Hay tanto mercader de la fe dando vuelta que vende su mercadería podrida envuelto en lujosos papeles.
Cuando se quitan los envoltorios, queda solamente el contenido perjudicial, venenoso, de muerte.
Con gran habilidad, algunos de los estafadores, perfuman su mercancía y la decoran con esplendores, para que el comprador se mantenga en la ilusión de estar en lo cierto al haber gastado un dineral en aquella compra.
Pero, la podredumbre no recupera su estado vital, el deterioro avanza y va contaminando otras áreas.
Se hace imposible de no reconocer el mal… pero…
El ser humano colabora en el éxito de sus engañadores.
Resulta que hay un mecanismo que opera en nosotros que fue denominado “Disonancia Cognitiva”.
En pocas palabras: inventamos maneras de justificar lo erróneo que nos sucede siempre y cuando hayamos invertido en ello algún bien; porque de no hacerlo, aparece la tal disonancia cognitiva, es decir una discordancia que nos carcome por dentro.
¡Esto no lo podemos tolerar!
Entonces, en lugar de ponernos a resolver los desacuerdos de manera racional y constructiva, optamos por ofuscar las cosas y hacer de cuenta que está todo bien.
Con estas excusas solamente aumentamos el sufrimiento, ahondamos en las pérdidas, nos alejamos de una resolución placentera y satisfactoria.
Y, sin embargo, algo en nuestro interior nos lleva a comportanos de esta forma irracional e improductiva.
Gastamos tiempo, energía, dinero, ánimo y vaya a saber cuántas cosas más en adquirir bien cara la porquería supersticiosa, religiosa, antojadiza, fantasiosa, que el pillo pirata de la fe nos ha vendido.
Es una piojosa mezcolanza inservible y hasta que provoca dolor, enfermedad, separación, calvario, muerte.
Pero, como hicimos una inversión, gastamos en ello, y/o nos puede poner en situaciones supuestas de amenaza, entonces no podemos dejar de defender lo indefendible.
Nos cerramos a cualquier opción, negamos caminos alternativos, prohibimos declarar impuro lo impuro, nos hacemos súper creativos para inventar justificativos, mientras tanto la cosa empeora.
Justificamos lo incorrecto; acusamos a la víctima; negamos la posibilidad del que se extravió para que enmiende su conducta y corrija lo dañado; rechazamos reconocer consecuencias negativas; nos aferramos a lo malo; repetimos mentiras y hasta nos las creemos como verdades, aunque allá en el fondo siguen pegándonos fuerte con su dichosa disonancia.
Entonces, si violan a una dama es porque iba de minifalda; si el marido faja a la esposa, es que ella es insufrible; si despiden al tipo de la fábrica, es que seguramente es un borracho; si pillan al jefe manteniendo sexo con una empleada, es que ella quiso una promoción; si es evidente la mentira de la religión, es que estamos con una venda que nos impide ver la “luz del señor”; si es chirriante la falsedad de la religión, es que el diablo nos tiene engañados para mantenernos fuera de la “salvación”; si Israel se defiende, es que son unos judíos asesinos que se están vengando con los “pobres palestinitos” de lo que les hicieron a los judíos en el Holocausto…
Como ves, nos amurallamos detrás de nuestro Sistema de Creencias, para mantenernos en la celdita mental, para apagar el dolor que nos produce la desarmonía. Con todo ello, generamos más y más caos, estropicio, malestar.
Como habrás adivinado, en todo esto se encuentra el dominio del EGO.
Pues, es otra de sus trampas para mantenernos en situación de impotencia (real o sentida), y por tanto seguir bajo su control.
Así las religiones siguen mandando en las vidas de las personas, y el mundo sigue esclavizado (recordemos que noajismo y judaísmo no son, ni debieran ser vistas como, religiones).
Los presidiarios se apuran a exculpar a sus opresores, les invitan a seguir maltratándoles, se enojan con los que se rebelan, cancelan la posibilidad de libertarse.
Se regodean con inmundicia que han comprado a precio bien caro, y la consideran cuestión de fe, algo sagrado, indispensable para ser “salvos”, la solución para los males de este mundo.
Evangelizan, difunden el mensaje, se hacen propagadores de lo que los está manteniendo encadenados y en penurias.
Es triste, tristemente cierto.
Mientras no logremos despertar la conciencia, llenar el caudal de pensamientos con ideas sanas que neutralicen los contenidos del Sistema de Creencias, construir SHALOM, estaremos en exilio del alma con respecto al espíritu.
Obviamente que no solo en cuestiones esotéricas, en cosas que competen a las religiones; sino que en todos los planos de la existencia.
El mal estará por doquier, con nosotros como sus propulsores, o al menos sus cómplices.
Para continuar reflexionando: https://serjudio.com/exclusivo/respuestas-a-preguntas/resp-4177-lea-bien-a-jonas-no-mejor-vaya-a-fulvidacom