Respuesta 6199 – ¿Lo peor es la idolatría?

Shalom @armandoosorio9871, gracias por haber comentado ese interesante video de nuestra autoría, el cual invito a observar y analizar, dar like y suscribirse a mi canal.

Su comentario destaca un punto crucial en la tradición judía: la importancia de evitar la idolatría y mantener la fidelidad a Dios.
Efectivamente, en la parashá que menciona, Pinjás, Dios instruye a Moshé sobre la necesidad de exterminar a los madianitas debido a su papel en inducir a los israelitas a cometer idolatría, subraya la gravedad de este pecado.
Sin embargo, dos puntualizaciones.

La primera, esa acción drástica contra los madianitas NO era debido a causa de llevar a los hebreos a la idolatría, sino literalmente:

Dice claramente, y sin dudas, que el problema no era seducción hacia la idolatría, sino la hostilidad de los midianitas y su deseo de exterminar a los hebreos. Por tanto, ejerciendo el derecho de la autodefensa, y ejerciendo el derecho de agredir al agresor con la misma fuerza con que ha agredido o puede agredir, es que Dios le dice a Moshé que extermine a los madianitas.
Ellos buscan nuestra desaparición, no podemos permitirlo.
La idolatría, no está en juego como primer argumento (se puede comprobar en la siguiente parashá, cuando los israelitas dan cumplimiento a la orden de Dios con respecto a los madianitas).
Es cierto que las midianitas provocaron sexualmente a muchos varones israelitas y con ello los llevaron a adorar dioses falsos, pero ellas no tenían la intención de hacer de misioneras, sino que su misión era debilitar la moral hebrea, bloquear su fuerza espiritual, para que de esa manera los soldados midianitas y moabitas acabaran con toda la población de Israel.
Así pues, no era la idolatría más que una sucia estrategia de terrorismo. Por supuesto que la idolatría es abominable, pero no somos fanáticos al estilo Isis, para ir por la vida decapitando infieles.
Sin dudas que la idolatría es la que abre la puerta a montón de conductas aberrantes, y justifica hasta lo injustificable. Pero, no somos fanáticos religiosos, de hecho, no debemos ser religiosos, sino constructores de Shalom que lo hacen en pensamiento, palabra y acción por medio de la justicia, la bondad y la fidelidad humilde al Creador.

Segunda puntualización, muy importante.
En este contexto, quisiera agregar una reflexión basada en enseñanzas de sabios verdaderos, que espero dé para que muchos cambien sus puntos de vista erróneos, tirando a fanáticos, en varios aspectos.

Resulta que, Dios prefiere que las personas sigan sus mandamientos, incluso si no creen en Él.
Sí, tal cual, como lo oye y lee.
Él no anda desesperado, buscando cariño y aprobación de la gente, pero sí quiere que la gente respete Sus mandamientos.
Los gentiles que vivan de acuerdo a los Siete Mandamientos para las Naciones; en tanto que los judíos tienen el código de los 613 mandamientos de la Torá.
Esta tremenda verdad eterna se encuentra en el Talmud Ierushalmi (de Jerusalén), Tratado Jaguigá 1:7. Esta es una idea notable y frecuentemente citada en discusiones sobre la relación entre la práctica de los mandamientos (mitzvot) y la emuná.

En este pasaje, se discute la importancia de la práctica de los mandamientos y la relación entre la acción y la creencia. Se cuenta que Rabí Levi dijo en nombre de Rabí Shimón ben Lakish:

«Dijo el Santo, Bendito Sea: Ojalá me abandonaran a Mí, pero guardaran Mi Torá, ya que la luz que hay en ella los haría retornar a Mí.»

Texto en Hebreo:

«אָמַר רַבִּי לֵוִי בְּשֵׁם רֵישׁ לָקִישׁ: אָמַר הַקָּדוֹשׁ בָּרוּךְ הוּא, ‘הַלְוַאי אוֹתִי עָזְבוּ וְתוֹרָתִי שָׁמָרוּ, שֶׁהַמָּאוֹר שֶׁבָּהּ מַחֲזִירָן לְמוּטָב.'»

Esta enseñanza enfatiza que la práctica de la Torá tiene un poder intrínseco que puede llevar a las personas judías de vuelta a una relación con Dios. Aunque la creencia es fundamental en el judaísmo, este texto subraya la idea de que la observancia de los mandamientos puede tener un impacto transformador y eventualmente conducir a una vida espiritual más profunda.
Por supuesto que la Torá de los gentiles es el código de los Siete Mandamientos, ninguno de los cuales declara que la persona debe creer en Dios o adorarlo.
De hecho, tampoco la Torá, la del pueblo judío, en ningún momento ordena como mandamiento que el judío debe creer en Dios. Esto se da por sentado, como un hecho natural. Y, si no se cree, eventualmente lo principal es la acción acorde a los mandamientos, no la hueca fe.
¡Esa es la palabra de Dios!

Esta idea resuena con la perspectiva de que las acciones pueden preceder a la creencia y que el compromiso con los mandamientos puede ser una vía para fortalecer la relación saludable con Dios.

Este pasaje destaca la importancia de seguir los mandamientos de Dios, incluso cuando la creencia puede flaquear. Mantener la práctica de la Torá tiene un poder transformador que puede llevar eventualmente a una vivencia espiritual más sólida y genuina. Es un recordatorio de que, aunque la idolatría es un grave pecado, la adherencia a los mandamientos puede servir como un ancla espiritual, guiando a las personas de vuelta al camino correcto.

Así, al centrarnos en la observancia de la Torá y los mandamientos, no solo nos mantenemos alejados de la idolatría, sino que también cultivamos una relación más profunda y significativa con Dios.
Y, si es gentil, el camino es el de los Siete Mandamientos.
¡Esa es la palabra de Dios!

Tenga un excelente día con la Luz del Eterno brillando sobre su vida, shalom y bendición.

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