Esta semana leeremos dos parshiot juntas, Nitzavim y Vaielej, casi llegando ya al final de la lectura anual de la Torá y preparándonos con gran emoción para los Iamim Noraim.
El contenido de las parshiot calza perfectamente con esta temporada de reflexión, de perdonar, de pedir perdón, de corregir la conducta, de fortalecernos en aquello que hacemos bien, de ayudar más al prójimo, de acercarnos con amor y veneración al Padre, de conocerse más.
Es tiempo de responsabilidad, concepto que viene de “dar respuesta”; porque una persona responsable es una que responde por sus actos y omisiones. Por tanto, es alguien que deja de inventar excusas, que no evade aquello que es su parte.
El ser responsable tiene que ver con honestidad, y por tanto, con quitar las máscaras que nos impiden ver nuestro verdadero rostro. En otras palabras, diluir aquellas partes de nuestro Yo Vivido que están bloqueando la luz espiritual sagrada que proviene de nuestro Yo Esencial. Ser responsable es abrir puertas y ventanas para que ingrese el espíritu del Eterno a nuestras vidas. Un espíritu que siempre está presente, pues es esa NESHAMÁ que somos; pero que tenemos arrinconado y como olvidado, porque nos quedamos adorando al EGO y sus patrañas.
Es por ello tan importante esta época, la de Elul, que nos prepara para los Iamim Noraim: para el día del Juicio y para el día en que se entrega el Veredicto, que anhelamos y confiamos que sea de perdón, de reconciliación, de bienestar.
Moshé ha entrado al tramo final de su extenso discurso de más de 30 días de duración.
Ahora nos enfrentará con las principales excusas que todos usamos para evitar el compromiso y la responsabilidad.
Debemos estar dispuestos a atenderlo…