Parashat Vaieshev 5767


Shabbat: Kislev 25, 5767; 16/12/06 – Primer día de Januca



Un comentario de la Parashá Vaieshev (Bereshit 37:1 – 40:23)
¡NO!



Shabbat: Kislev 25, 5767; 16/12/06 – Primer día de Januca



Un comentario de la Parashá Vaieshev (Bereshit 37:1 – 40:23)
¡NO!



Cuando se nos ofrece actuar negativamente, ¿cómo debemos responder?
Esta mala oferta puede provenir de nuestro interior, de nuestra inclinación a lo negativo (Ietzer haRá) que se disfraza de: pasiones, hábitos, deseos, fantasías, buenas intenciones.
O puede venir desde afuera: de incitaciones de presuntos amigos, de presión del grupo, de atractivas sugerencias, de propuestas que suenan decentes, de oportunidades para obtener ganancias rápidas, etc. 

Reitero la pregunta, ¿cómo debemos responder?

Nuestra parashá nos da una técnica.
La hermosa esposa del patrón coqueteaba con Iosef haTzadik (José el Justo), le insinuaba cometer actos inmorales, lo perseguía para que explotara con mil fuegos de artificio su pasión sexual. Era una bellísima mujer, físicamente, muy astuta para las artes de la seducción, muy poderosa para involucrar a los hombres en sus redes pasionales.
¿Cómo respondió el joven justo?
Prestemos atención:

«Él rehusó.
Luego dijo»

(Bereshit / Génesis 39:8)


Shabbat: Kislev 25, 5767; 16/12/06 – Primer día de Januca



Un comentario de la Parashá Vaieshev (Bereshit 37:1 – 40:23)
¡NO!



Cuando se nos ofrece actuar negativamente, ¿cómo debemos responder?
Esta mala oferta puede provenir de nuestro interior, de nuestra inclinación a lo negativo (Ietzer haRá) que se disfraza de: pasiones, hábitos, deseos, fantasías, buenas intenciones.
O puede venir desde afuera: de incitaciones de presuntos amigos, de presión del grupo, de atractivas sugerencias, de propuestas que suenan decentes, de oportunidades para obtener ganancias rápidas, etc. 

Reitero la pregunta, ¿cómo debemos responder?

Nuestra parashá nos da una técnica.
La hermosa esposa del patrón coqueteaba con Iosef haTzadik (José el Justo), le insinuaba cometer actos inmorales, lo perseguía para que explotara con mil fuegos de artificio su pasión sexual. Era una bellísima mujer, físicamente, muy astuta para las artes de la seducción, muy poderosa para involucrar a los hombres en sus redes pasionales.
¿Cómo respondió el joven justo?
Prestemos atención:

«Él rehusó.
Luego dijo»

(Bereshit / Génesis 39:8)


Primero y ante todo, él se negó, rehusó cometer cualquier acto indigno, sea pecaminoso o solamente perjudicial.
Se negó, sin dar excusas, sin justificar su decisión, sin buscar la aprobación de otros.
Se negó, a secas, porque él sabía muy bien que con el instinto a lo negativo no se dialoga, no hay negociaciones posibles, todo le sirve a ese instinto para ser usado como arma en contra de la persona.
Es como los misioneros, que no entienden (ni quieren entender) que su mercancía es sumamente venenosa, que no entran en razones, que no saben conversar, sino solamente emitir eslóganes, gritar amenazas, o buscar la manera de hacer caer en trampas a sus víctimas poco hábiles.
Ante las propuestas del Ietzer haRá, sean en el plano que fueran (físico, sexual, comercial, religioso, etc.) la única respuesta justa y sabía es «NO», sin agregar más, sin dar pie para que el oponente se aproveche de alguna debilidad nuestra y nos haga caer.
NO rotundo, sin vueltas a los misioneros, a los inmorales, a los estafadores.
NO y luego darles la espalda y no permitir que ninguna partícula de su mortal ponzoña nos agreda.
Esa es la reacción inteligente, la oportuna, la necesaria.
Hacer otra cosa es caer en la trampa del enemigo.

Y tristemente, esta segunda parte no la aplicó correctamente el justo Iosef, él tuvo la necesidad de demostrar que su negación estaba justificada, entonces «dijo…».
Y cuando empezó a dar excusas, cuando mostró un flanco abierto, el mal lo atacó inmediatamente por ahí.
No se le puede dar una mano al mal, porque de inmediato agarra el brazo.
No se le puede dejar una rendija a los misioneros y otros sujetos perjudiciales, porque aprovechan esa ranura para meterse y atacar sin piedad.

Así pues, una de las enseñanzas prácticas de nuestra parashá es a decir «NO» ante las propuestas nocivas, sin sentirnos culpables, sin permitir que nos manipulen, sin dar una oportunidad al mal para que crezca y nos coma.

Por el contrario, hay que estar dispuesto al diálogo, a la comunicación franca, a la apertura crítica y mesurada cuando lo que está en debate no está teñido por lo dañino y/o pecaminoso.

¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

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