"Yo estaba entre Hashem y ustedes" (Devarim 5:5)
En nuestra relación con el Eterno y con todas las cosas por Él creadas, si ponemos en medio nuestro YO, entonces lamentablemente no nos relacionamos con ese Otro, sino con una imagen distorsionada de la Realidad.
Es como aquel cuento "del rico avaro que es convocado por el sabio, quien estaba indignado por su extrema avaricia y poca disposición de ayudar a los demás. El sabio le dice al rico que mire por la ventana y que le cuente que es lo que él ve. Entonces el rico tacaño, como no le costaba dinero, mira a través de la ventana y cuenta que ve personas, árboles, animales, el cielo, la calle, etc. Luego, el sabio pone detrás del vidrio de la ventana una bandeja de plata, y le dice que mire ahora para la calle a través de la ventana. El avaro así hace, y a través de la ventana cubierta por la bandeja de plata, sólo se ve a sí mismo.
El sabio le explica: si siempre pones la plata entre tú y los demás, lo único que obtienes es una imagen reflejada de ti mismo, que es lo mismo que vivir engañado y apartado del resto de las personas y del mundo en general. Sólo tú y tu plata…
El rico que era tacaño pero no tonto, comprendió la enseñanza y abrió su corazón y sus manos a los necesitados, y recién entonces pudo gozar de un poco de alegría verdadera."
Lo mismo nos enseña las palabras del pasuk que hemos traído esta semana: no antepongas tu YO, tu egoísmo, tu necedad, a tu relación con Dios; porque así sólo te relacionas contigo.
No filtres a los demás a través de tu YO, tu egocentrismo, tu capricho, porque sino, te quedas sólo contigo, y con nadie más.
Preguntas:
- ¿Por qué a menudo la persona con poca autoestima tiende a filtrar sus contactos con los otros a través de un ego desmesurado?
- ¿Por qué el Shemá Israel fue y es la frase identificatoria judía?