Socios de verdad

El Mishkán, el templo portátil que construyeron los israelitas por orden de Dios, meses después de la salida de Egipto, finalmente estaba completo.
La nación miró la magnífica obra de sus manos con gran alegría. Era su primera obra, su demostración de que podían realizar tareas creativas, con sentido y trascendencia.
En tanto que Moshé estaba orgulloso por la entrega y actitud positiva del pueblo. Por eso, hizo algo que solo repetiría cuarenta años más tarde: bendecir a toda la nación. Si bien seguían las órdenes de Dios, y no su antojo, lo estaban haciendo con plena voluntad, porque así lo querían y deseaban. Era la confirmación de que estaban efectivamente en el proceso de ser libres, de ya no estar bajo el látigo de ningún opresor.
Ellos estaban actuando como socios de Dios en la edificación de un mejor mundo, no como seres receptores sin capacidad de actuar, ni como marionetas de los deseos de otros.
Por lo cual, esta alegría estaba realmente fundamentada en cuestiones de valor, no meramente en el placer momentáneo de sentirse con un poquito de poder.
Para reafirmar esta alegría, estaba la bendición de Moshé, que, según nos cuenta Rashi , Moshé pasaba entre las personas, mientras le decía a cada uno: «Que Hashem descanse Su presencia en tu obra».

En realidad, la edificación del santuario era bendición en sí misma, porque el Eterno había prometido a la nación judía que cuando el templo estuviera construido, Él habitaría en medio de cada judío, por consiguiente también en medio de la nación. El santuario era un medio, no una finalidad, y eso debía quedar expresamente claro, y Dios lo expresó claramente.
En la entrega y el esfuerzo por construir el templo y en la dedicación por mantenerlo, de acuerdo a lo ordenado por Dios, estaba la bendición.
Más allá de lo cual, Moshé sintió que él también debía manifestar una bendición. Aunque, ¿qué puede añadir realmente la bendición humana cuando Dios ya ha dado la Suya? Lo cierto es que, toda bendición procede de Dios, lo que nosotros hacemos cuando bendecimos es ser canales de Su presencia.
Igualmente, Moshé bendijo al pueblo y esas palabras tuvieron poderoso efecto positivo.

¿Y esto por qué?
Pues, porque es necesario que las cosas sean dichas, ya que lo que queda en el supuesto, en el debería saberse, y cosas por el estilo, pueden llevar a errores y malos entendidos.
Hay que saber comunicar, manifestar, revelar aquello que tiene que estar a la luz.
Así los empoderaba realmente, no con falacias, les mostraba el camino correcto de vida, que es seguir la brújula de la espiritualidad, cumplir la tarea de ser socios del Gran Socio.
Con ello también evitaba que se autoengañaran, suponiendo que ellos por sí solos bastaban. Somos parte de la maquinaria universal, cada uno con su tarea para cumplir, teniendo cada quien su parte y no pudiendo hacer la que le toca a otro.

Cuando le damos lugar a Dios en nuestra vida, es ahí que Él reposa en nuestro interior.
A decir verdad, nunca deja de estarlo, la NESHAMÁ es chispa de Divinidad.
Pero es en nuestra consciencia que debe estar presente esta realidad.
Tener a Dios como un factor esencial, no meramente como un elemento religioso, uno más entre las creencias y fantasías de las personas.

Esperemos que la Shejiná, la Divina presencia, repose en cada una de nuestras obras también.



https://serjudio.com/apoyo

VISITA nuestro canal en YouTube

https://youtube.com/yehudaribco

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
1 Comment
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
Delallel

Acá en Chile la palabra socio también puede referirse a un cercano o a alguien quien estimas en cierta forma.
Sí que los supuestos traen problemas, malos entendidos o dramas peores. Gracias por recordar y compartir.

0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x