El varón judío que reza diariamente dice al menos dos veces por día esta frase:
«אֲנִ֞י ה אֱלֹֽהֵיכֶ֗ם אֲשֶׁ֨ר הוֹצֵ֤אתִי אֶתְכֶם֙ מֵאֶ֣רֶץ מִצְרַ֔יִם לִֽהְי֥וֹת לָכֶ֖ם לֵֽאלֹהִ֑ים אֲנִ֖י ה אֱלֹֽהֵיכֶֽם : פ
Yo soy el Eterno, vuestro Elohim, que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Elohim. Yo soy el Eterno, vuestro Elohim.’»
(Bemidbar/Números 15:41)
Ahora, a pocos días del comienzo del Pesaj 3331 es muy relevante tenerla presente y tomar en consideración la enseñanza que estamos compartiendo.
Como ves no basta con que Dios te saque de la tierra de esclavitud, porque esa es solamente una parte de la tarea redentora.
Es la que podríamos llamar como “libertad física”, puesto que implica romper unas cadenas, quebrar unos lazos, dar unos breves pasos fuera de la celdita mental que te mantiene dominado y adoctrinado por el EGO.
Sin dudas que la libertad física es básica y querible, pero queda escasa cuando falta la libertad psicológica.
Tal es el precioso complemento que le da sentido, que hace que la libertad física tenga valor.
Porque el cuerpo puede queda desatado de las sogas paralizantes, pero se mantiene prisionero si uno se mantiene petrificado por miedos, creencias, falsas atribuciones, prejuicios, engaños, debilidad emocional, pereza mental, preconceptos, errores no reparados en la evaluación y otros barrotes más que forman la celdita mental.
Es decir, el cuerpo puede estar todo lo liberado y listo para andar que se quiera, pero si las otras dimensiones del hombre trastabillan (emocional, social y mental) entonces el cuerpo queda como un títere sin control, como un robot programado por unas escasas rutinas monótonas y de muerte.
El cuerpo desatado pero la persona encadenada, ya que su personalidad sigue dominada por las trampas del EGO.
Es por esto que el versículo añade las fundamentales palabras de “para ser vuestro Dios”.
Somos sacados de la tierra de esclavitud para permitir que el Yo Esencial (NESHAMÁ, espíritu, chispa divina) tome las riendas de nuestro vida.
Para que el Yo Vivido se reconstruya y entre en sincronía con la NESHAMÁ.
Para que sea el código ético/espiritual las normas que dirijan nuestra conducta. Esto es, los Siete Mandamientos para cada gentil, así como los mandamientos que le correspondan a cada judío del conjunto de 613 que Dios le ha dado al pueblo judío en la Torá.
Dios no nos precisa en lo más mínimo.
No le damos nada si lo tenemos como nuestro Dios.
No se beneficie ni un poquito con el cumplimiento de los mandamientos por parte de las personas.
Le aventaja en cero si rezamos, bailoteamos o repetimos como lelos frases religiosas.
No quiere sacrificios ni parloteos de chismas de templos.
El es, lo queramos o no, lo sepamos o no, lo creamos o no.
Pero por ser Sus criaturas, Sus hijos, Él quiere lo mejor para cada uno de nosotros.
Cada uno de acuerdo a lo que le corresponde realizar.
Entonces nos ha dado el sentido máximo de la existencia en este mundo.
Que es tenerlo presente a través de cumplir con Sus mandamientos, aquellos que nos corresponden según Su Voluntad.
De esta forma, cada vez que nos da la chance de salir de la tierra de servidumbre también nos afirma que nos pongamos en campaña para que la libertad sea plena, y no solamente una escapatoria parcial, la libertad física muy linda pero incompleta.
En otros versículos se menciona que la redención se completa con el asentamiento en la Tierra de Promisión, pero esta variación la podremos estudiar otro día.
Por ahora, queda establecida esta enseñanza, que espero te sea de mucho provecho y bendición.
Te recuerdo que no está de más agradecer y es muy beneficioso para ti que nos apoyes con tu donación económica. La cual puedes hacer llegar por alguno de los medios indicados aquí: http://serjudio.com/apoyo
Ahora, antes de despedirnos por el día de hoy, te dejo planteada una duda, que estaría genial que la pensaras y luego la respondieras aquí debajo, como comentario:
si tan importante es tenerlo a Él como Dios, porque eso da un sentido trascendente a nuestra vida, entonces: ¿por qué no nos habla a diario, nos hace manifiesta Su existencia sin dudas?
Y una pregunta extra: ¿Qué pasa si nos quedamos solamente con la libertad física?