Neshamá: del Yo Esencial

Una joven amiga, próxima a titularse como psicóloga, me comentó lo siguiente al respecto de el texto que se abre haciendo clic aquí:

Me hizo pensar bastante, y no se si estoy errada (seguramente) pero sobre el final me sobrevino una idea, yo siento que entre el ego y el goce que genera felicidad, libertad digamos, hay otra cosa que nos es propia ya desde el vamos que según tus palabras esta en nuestra conciencia y que busca la armonía multimodal, pese a tener un gran ego nos permite una línea de fuga (por llamarlo de una manera) visualizando que hay algo que esta mal, que hace notar que estamos ante una falsa felicidad si es que se tienen eso, porque creo que hay personas que ni siquiera acceden a la sensación de falsa felicidad y solo se quedan con el amargo sabor ver que otros tienen algo que ellos no saben que es pero que lo desean y creen que haciendo crecer su ego lo van a obtener.
Y hay otras que pese a no saber nada logran tener acceso a la felicidad verdadera aunque sea por momentos controlando su Ego sin digamos entrenarse en el arte de hacerlo.
Me pregunto que será ese algo que estas personas tienen que nace con nosotros al igual que el Ego es acaso nuestra pequeña neshamá?? o porción de D`s o lo que sea?? No se si fui clara…

A lo que humildemente respondí:

Al comienzo del texto se menciona al Yo Esencial, esa es la neshamá, el espíritu, nuestro ser eterno, nuestra conexión inquebrantable con Dios, esa es la fuente de la ética innata.
Es lo que somos, aquí y ahora, pero también en la eternidad. Es nexo, pero también información. Es base de nuestro Yo Auténtico, pero no somos nosotros. Sé que puede sonar enigmático, contradictorio o confuso, prometo (bli neder) que algún día lo explicaré mejor. Por ahora quedémonos con esta noción: el Yo Esencial es nuestra parte más intensamente individual, que no se la debemos a nadie, no viene de papá y mamá, ni de la sociedad, ni de lo que nos nutre, sino que es “regalo” de Dios directamente; pero no nos pertenece, no es una fracción, no es “parte de Dios”, sino que es otra cosa. Aquí lo dejo, por ahora.

Por su parte, el EGO, se aloja en la parte primitiva de nuestro cerebro, es netamente material y temporal, se mueve en base a instintos naturales y en principio normales.
Podemos suponer, con bastante acierto, que comienza su accionar desde el momento del trauma del nacimiento, quizás en algún momento de la etapa uterina, pero no tenemos cómo demostrarlo (que yo sepa).

Es nuestro Yo Esencial el encargado de sopesar la autenticidad de nuestra vida, de calificar dentro del plan de Dios lo que hacemos o dejamos de hacer.
No es un Superego malvado freudiano, que es una criatura formada por la interacción del niño con sus mayores, su padre especialmente. Ese Superego, desde nuestra perspectiva, no deja de ser una forma de funcionamiento del EGO, tal cual lo concebimos nosotros. En sí, poco y nada relacionado con la anatomía y fisiología del Yo Esencial.

Podría llegar a imaginarse que el Yo Esencial es rodeado por máscaras o cáscaras que son generadas y sustentadas por el EGO, tal como el rostro es ocultado por las máscaras, así el Yo Auténtico queda tapado por el Yo Vivido.
Esas cáscaras hacen que la Luz, la influencia benefactora y directriz del Yo Esencial sea, en cierta medida, inaccesible a la conciencia, al pensamiento lúcido. La información permea desde la experiencia en el mundo material hacia el registro resguardado por la conciencia espiritual, pero los mensajes desde allá no acceden a la conciencia, acá.
El accionar del Yo Esencial queda relegado en el inconsciente, como una vocecita amable y firme apenas audible entre la vorágine de pensamientos y sentimientos, pasiones y deseos. Como si fuera ese angelito de los dibujitos animados, que te habla bajito, con sabiduría, con bondad, con ánimo noble, como un susurro agradable sin pausa. Pero, no lo escuchamos, o no le atendemos. Estamos agitados, excitados, anhelantes, angustiados, sometidos a los vaivenes del EGO, llenos de información que nos deforma y hace esquivos a nuestra identidad espiritual.

Sin embargo, en los sueños puede que se manifiesta con mayor fuerza. Pero queda sometida a la imprecisión, a la vaguedad, a mezclarse con lo otro que está sumergido en el inconsciente y que no es precisamente parte del Yo Esencial.
Entonces, algunos sueños tienen algún grado de “inspiración divina”, de mensajes de nuestro Yo Esencial, nuestro pero que no nos pertenece, individual pero unificado en el colectivo de la Fuente (por ahora, no abundaré en esto, tal como he dicho más arriba).
Pero otros sueños, son criaturas de otras cuestiones que están reprimidas, silenciadas. Y además, la mescolanza. Así pues, es necesario mucho estudio, dedicación, y algo de arte para interpretar sueños.

Existen también algunas técnicas de relajación y/o meditación, para acallar el griterío del EGO y del mundo, para alcanzar a percibir el murmullo del Yo Esencial. Pero esto, aún no es tiempo de que lo comparta públicamente.

Bien, espero que esta aclaración sirva y dé pie a más profundizaciones, interrogantes, crecimiento, liberación, felicidad, construcción de Shalom.

Hasta luego, y gracias por compartir este estudio conmigo.

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