«Tú, oh enemiga mía, no te alegres contra mí; pues aunque caí, me levantaré.
Aunque yo habite en tinieblas, el Eterno será mi luz.»
(Mijá/Miqueas 7:8)
La enemiga a quien refiere el profeta es cualquiera de las naciones que buscaron destruir a la santa nación judía en su longeva historia.
Babilonia, Grecia, Persia, Roma, Damasco, imperialismo cristiano, imperialismo árabe-musulmán y cualquier otra que se ha levantado en nuestra contra.
Ella, ellas, se alegran al ver el sufrimiento de Israel.
Obtienen un placer insano con el tropiezo de esta nación.
Como si su sentido dependiera del fracaso, de la humillación, del oprobio, del exilio de los judíos.
Como si oscurecer la Divina Presencia resultara … para seguir leyendo GRATIS, sigue este link: https://belev.me/2018/09/04/que-no-se-alegre-tu-enemiga/