El instinto, que es una memoria biológica, nos marca la conducta.
El hábito, que es un registro petrificado en el abismo del recuerdo de un acto repetido varias veces, nos marca la conducta.
La creencia, que es un fragmento de pensamiento seco y cincelado en la memoria profunda, nos marca la conducta.
El pensamiento, creativo, crítico, racional-emotivo, elaborado, nos libera de repetir conductas.
El apego a la Divina Voluntad…
Exelente, breve y rotundo… ya volveré por aquí… saludos a todos (trabajando en tesis)