Tratando de entender a los progresistas que apoyan a los terroristas

El impulsado por su Yo Esencial, por su Neshamá, puede llegar a hacer enormes sacrificios para favorecer a otros.
Entonces, puede ser que el individuo decida sacrificarse por el bien de muchos.
Por ejemplo, el soldado que sale a defender a los habitantes de su país y llegado el caso tendrá que destruir propiedad de otros, o hasta dañar la salud o quitar la vida del enemigo. El soldado no está solamente arriesgando su vida o integridad física, sino también la emocional, pero, está obligado por un criterio superior a ponerse en riesgo con tal de salvar al inocente, a los inocentes. Quizás en su noble y justiciera lucha hiera a inocentes, lamentable resultado de las guerras. En esta situación, aquel que es movido por la ética, por la voz de la Neshamá, no está ansioso porque ello ocurra, sino ansioso por evitarlo, tal como ocurre con el Ejército de Defensa de Israel, que hace hasta lo increíble para proteger a los inocentes del bando de sus enemigos. Tristemente, también mueren o sufren inocentes del lado enemigo, pero no por placer o ventajismo de los israelíes, sino por esos incidentes que no pueden ser evitados, o que los terroristas de Hamás adrede provocan. Pues, el terrorista (tal como los de Hamás) salen a provocar el daño en inocentes (propios y ajenos). Si tienen que usar niños propios como escudos, lo harán. Si tienen que asesinar personas que proclaman su deseo de paz, lo harán. Si se esconden en escuelas, mezquitas u hospitales para lanzar desde allí miles de bombas voladoras contra inocentes en Israel, lo harán. Porque para ellos lo que importa es adornar su EGO, adorar su vileza, destruir para prevalecer aunque sea un ratito.

Es así que, aquel que es movido por el EGO, por sus impulsos primarios y fuera de foco con la eternidad, estará dispuesto a sacrificar a los demás, dañar a los muchos, con tal de obtener ventajas para sí.
Estos son los típicos villanos de las películas y novelas, o los terribles terroristas que mencionamos líneas más arriba.
Sin embargo, los encontramos a diario, por todas partes, en las situaciones más habituales y menos dramáticas.
Pues, recordemos que el EGO sigue siendo el dios principal de la humanidad, disfrazado como los miles de dioses que la gente suele adorar.
Así pues, si nos tomamos un ratito para observar el entorno, y también a nosotros mismos en un acto de reflexión sincera, tal vez encontremos algunas cuestiones que sería necesario mejorar, para que con el deseo de obtener ventaja no hagamos el mal al otro.
Aunque, tengamos en cuenta que el egoísmo tiene una faceta positiva y necesaria, y que en ocasiones el éxito de uno implica la pérdida para otro.  Por ejemplo si A y B se presentan para un mismo puesto empresarial, uno de los dos será el que reciba el trabajo. El vencedor no tiene por qué regalar su nuevo puesto, o sentirse un hereje por recibirlo. Si ha actuado dentro de los parámetros de la ley, si es todo legal, no hay motivo para sentirse un esbirro del EGO. Pero, si el cargo fue conseguido con trampas, con cualquier astucia que no es legal, es allí donde el ventajismo está sacrificando a inocentes para obtener ganancias innobles.
Yo me pregunto si así ocurre con esos «progresistas» de occidente que se afilian con los terroristas fanáticos de Hamás y similares, ¿será que buscan satisfacer de alguna manera bizarra su vocación egoísta y por tanto se oponen a Dios y Sus emisarios, para ponerse del lado de los hijos de la muerte y la corrupción? ¿Habrán sido adoctrinados en el odio, pero con disfraz de progresista amor, y por ello detestan todo aquello que clama por el camino ético y realmente espiritual?

Por otra parte, en otro caso diferente, puede pasar que una persona que no esté mareada por la droga del EGO también cause daños a los otros, pero de forma involuntaria. Eso suele suceder cuando se actúa movido por las «buenas intenciones», pero se carece de conocimiento sobre la materia actuada o no se cuenta con suficiente equilibrio emocional.
Entonces, el ignorante bien intencionado, queriendo hacer un favor a los demás, o a sí mismo, pero no es modo egoísta, termina provocando más perjuicios que si se hubiera quedado quieto.
O mejor aún, sería maravilloso que acompañara sus buenas intenciones con un buen criterio emocional y una alta carga de precisión intelectual.
¿Será esta la situación de los progresistas? ¿Se creerán informados y con capacidad para discernir, pero no dejan de ser ignorantes, verdaderos pozos negros, y por tanto lanzan consignas y se afiebran alineándose con el enemigo de la paz, movidos por su deseo de hacer cosas bien intencionadas?
¿Será que le falta información al progresista occidental que es ciego ante los miles de cohetes que caen sobre la población civil de Israel, sin provocación? ¿Será que le comieron la neurona con lemas infantiles y mentirosos y por eso cree que Israel es una potencia colonialista imperial y genocida?

Lo que no me cabe duda es que (en general) NO están siendo movidos por la consciencia espiritual, ni por el clamor de que haya SHALOM, sino por el EGO. Sea para obtener alguna ventaja egoísta, o sea porque son carne de cañón de los corruptos que los comandan.

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