Léase por favor el siguiente pasaje: Irmiá 31: (8) «Vendrán con llanto, pero con consuelo los guiaré y los conduciré junto a los arroyos de aguas, por un camino parejo en el cual no tropezarán. Porque Yo soy un Padre para Israel, y Efraín es mi primogénito.»
Tendría Usted la amabilidad de explicarnos por qué se le llama primogénito a Efraim.
Será por ser hijo de Iosef a quien Iaacov consideraba primogénito, además de ser hermano menor de Menashé ?
Agradezco como siempre su amabilidad, me despido.
Que EL ETERNO le bendiga abundantemente.
Saludos,
Waldemir García
Abogado
Panamá
Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.
Cuando el reino judío se dividió en dos, tras la muerte del rey Salomón, las diez tribus norteñas quedaron bajo el liderazgo y nombre de Efraim, por ser ésta la tribu más grande de todas ellas.
Tal como los del reino sureño fueron llamados judíos, es decir: de la tribu de Yehudá, a pesar de que había miembros de otros tribus viviendo en aquel Estado.
En el versículo por usted citado, se indica lo que ya es sabido y afirmado a perpetuidad: que el Padre celestial ama a la nación de ISRAEL (Irmiá / Jeremías 31:2), que como sabemos ES Su hijo primogénito (Shemot / Éxodo 4:22).
Se lo nombra como Efraim, para que quede claro que Su amor eterno no es solamente para los súbditos del reino del Sur, que se mantenían fieles al Eterno, sino también para los de las diez tribus, los liderados por Efraim, que estaban hundidos en la miasma del pecado y en la confusión de creencias.
Es evidente que es inquebrantable el amor del Padre celestial por los judíos, pues de eso hay muchos testimonios en el Tanaj.
Es totalmente cierto que Él ama a aquel que Le ama.
Pero acá se nos enseña que Él también ama a la oveja descarriada (Irmiá / Jeremías 31:17).
No con el mismo amor con que ama a la oveja que permanece fiel bajo Su mando, sino con otro tipo de amor.
Al usar el apelativo Efraim nos destaca que ama a la nación de Israel, aunque estén sumidos en perversión y pecado. Pues Él nos ama, nos guarda misericordia infinita, nos endereza sea con dulzura o con dolor.
Mientras la persona esté viva tiene la oportunidad de arrepentirse, de volver a la senda de la Torá y el cumplimiento de los mandamientos. El Padre celestial aguarda el retorno de Sus hijos que se han extraviado detrás de las banalidades del mundo. Mantiene encendida la llama de Su amor, porque mientras la persona vive puede enmedarse, puede rectificarse. Aunque Efraim este corrompido, puede encontrar la senda correcta. Pero, pobre del que llega al final de sus días sin arrepentimiento. Porque malogró su vida en Este Mundo y despreció el gozo eterno en el mundo de la Verdad.
Resumiendo.
Dice «Mi primogénito», porque la nación de Israel es Su hijo primogénito.
Dice «Efraim», para que comprendamos que no solamente los que cumplen los preceptos entre los israelitas son Su pueblo, sino también los que están apartados de los mandamientos.
Para terminar, la interpretación que he brindado se encuentra 100% reflejada en la lectura madura de todo el capítulo citado del profeta.
Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.
Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.
Moré Yehuda Ribco
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