía el artículo, asociaba ese fenomeno con lo que sucede en la sociedad moderna. Los sistemas sociales, economicos y politicos han creado un ser humano cada vez más angustiado por sus necesidades, su estabilidad, su supervivencia, lo que lo esta deshumanizando. Esa presión le esta deformando mucho su experiencia de la vida, pues he visto que la mayoría siente (y se expresa) como si la vida fuera «una lucha» y no un tiempo. Lo peor es la inconsciencia de la deformación que llama «super exigencia», pues se… Read more »

Jonathan Ortiz

Y cómo lidiar con este tipo de personas super exigentes cuando uno las tiene de jefe?

0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x