Tú y tus otros túes

Has peleado una y otra vez, como pudiste has ganado muchas de las batallas.
Estás ahora aquí, pero te sientes ya cansado.
Porque, avizoras más luchas por delante, como si fuera un eco que no está destinado a terminar.
Finaliza una contienda para al rato comenzar otra, y has perdido energías, la motivación ya no es la misma.
Como si fuera mágico, los problemas son atraídos hacia ti, como si fueras un imán.
Supones que seguir en pie de guerra es lo que te queda, y eso te desanima. Ya quisieras disfrutar de tranquilidad, de paz, de no estar confrontando sin fin.
Aunque sigas salvándote y saliendo vencedor, presientes que estás encaminado a finalmente agotarte y fracasar. Como si no hubiera otra posibilidad, como si tuvieras un guión escrito y a ti te toca siempre el mismo papel.

¿Pensaste hacer algo diferente?
¿Quizás tu disposición para el combate es lo que te pone en situación de prueba?
Tal vez, sin darte cuenta, eres tú quien convoca el conflicto para poner en juego tu pericia adquirida, para seguir demostrando tu fortaleza, para seguir mostrando que todavía puedes vencer.

¿Podría ser?
¿Y si escogieras otro rol en esta obra que estás escenificando?
Uno que sea más satisfactorio, que atraiga luz, bienestar, disfrute, solidaridad, bendición, compañerismo… ¿te gustaría intentarlo?
Salir de la zonita de confort, de la celdita mental, del mundito conocido, que realmente es tortuoso, pero parece menos espantoso por su familiaridad.
Ya lo tienes recorrido, por ello te resulta confortable, pero no deja de ser una celdita, que te limita, que te restringe, que te ahoga.
¿Y si te animaras a sufrir un poquito para experimentar una transformación? Avanzar unos pasitos por fuera de la zonita de confort, a un nuevo lugar, en donde te sentirás extraño, descolocado, sin saber cómo responder, angustiado por no reconocerte. Pero, estarás formando una nueva identidad por sobre la anterior. Probablemente añadiendo posibilidades de salud allí en donde solo había fatiga y repetición.
¿Qué te parece?

Amplía tu repertorio de conductas, anímate a ser otra versión de ti mismo.
Tendrás dudas, vacilarás, no estarás seguro del siguiente paso, pero si estás rompiendo el molde, quebrando el hábito, saliendo de la celdita mental, entonces estás consiguiendo algo muy valioso aunque de momento parezcas naufragar.
Probablemente no sea algo sencillo, porque tu programación no incluye lo que te ofrezco; pero no está lejos de ti el primer paso que quiebre el patrón de conducta repetitivo, que ejerza el cambio sobre el hábito que te tiene momificado.

Detente, observa, analiza, evalúa, escoge.
Que tu decisión sea de construcción de SHALOM, para obrar con bondad y justicia.
Privilegia el gozo de lo permitido, en tanto te apartas de lo prohibido.
Sé atento a los demás, pero no llevándote al sufrimiento o malestar.
Pide para ti, disfruta, comparte.
Pero no seas un necio, demandante, obtuso, quejoso, pasivo, carente de solidaridad.
No manipules, ni siquiera un poquito.
Comunica auténticamente, aunque el otro parezca una pared.
Reza, porque allí encontrarás una mejor versión de ti posible.

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Gracias por el texto, el cual lo asumiré personalmente.

Porque, precisamente, actuamos en la vida como siguiendo un rol interpretativo de otro que no es uno. Hacemos de la identidad una parodia de «luchador», y nos resignamos a ese papel; sin explorar los otros dulces sabores de la vida, de la propia experiencia.

Gracias de nuevo por servir de «despertador».

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