En un comentario un nuevo amigo de nuestro hogar FULVIDA escribió: “De lo poco que le he leído y tal y como supongo diría el, para mí, y a partir de ahora, Maestro Moré: “Si Dios me ha hecho Noájida ilustrado, y ateo, ¿quién es alguien para contradecirlo?”. ”
Aplica una consideración para evitar errores, confusiones, caos y desvíos involuntarios de la senda correcta.
Este comentario está formado por una afirmación correcta: “Dios me ha hecho noájida”.
Así es.
Cuando nacemos podemos ser judíos, si nuestra madre es judía; o podemos ser de la inmensa mayoría de la humanidad, es decir, noájidas, en caso de que nuestra madre no fuera judía.
El nacer, hasta donde sabemos, no es una cuestión de nuestra elección personal.
Hemos nacido por acciones ajenas, voluntarias o no.
Nuestra raíz espiritual no depende de nuestras decisiones, de nuestra voluntad, de nuestro parecer.
Somos, porque así ha sido dispuesto más allá de nuestra escogencia.
Nosotros creemos que fue la Divina Voluntad la que nos hizo formar parte del gran grupo humano de los noájidas, o del pequeño grupo humano de la familia judía.
También creemos que si Dios lo marcó así, y siendo que ambas identidades espirituales son sagradas, completas, amadas por Dios, entonces el camino obvio y perfecto para el gentil es el noajismo, en tanto que el camino para el judío es el judaísmo.
Dios creó ambas identidades espirituales con sus respectivos manuales de vida: noajismo y judaísmo; por lo cual, lo sabio y bueno es vivir de acuerdo a lo que Dios seleccionó para cada cual, de acuerdo al estilo apropiado para cada cual.
Por supuesto que hay algunos pocos gentiles que sienten una poderosa atracción hacia el judaísmo, una que no tiene componentes secundarios tales como intereses sociales, ni ventajas materiales, ni huidas emocionales, ni ningún otro interés espurio, sino tan solo el intenso deseo de servir a Dios al estilo que deben hacerlo los judíos, por completo apegados a los mandamientos que son para los judíos, sin banalidades, sin escoger según la comodidad o el propio parecer. Para esas pocas personas hay una puerta abierta hacia la verdadera conversión formal y legal al judaísmo, pero sin dudas que la casi totalidad de los gentiles tienen su camino en el noajismo, tal y como es de sentido común y de acuerdo a lo determinado por Dios.
Pero el comentario del nuevo amigo contiene una afirmación equivocada, que es la que puede generar mayor confusión dolor y caos.
Es cuando expresa convencido que: “Dios me ha hecho… ilustrado y ateo…”.
Tanto el ser ilustrado como ateo ya no queda en potestad de Dios, sino de la propia elección de cada uno.
Por supuesto que nuestras elecciones están cruzadas por componentes sociales, seguimos modas, nos vemos sometidos a presiones, somos producto de nuestra experiencias y enseñanzas de nuestros mayores y del medio social, nos convencen desde la tele, etc., pero somos nosotros los que nos hacemos cargo de lo que escogemos hacer con nuestras vidas. Al menos, eso es lo que se espera que haga un adulto.
El ser ilustrado o ignorante, el ser ateo o creyente, el ser leal a Dios a través del cumplimiento de los mandamientos o quebrantarlos, el usurpar legados espirituales ajenos o ser coherente con lo que es propio, etc., no es lo que Dios decretó para la persona, sino lo que la persona escoge para sí.
No podemos achacarle a Dios el resultado de nuestras elecciones. Tampoco el medio social en el cual nos vemos insertados. Si bien nosotros no escogimos nacer de padres ladrones, mentirosos,e estafadores, religiosos, ateos, burladores, brutos, violentos, idólatras, etc., si bien no somos responsables por lo que nuestras mayores y nuestro marco social nos lleva a hacer, ciertamente que al momento de elegir somos nosotros los que lo hacemos.
Según sabemos, Dios no juzga con similar estrictez a aquel que teniendo a disposición buena educación, correcto marco social, buenos ejemplos, etc., que aquel que ha sido sometido a malos ejemplos, pésimas doctrinas, imposibilitado de acceder a otro modo de vida más acorde a la senda de Dios.
Dios es más estricto con aquel que se lo merece. Es así.
Pero cuando alguien se ha “topado” con SERJUDIO.com o FULVIDA.com, o algún otro lugar de buen contenido, y rechaza adrede la información, se niega a salir de la celdita mental que lo encierra, se aferra a su EGO y sus mentiras, se moviliza en contra de las cosas de Dios, esa persona está eligiendo adrede, voluntariamente, por gusto oponerse a Dios y andar por la senda de la oscuridad. ¿Acaso Dios tendrá tanta misericordia con alguien así corrupto y corruptor?
De hecho, no lo sabemos, porque es Él el único que tiene perfecto conocimiento de todos, absolutamente todos, los determinantes. Es Él quien juzga cabalmente, no parcialmente como nosotros.
Sin embargo, así hemos aprendido, acerca de que cada uno es responsable cuando se le ha puesto ante sí la oportunidad de elección y teniendo la capacidad de hacerlo, se escoge el mal.
Así pues, resumiendo, Dios te ha hecho nacer judío o gentil.
Pero luego, como tú vives, tu estilo de vida, eso es algo que te compete a ti. No puedes responsabilizar a Dios acerca de esto.
Dios te dio tu identidad, Dios te dio el manual de vida (Torá judía y Torá noájida), eres tú quien debe vivir tu vida.
Con sus altibajos, con sus dudas, con sus contradicciones, con sus secretos, con sus luces y sombras.
Eres tú el que está a cada rato en la necesidad de elegir entre lo bueno y lo que no lo es.