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Shabbat Kislev 20, 5771 – 27/11/2010
PARASHÁ: VAIESHEV
Parashá: Bereshit / Génesis 37: 1 – 40:23
Haftará: Amós 2:6 – 3:8
Algunos conceptos, preceptos o valores de la parashá
1. El valor de algunos sueños.
2. El grave perjuicio de la envidia.
3. Construir Shalom, especialmente dentro de la familia.
4. Confianza en la Divina Providencia.
5. Salvar una vida es como salvar un mundo.
6. Un error acarrea otro.
7. Evitar la tentación y no acercarse a lo prohibido cuando se está en debilidad de caer.
8. Procurar no juzgar al prójimo, solamente sus acciones y de la mejor manera posible.
9. Hacer el bien sin esperar nada a cambio.
10. Mantener la serenidad incluso en los peores momentos.
«Anda, por favor, y mira cómo están tus hermanos»
(Bereshit / Génesis 37:14).
Iaacov encomendó literalmente a su amado hijo:
“Anda, por favor, y mira cómo están (et shlom, en hebreo) tus hermanos”.
Una lectura alternativa y totalmente correcta, puede ser:
“Anda, por favor, y busca la paz (et shalom, en hebreo) con tus hermanos”.
Iaacov pide a Iosef que vaya al encuentro de la integridad (shelemut, asociada a la voz shalom en hebreo), para que de ese modo destaquen las virtudes, en lugar de aquello que los mantiene distanciados y enemistados.
Si nos enfocamos en las virtudes, tanto nuestras como del prójimo, antes de concentrarnos en los defectos, prontamente encontraremos integridad, armonía y paz (shelemut y shalom).
Tus hermanos, tu prójimo, están ahí, ¿eres capaz de ver sus virtudes y construir Shalom junto a ellos?
Enseñanza para comentar y pensar: La Torre de Pisa
Hace mucho tiempo había una ciudad en Italia en la que construyeron una hermosa torre que era admirada por todos los viajeros. Tan sólo un poco más allá, en una ciudad vecina, habían construido una torre de similar belleza que compartía protagonismo con la anterior.
Sin embargo, los habitantes de esta última ciudad, envidiosos y llenos de orgullo, planearon destruir la torre vecina para que sólo brillase la suya propia, y una oscura noche llegaron hasta la torre con picos y palas y quebrantaron levemente sus cimientos.
A la mañana siguiente, la torre se inclinó un poco, pero nadie pareció darse cuenta, y lo mismo ocurrió durante los días siguientes, hasta que una niña que pasaba por allí, señaló la torre y dijo: «Me parece que se va a caer» y todos los que andaban por allí cerca comprobaron que era verdad.
Los nervios se apoderaron de toda la ciudad. Trataron de hacer mil cosas para retener la torre en su sitio, pero los días pasaban y nada parecía funcionar. Hasta que un día, la misma niña pequeña que había visto inclinarse la torre, se acercó y apoyó su mano en ella para descansar. Entonces sintió que la torre temblaba ligeramente entre ruiditos extraños. Al quitar su mano, cesaron el movimiento y los ruidos, pero al apoyarse de nuevo, volvieron a repetirse. Así estuvo la niña durante un rato, hasta estar completamente segura de su descubrimiento:¡La torre tenía cosquillas!
La niña entonces corrió a buscar algunas flores y hierbas, y las plantó junto a la torre, de forma que en cuanto la torre se inclinaba un poquitín, sentía las cosquillas que las flores le hacían en su base, y volvía a erguirse cuanto podía.
De esta forma la niña consiguió mantener inclinada la torre, que se hizo aún mucho más famosa de lo que ya era, dando una lección a los resentidos del vecino pueblo. Éstos, siempre envidiosos, trataron de copiar la inclinación en su torre, pero no supieron y se les terminó derrumbando sobre el pueblo, quedando no sólo sin torre, sino con gran parte del pueblo destruido.
Una moraleja: por causa de la envidia, muchas personas tratan de opacar a otras, a veces de manera abierta, otras solapadamente Recurren a muchas trampas para dañar, rebajar, amedrentar, presionar, etc. a la persona que envidian.
El EGO sin control es un pésimo líder, y entre sus horribles manifestaciones se encuentra la envidia.
Por ello, no seamos esclavos de nuestro EGO, sino verdaderos líderes de nuestra vida.
Hagamos que nuestros actos nos permitan brillar con luz propia, sin pretender apagar la luz de otros, por sentirnos menos luminosos que ellos.
Pues al final, nuestra luz no crece si dañamos al otro, sino que aumentamos la oscuridad.
Preguntas para reflexionar
1. ¿Alguna vez te has sentido preocupado o molesto por haber llegado a la conclusión de que lo malo que te sucedió una vez volvería a repetirse?
2. ¿Qué es lo peor que podría suceder si decidieras cambiar aquello que te hace mal?
3. ¿Qué cualidades consideras fundamentales en un líder?
4. ¿Qué envidias?
¡Les deseamos Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Textos originales de Yehuda Ribco y otros que son seleccionados de: “Aromas del Paraíso”, del Moré Yehuda Ribco
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