El bebe es absolutamente egoísta.
Está bien que así sea.
Porque no cuenta con herramientas físicas ni de experiencia para ser diferente.
Y, porque necesita de toda su energía y disposición para crecer, desarrollarse, aprender, insertarse en el mundo.
De a poco, se supone, va corriéndose de sí mismo para ir adquiriendo un rol solidario, altruista, constructor de shalom también con el prójimo y el ambiente.
Llegado a la madurez, es cuando debiera haber reducido su egoísmo a la mínima expresión, aquella que es necesaria para su sostenimiento y que podemos denominar como “egoísmo positivo”.
Pero, presenciamos a diario manifestaciones de egoísmo en personas grandes, con años encima.
Se comportan como bebes en cuerpos crecidos.
Pendientes solamente del placer del momento, de sus deseos, de sus menudencias, de sus sufrimientos, de acaparar, de reclamar y exigir, de creer que el mundo son ellos y el resto está para servirles sin chistar.
Sí, hay tantísima gente así (y podemos ser tú y yo también, que conste).
Esta gente actúa así porque no ha conseguido desarrollar sus potencialidades, siguen reducidos, doblegados, carentes de amplitud.
Sí, podemos ser comprensivos, admitir esta debilidad que les esclaviza, pero no por ello sumarnos o hacernos cómplices de su infancia no superada ni aprovechada.
El egoísta es un bebe, o un infante, que se revuelve en un cuerpo de persona mayor.
Eso me recuerda mi duda a las terapias que pretenden alentar no se qué a la gente diciéndole que «saque su niño interior», desconociendo que un niño -por razones lógicas- es el epitome del egoísmo
exacto,
quizas para los q no han madurado, cosa q ocurre a menudo, es necesario reencontrar a ese niño para llevarlo de la mano a la maduracion…
pero eso no significa ser por siempre el niño.
la parte noble de la niñez, se mantiene sin necesidad de cosas misticas o similares.
Yo he pensado que nosotros vivimos en sociedades a las que llamo de «apreciación inversa de las generaciones»: amamos la juventud (exageradamente) pero abandonamos la vejes (exageradamente)
exacto,
en parte se podria explicar por la angustia a la muerte
y en parte pq estamos en una sociedad q en lo tecnologica sigue arrollando y el pasado pesa…
todo un caso para un antropologo
Un caso largo, pero interesante de resolver
supongo q algunos de sus colegas ya habran hecho algun estudio al respecto.
algunos, pero no creo que con la profundidad necesaria pues en los últimos años buena parte de la antropología se ha perdido, a mi parecer, en un marasmo de insulso postmodernismo pseudo-intelectualidad y pocas cosas urgentes se están tratando
o sea, ha sido invadida por la izquierda tan progre?
Pues en un tiempo la izquierda hizo un gran aporte a la antropología en especial en los análisis marxistas de la economía, pero se dogmatizaron muchísimo y abandonaron los enfoques psicológicos a mi parecer tan importantes para desarrollar aspectos teóricos desde el individuo
es q lo bueno q haya podido tener la ideologia marxista quedo tapada con todo el estiercol q es el EGO del marxismo y sus sucesores…
Si, por que el marxismo se embadurno de elementos que lo fueron alejando de la ciencia y prefirió la imagen dogmática de sus líderes que hundió todo el estudio en el personalismo sectario y ultranacionalista… y los primeros afectados: los niños
Si hay algo que nunca debieramos perder. Y que no es parte exclusiva de la niñez, es esa capacidad para asombrarse por el mundo alrededor. Lastimosamente es lo primero que se pierde. Y no por cuenta propia, sino por la presion de la sociedad.
Recuerdo una vez que me puse a ver un documental de animales, peculiarmente fue una de las pocas veces que mi sobrino dejó los dibujos animados por cuenta propia, porque le gustaron los animales mas que los dibujos.
Es triste ser de los pocos que siguen conservando ese espiritu de busqueda y asombro.
La importancia de la infancia humana. La curación de lo que fue dañado o no fue cultivado en esa etapa es un paso para dejar de vivir la vida en reacción al pasado.