No paro de ver a muchas personas que van corriendo de un lado a otro, como si estuvieran involucradas en grandes cosas.
Se la ve afanosas y ocupadas, literalmente corriendo, agitadas, sin pausar para reflexionar.
Incluso cuando se toman un rato para ver videos tontos de Tiktok o las propagandas abusivamente progresistas en formas de series o películas de Netflix, no dejan de estar corriendo.
Hasta cuando hacen running, o sea corren «por salud», están corriendo sin sentido trascendente.
Van estresadas por la vida, o la vida se les pasa mientras ellas se estresan.
Puede que hayan hecho mil y una cosa durante el día, porque corren y corren; o que de tanto correr, empezar cosas y dejarlas por la mitad, en realidad no hayan hecho nada. Pero lo cierto es que difícilmente hayan estado vinculados con la eternidad en algún rato de esas corridas interminables.
Hasta en aquellos que oran veo gente que anda a las corridas y no usan ese rato sagrado para lo que fue diseñado por los Maestros. Simplemente cumplen con el ritual, ponen el tic de realizado en su lista del día, pero sin llenar de contenido ese tiempo especial. Cosa similar cuando se interrelacionan con su familia, o hasta cuando hacen el amor con sus parejas, todo el tiempo en otro lado, corriendo, escapando del momento, desconectando la conciencia de la eternidad espiritual.
Malgastan su energía, como aquellos perros de pequeños apartamentos, que en un momento del día se ponen ansiosos y ladran por cualquier cosa, o se lanzan a correr sin sentido, o a perseguir su propia cola. Será que están aburridos, o necesitados de gastar su energía de alguna forma. Porque la energía está, pero queda acumulada y por tanto necesita ser canalizada de alguna manera. Pero, en vez de usarla para construir SHALOM en pensamiento, palabra y acción, con su interioridad y con el mundo externo al sí mismo; pues no, prefieren estar corriendo de un lado al otro y estresados, sin lograr sus cometidos sagrados.
https://youtube.com/yehudaribco